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Vidas paralelas; por Federico Vegas

Por Federico Vegas | 4 de noviembre, 2016

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Plutarco se dedicó a comparar personajes de Grecia y de Roma que tuvieron oficios e intereses similares, como Alejandro y Julio César, Demóstenes y Cicerón. Las vidas que intentaré explorar son menos heroicas y mi análisis ciertamente será menos sabio, apenas un vuelo rasante. Son personajes que han vivido en el mismo tiempo histórico y en un mismo país, lo que acentúa tanto las similitudes como las diferencias, al punto que sus trayectorias pueden parecernos más perpendiculares que paralelas.

Presento dos casos, dos paralelismos. El primero me atrajo porque trata de los inicios, de lo determinante que pueden ser los puntos de partida, la promesa o la condena de un comienzo. El segundo me llega más cerca pues trata de los finales, de cómo la vida nos lleva unas veces al margen y otras al centro, y de las ambigüedades y trampas de estas elusivas posiciones.

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Yon Goicoechea (8-11-1984)– Héctor Rodríguez (26-3-1982)

Una sola vez los vi juntos. Fue en el 2007, durante un debate en Globovisión tan informal como intenso. Eran entonces dos prometedores líderes estudiantiles muy atractivos e inteligentes. Sus puntos de vista eran tan opuestos que pensé serían amigos para siempre al haber encontrado, ambos, un valiente contendor y un incitante complemento.

Lo primero que llamó mi atención fue que Héctor se refería a los compañeros de Yon como “Los muchachos”. Héctor es dos años y medio mayor que Yon, una diferencia que pesa mucho a los veinte años, pero no tanto como para usar un adjetivo que suena a barrera generacional. A lo largo del debate se hizo evidente que la verdadera diferencia radicaba en la ubicación con respecto al poder. Yon representaba a la oposición y Héctor al gobierno, y a la edad en que todo está por darse esta suerte de estatus es determinante, particularmente cuando el chavismo se perfilaba como una estructura todopoderosa y aún plantea con descaro su apetito de eternidad.

El punto central de la discusión era el cierre de Radio Caracas Televisión. Héctor defendía el cierre del canal como una medida para equilibrar a las televisoras, “en su mayoría en manos de privados”. Yon consideraba ese cierre como un atentado a la libertad de expresión y un paso del gobierno hacia el dominio completo de los medios de información.

La perspectiva sobre el tema ha cambiado mucho en diez años. Lo que entonces parecía relativo y discutible se ha ido haciendo cada vez más absoluto e irrebatible. Héctor podría hoy justificarse diciendo que era otro el momento histórico, pero las leyes de la historia suelen ser retroactivas y tienden a juzgar el pasado según los dictados del futuro. El tiempo, esa medida inexorable de lo vivido y por vivir, opera en contra de Héctor como un pantano en el que intenta avanzar mientras se hunde.

En el 2007 el gobierno celebró alborozado el talento y la juventud de Héctor. No tenía el magnetismo de Robert Serra, pero sí mucha más compostura y ponderación, la suficiente para confiarle varios sucesivos ministerios y la Vicepresidencia del Consejo de Ministros para el Desarrollo Social y Misiones. Ahora está en la Asamblea y es el mejor orador del oficialismo, al punto que hay ocasiones en que pareciera no haber otro.

Su tragedia está plasmada en una ecuación: mientras se ha ido haciendo más poderoso más se identifica con los errores de una tragedia a la que llegó tarde, convirtiéndose en el joven actor de una película empezada, Héctor va hurgando cada vez más atrás para justificar las recientes actuaciones del gobierno, diciendo que no son tan graves como la actuación del ejército en “El Caracazo” de 1989, o las suspensiones de las garantías que implantó Rómulo Betancourt en los años sesenta. Defiende el pasado reciente con un pasado remoto, pues ya no parece haber nada bueno adelante, solo cosas peores atrás, y avanza caminando de espaldas para no ver la corrupción y la incompetencia que lo rodea. La trampa que ha ido labrando con sus extraordinarias aptitudes es haberse convertido en lo mejor de lo peor cuando ya no parece haber remedio.

Los años que ha vivido Yon Goicoechea desde aquel encuentro en Globovisión resultan más propicios para una novela, y con esto intento justificar mi preferencia. La actuación del movimiento estudiantil a que pertenecía fue determinante en la única elección que perdió Chávez. Al año siguiente Yon gana el premio Milton Friedman por su labor defendiendo los derechos de los ciudadanos. Ha arrancado con buen pie, quizás demasiado rápido y demasiado bien. Él mismo cuenta que a los 22 años le “cayó la política encima como un edificio”.

