Fotografía de © Julie Rémy // Pierrette no sabe su edad exacta, pero tímidamente ella sugiere “alrededor de 15”. Fue secuestrada por hombres armados y mantenida en cautiverio durante dos meses. Ella se convirtió en lo que se conoce como una “esposa forzada”, entregándose a un hombre para pasar las noches con él. Después de dos meses, Pierrette logró escapar y fue al centro de salud. Luego fue referida al hospital, donde recibió medicamentos y alimentos, y se las arregló para hablar con el psicólogo de MSF. “Trato de no pensar más todo el tiempo en eso”, dice Pierrette. “Lo bloqueo de mi mente. No hablo de ello con nadie. Pero cuando mi madre comenzó a hacerme preguntas, le conté todo. Cuando le describí lo que había sucedido, mi madre y mi padre lloraron.” República Democrática del Congo. [Médicos Sin Fronteras]
Fotografía de © Brendan Bannon // Grace fue diagnosticada VIH positivo durante el embarazo y siguió las intervenciones de la Prevención de la Transmisión del VIH de Madres a Hijos (PMTCT, por sus siglas en inglés) para tratar de mantener a su hijo libre de VIH. Su bebé ha sido testeado de VIH tres veces hasta ahora, las primeras dos veces dio negativo y ahora Grace está esperando los resultados de la tercera prueba. Uganda. [Médicos Sin Fronteras]
Fotografía de © Sarah Elliott // Una madre de 20 años recibe asistencia junto a su segundo hijo. Ella estaba embarazada de 7 meses cuando rompió bolsa. “Este es mi segundo hijo, el primero tiene 6 años y 6 meses. Mi primer embarazo fue por cesárea en el hospital de Médicos Sin Fronteras. Rompí bolsa muy pronto, estaba muy asustada porque sucedió demasiado temprano. Fui al centro de salud más cercano en Gitaza, Burundi. Se encontraba a una hora y media caminando. Una ambulancia de Médicos Sin Fronteras (MSF) vino a buscarme. El centro de salud los llamó porque dijeron que eran incapaces de ayudar al bebé. Si MSF no hubiese estado aquí, yo podría haber muerto y mi bebé también”. [Médicos Sin Fronteras]
Fotografía de © Peter Casaer // Amahle Mayaya (su nombre ha sido cambiado) tiene 15 años. Ella perdió a su mamá hace algunos años a causa del Sida. Ahora vive con su tía. Poco después de que su madre falleció, Amahle se enfermó. Ella fue diagnosticada con VIH positivo y comenzó un tratamiento antirretroviral. No sabía por qué tenía que tomar todas esas pastillas cada día y le consultó a su tía, quien si bien le explicó, aún era muy difícil para Amahle. Ella quería comprender cómo había contraído VIH y cómo se había infectado su madre. La tía pidió ayuda a los consejeros de Médicos Sin Fronteras (MSF) para revelarle a Amahle su situación, explicando la importancia de un tratamiento de por vida. Amahle es ahora parte del Grupo de Adolescentes creado por MSF. En el grupo, niños VIH positivos reciben apoyo y aprenden a aceptar su condición y a vivir con el virus. [Médicos Sin Fronteras]
Fotografía © Sami Siva // Una enfermera proporciona información sobre planificación familiar y salud reproductiva a madres jóvenes que se acercan a una clínica móvil de Médicos Sin Fronteras en la India. [Médicos Sin Fronteras]
Fotografía de © Phil Moore // Amina (su nombre ha sido cambiado), 18 años, campo de desplazados en Bulengo, cerca de Goma, Kivu del Norte: “Fui al bosque en busca de carbón. Había algunas personas allí que nos obligaron a ser sus esposas. Eso fue cuando quedé embarazada. Cuando al fin quedamos libres, fui a una consulta en el hospital y fue entonces cuando me dijeron que estaba embarazada. No sé cuándo voy a dar a luz, no sé tampoco si tanto yo, o el niño, sobreviviremos. No sé cómo voy a encontrar ropa para el niño, ni para mí. Me hago muchas preguntas pero no encuentro ninguna respuesta. No sé cómo voy a vivir en los próximos meses”. [Médicos Sin Fronteras]
Fotografía © Sarah Elliott // Campo de fistula de Médicos Sin Fronteras en Boguila, República Centroafricana: Los pacientes de fístula esperan fueran de la sala de operaciones para realizar una consulta. Aproximadamente dos millones de mujeres en África tienen una fístula, que es un orificio entre la vagina y la vejiga o el recto, lo que provoca a su vez incontinencia urinaria y/o fecal. Las fístulas pueden ser causadas por un prolongado y obstruido trabajo de parto, por violencia sexual, además de falta de instalaciones médicas. Las mujeres con fístula suelen ser rechazadas en sus comunidades debido al olor asociado con la filtración de orina/heces, y en algunos casos, son abandonadas por sus maridos. Las chances de que una mujer pueda reparar su fístula son escasas, ya que muchos hospitales o clínicas de salud no cuentan con los instrumentos apropiados, conocimientos y habilidades para llevar a cabo este procedimiento. [Médicos Sin Fronteras]
8 de marzo, 2015
Gracias por el reportaje a 4 venezolanas con motivo de el dia de la mujer, mucho acierto en la escogencia de las mismas…felicitaciones y recomiendo leer cada una de las entrevistas.