La oferta de poder para un opositor no era tan precisa y grandiosa como la que recibió Héctor. El futuro lucía como una posibilidad que estaba por definirse y Yon sintió el enorme peso de expectativas para las que no tenía respuestas. Había un vacío que debía llenar y decide irse a estudiar a Columbia University.

Paralelamente, y para insistir en la posibilidad de una novela, existe una historia de amor. Me asombra cómo en la saga de nuestros actuales presos políticos aparece siempre una mujer bella, abnegada y bien dispuesta a dar la pelea. Yon debe haber sentido la tentación de convertirse en un exilado más y darle paz a su esposa y a sus hijos. Llega el 2016 y está a punto de continuar sus estudios en Europa; resulta tan fácil, tan posible, tan lógico. Pero no hay nada peor que dudar cuando sabes que el llamado de tu Patria es sagrado, y la familia Goicoechea regresa a un país que está viviendo un enfrentamiento, que no es más cruento porque un bando tiene el absoluto dominio de las armas.

Yon se encuentra con sus amigos y compañeros de partido, el más combativo y el que tiene el mayor porcentaje de presos y perseguidos. Empieza a recorrer el país, a entender el nuevo momento histórico, a sentir la insoportable tensión. Dos meses después es detenido y encerrado. Las pruebas del gobierno tienen tanto de montaje que avergüenzan al ministro encargado de presentarlas.

Si su detención fuera un incidente aislado sería un hecho rocambolesco, al borde de lo anecdótico y tragicómico, pero, cuando sabemos que es parte de un patrón aplicado a centenares de políticos se torna en algo pestilente, siniestro, enfermizo, pues la misma cantidad de casos hace que nuestra atención no se detenga lo suficiente en una injusticia cruel, enloquecida.

Algo de poética tiene que tener nuestra realidad. Me pregunto que habrá dicho Héctor cuando le pidieron ayuda para resolver una componenda tan evidente. En la novela que me gustaría escribir, Héctor va en auxilio del contrincante con quien tuvo uno de sus episodios más dignos. Desmonta la patraña y Yon vuelve a ser libre. Se dan un abrazo y ambos vuelven a la lucha.

El drama está servido para dedicarle toda nuestra atención: ¿Hacia dónde van estas dos vidas, en la plenitud de sus facultades, que aún pueden dar tantos frutos?

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Arturo Sosa (12-11-1948) – Armando Rojas Guardia (8-9-1949)

Arturo es un año mayor que Armando, quien a su vez me lleva solo seis meses. Los tres estudiamos en el mismo colegio, el San Ignacio de Loyola.

Cuando tenía unos ocho años me enviaron a un campamento de verano. Me pareció un campo de concentración y me fugué. No debo haber recorrido más de tres kilómetros pero el episodio fue un escándalo. Al final se estableció que quien estaba mal era yo, un niño más raro que rebelde. Fue una cruda manera de descubrir la racionalidad del poder.

Arturo estaba en ese mismo campamento. Siendo año y medio mayor tenía mejores armas para pasarla bien. Siempre usaba una chaqueta McGregor de las de cierre hasta el cuello. Creo que la primera manifestación de una vocación religiosa es la forma de vestirse, y en el caso de Arturo incluía una manera de mantener las manos en los bolsillos que me intrigaba. Un día me atreví a preguntarle:

—¿Qué tienes ahí?

Sonrió como si tuviera días esperando la pregunta, sacó el puño derecho con elegancia y lo abrió ante mis ojos. En la palma tenía una pequeña virgen de estaño; quizás “Nuestra Señora del buen camino”, patrona de los jesuitas.

Luego desaparece por años, aunque estudiábamos en el mismo colegio. Algo en su misma distinción e impecabilidad lo hacía invisible. Pero seguía siendo una referencia. Era la constancia de que un niño puede elegir su destino como si Dios lo hubiera elegido al nacer.

Armando Rojas Guardia estaba en un salón al lado del mío y aparece en mis recuerdos cuando tendríamos unos doce años. Puede que a esa edad ya esté todo decidido y escrito porque la imagen que tengo es la de un poeta cansado. Lo cierto es que tanto Arturo como Armando estaban fuera de lo realmente físico; nada tenían que ver con las peleas y con los deportes, pero esta ausencia no la veíamos como carencia o debilidad, sino como una fortaleza inaccesible.

En las graduaciones del colegio a mediados de los sesenta hubo una cantidad inusitada de vocaciones sacerdotales. No sé cual fue la causa y muy poco de los efectos. Arturo y Armando formaron parte de ese grupo. Pocos van a perseverar en el seminario de Los Teques. Armando desistirá, pero su vida quedará para siempre ligada a la religión.

El verbo “ligar” no es el más adecuado en el caso de Armando. Religare es uno de los posibles orígenes latinos de la palabra “religión”, y nos sugiere una suerte de religación, de vínculo supremo que nos ata fuertemente. Esta versión me cuadra mejor con el Arturo de mis recuerdos. Para acercarme al Armando que conozco prefiero partir de otra posible etimología: relegere. Esta posibilidad tiene que ver con una lectura constante, diligente, que siempre espera encontrar algo más. Una frase que una vez le escuché a Armando lo explica mejor:

—No quiero una religión en la que introduzco una pregunta y brota automáticamente una respuesta.

Esa continua búsqueda te lleva inevitablemente a los márgenes de lo inexplorado. El mismo Armando nos ha hablado con insistencia de una marginalidad que puede “dejar de ser una maldición, una condena”, y convertirse en “una genuina vocación, en una manera insólita de acceder al centro”.

“A Dios se le encuentra en los lugares periféricos, aquellos que más nos obligan a salir en voluntario éxodo hacia las afueras del yo, hacia la intemperie ética que es la acogida radical del Otro, especialmente si ese Otro es el excluido, el marginado, el que vive en la periferia”

Armando describe sin temor y con transparente generosidad cuatro marginalidades que ha convertido en cuatro pilares. Las resumo: La marginalidad del cristiano, pues la figura de un intelectual-cristiano resulta atípica, excéntrica. La marginalidad del poeta dentro de una sociedad que no propicia estados profundos de consciencia donde se haga posible la experiencia poética. La marginalidad del homosexual en una sociedad donde los homosexuales reciben la condena tácita o explícita del ostracismo. La marginalidad del paciente psiquiátrico sometido a la exclusión en clínicas y hospitales junto a compañeros de todas las edades y clases sociales.

El ser cristiano, poeta, homosexual y paciente psiquiátrico son sendas periféricas que han llevado a Armando a una vocación de soledad “al margen de los prevalecientes modelos civilizatorios que signan determinadas horas históricas, al margen de comportamientos masificados, al margen de los patrones colectivos”.

Aquí quería llegar, aquí necesitaba llegar, pues estamos viviendo horas históricas e histéricas en las que poco ayudan los patrones colectivos y los comportamientos masificados. Y es desde esta tremenda necesidad de centralidad y de soledad que quisiera examinar las palabras que recientemente le escuchamos a Arturo Sosa después de ser elegido jefe de los jesuitas.

Entiendo que la senda de Arturo lo llevó siempre al centro de las instituciones ligadas (continúo usando el verbo “ligar”) a sus tareas de educador, de intelectual y de sacerdote. Ha sido director del Centro Gumilla, Superior Provincial de los Jesuitas en Venezuela, Rector de la Universidad Católica del Táchira y, desde el 14 de octubre, General de la Compañía de Jesús. De manera que es comprensible que nos hable desde una posición de absoluta centralidad. Comienza advirtiendo que “la situación en Venezuela es muy difícil de explicar a quien no vive allá”, y ciertamente se expresa como si ya no viviera acá, en este margen incomprensible del mundo.

También explicó que como politólogo ha dedicado la mayor parte de su vida a comprender el proceso sociopolítico venezolano y que ha reiterado “como una letanía” que “no se entiende lo que pasa en Venezuela si no se entiende que el país vive de la renta petrolera y que la administra con exclusividad el Estado”. Yo pensaba que esta era de las pocas cosas que sabían de nosotros quienes no viven en Venezuela, incluyendo el diagnóstico que Arturo nos da del gobierno: “El modelo rentista que ha encabezado el comandante Chávez y que ha seguido Nicolás Maduro ya no se sostiene”. Falta agregar que Maduro está a punto de acabar con el modelo rentista al acabar con la renta. Esa ha sido la fórmula más efectiva del chavismo: “Muerto el perro se acabó la sarna”.

La segunda parte de su diagnóstico es más desoladora: “Lo mismo ocurre en la oposición venezolana, que tampoco tiene un proyecto rentista diferente, que es lo que se necesitaría para salir a largo plazo de esta situación en la que está el país”.

¿Si ni el gobierno ni la oposición tienen la solución, quién la tiene entonces? Me pregunto si será el propio Arturo desde sus letanías. Ese centro elevado y distante es clásico del héroe religioso, quien, al ser dueño de una verdad, será más heroico en la medida que resulte más difícil acceder a su fórmula infalible.

Un gobierno todopoderoso y corrupto, que ha manejado miles de millones durante 17 años, que ha planificado no solo manejar el país desde la renta del petróleo, sino también destruir las posibles alternativas, no podemos compararlo tan alegremente con una oposición atomizada, perseguida, a la que se le arrebata los espacios que ha conquistado con el voto, que gasta una energía incalculable manteniéndose unida, aplacando sus diferencias para enfrentar a un gobierno insaciable. Hacerlo es un ejercicio tan injusto como superficial y pretencioso. ¿Acaso Arturo conoce el pensamiento de toda una nueva generación de jóvenes políticos que luchan por la oportunidad de expresarse, de llevar a la práctica sus ideas? Su planteamiento nos resulta aún más doloroso en medio de una crisis que puede llevarnos a la autodestrucción. No existe ninguna posibilidad de generar un proyecto alternativo si no se nos permite ejercer el derecho al voto.

Arturo Sosa plantea su resumen de nuestra situación tres días antes de que nos fuera negado el derecho a votar. Ese día no tuvo palabras de cariño, ánimo y consuelo para sus compatriotas, ni se refirió a la necesidad imperiosa de volver a contar con ese medio fundamental para el diálogo que es expresarse con el voto. Prefirió elevarse tanto como sus cejas sobre nuestra historia mirándola en su conjunto como a unos condenados que nunca han logrado entender que diablos les pasa.

Entiendo que no puedo juzgar a un hombre con una obra tan amplia y profunda por unas pocas palabras extraídas de un fragmento de su vida, pero es que el momento era tan estelar, tan ecuménico, tan propicio, y nos hacía tanta falta un abrazo de comprensión y apoyo. Exigir que se respete el derecho al voto no es hacer política, es mucho más, es defender la dignidad del hombre, la libertad de los pueblos para elegir su destino.

Armando no tiene la solución pero si la actitud cristiana que necesitamos:

“De mí depende y de nadie más, que mi soledad se degrade a un individualismo militante, sordo y ciego frente a las heridas sangrantes de mi entorno, o, por el contrario, venga a ser una soledad poblada de presencias amadas, llena de atención, de tacto y de delicadeza ante el dolor ajeno”.

Federico Vegas 

Comentarios (50)

Elisabeth Roosen
4 de noviembre, 2016

Muy bueno Federico!

charles bradley
4 de noviembre, 2016

Esperar una semana para leer a FV, y hoy estar “triste”, por que lo leí muy rápido y se acabó, el texto.

Eddy
4 de noviembre, 2016

Hay frases que marcan para toda la vida. Y esas que dijo el jesuita, serán como las de un epitafio, lo acompañarán siempre mientras viva. Y lo más triste que simularon una mentira piadosa.

FP
4 de noviembre, 2016

Magnífico!

Sonia
4 de noviembre, 2016

Que comparaciones tan buenas, tan sentidas, tan parcializadas por el dolor que produce la superficialidad de unos, contra la profundidad y el compromiso de otros. Me encanta como escribe Federico Vegas.

Diógenes Infante
4 de noviembre, 2016

Hay que considerar la posibilidad Federico, que el papa le haya pedido a Arturo Sosa te guardaran neutralidad en el conflicto venezolano, debido a que el Vaticano y va actuar como mediador en él mismo.

Flor Giner
4 de noviembre, 2016

Como hace falta leer artículos como este que reflejan tanta sabiduría en el análisis de estas 4 vidas, sobretodo en los momentos que vivimos Yon preso injustamente. Arturo Sosa fatalista cuando dice la oposición es solo eso, se opone a una revolución militar- cívico (al menos cambio el orden) y la oposición no es una alternativa politica, menospreciando que dedica más de 24 horas a defender lo más sagrado el voto. A Federico mis respetos, no me canso de leerlo, sus palabras llegan a mi corazón que sensibilidad, acierto y que profundo: El Centro y la periferia Gracias

Douglas Urbina
4 de noviembre, 2016

Excelente y lúcido análisis, Federico, recuerda que yo también estudié en el San Ignacio y conozco las historias desde adentro.

Un gran abarazo

Pasante
4 de noviembre, 2016

Sigo pasando por sus palabras. Por su rareza me alimentan, supongo. La imagen completa parece apuntar al centro, genial, simple y complejo, pero muy bello. Creo que si estamos recuperando la calidez esencial del espíritu. Muchas gracias.

Adam
5 de noviembre, 2016

Estupendo ensamblaje de cuatro esquinas.Muy buenas reflexiones y algo que me gusta mucho es que las conclusiones queden abiertas para las reflexionar

Teresa Sosa
5 de noviembre, 2016

Excelente! Gracias Federico, por un momento de lectura que creo un espacio de suspenso, no sabia hacia donde me llevaba la lectura, y fue “in crescendo”…acogiendo mi espíritu hasta el silencio !

Maria Elena Corrales
5 de noviembre, 2016

Gracias Federico. Magistral!

José Ignacio Pulido
5 de noviembre, 2016

Brillante, sencillamente brillante. Para quienes llevamos la indeleble impronta del San Ignacio, troquelado jesuita, vivimos y conocimos de las dos orillas; en el pasado pensé que la vía era del centro a lo marginal, pero 7 décadas han permitido concientizar que es desde la marginalidad que logramos una visión más amplia y completa, una humana aproximación a esa angustiante soledad, a la indispensable introyeccion del otro y que solo la poesía puede tan fiel y conmovedoramente contener y expresar, como las palabras de ARG en tu última cita. Gracias por permitirnos conocer tus reflexiones a través de tus excelentes ensayos.

Eduardo Scull
5 de noviembre, 2016

Gracias Bro!

Amarelis Peña
5 de noviembre, 2016

Un artículo excelente. Cuando refiere… “Defiende (Héctor) el pasado reciente con un pasado remoto, pues ya no parece haber nada bueno adelante, solo cosas peores atrás, y avanza caminando de espaldas para no ver la corrupción y la incompetencia que lo rodea.” Considero la mejor descripción del pensamiento chavista-madurista.

Jose Pirela
5 de noviembre, 2016

Desde el inicio del sedentarismo la imposición de la fuerza fue el modo de organización social, y a eso nos acostumbramos a llamarlo PODER. Después se suavizó con Estado y Justicia, pero continuó la costumbre de Poder como modo de organización social. Hasta que los indiferentes no se aboquen a sustituir Poder por Libertad, y Estado por Organización Pública, no cuajará el modo de organización social democrático.

@manuhel
5 de noviembre, 2016

Siempre un placer (placentero) leer a Federico.

Como dijo otro forista, Arturo quizá se guardó lo personal porque todo lo que diga será visto como la opinión de la Iglesia.

Y cuando Arturo dice que la Oposición propone el mismo modelo rentista que nos ha llevado a esta situación no se equivoca. Al menos eso es lo que dicen los líderes habilitables a ser presidentes de la MUD como Capriles, Falcón, Torrealba o Allup. Todos ellos comulgan a viva voz con el modelo rentista, paternalista y populachero.

Adriano Rosales
5 de noviembre, 2016

Estupendo, sobre todo Yon y Héctor, aunque ley con un poco de parcialidad y me entristece mucho que este Yon preso, gracias

humberto mota
5 de noviembre, 2016

Amigo nunca los entenderé tienen 18 elecciones encima,tienen un nivel de educación muy bueno y todavia quieren ver las cosas asi como muy simples sus análisis no corresponden con su nivel intelectual por eso es que les ha ido tan mal a lo largo de todos estos años,asi lo ven ustedes todo lo que venga del gobierno esta mal, todo lo que venga de la oposición esta bien, y ese simplismo no es asi, por eso todos los fracasos lean bien al pueblo de a pie para que puedan comprender ,hay que estudiar todos los estratos sociales a profundidad, no es de un solo lado donde esta la verdad,ustedes tienen un problema,y es que en esta pagina todo el mundo se cree intelectual, eso mismo pasa con la politica si eres del gobierno eres marginal,si eres de la oposicion eres clase media, y eso no es asi, pero asi lo han echo ver y ese es uno de los grandes problemas que ustedes tienen que desmontar, gracias por leeerme y disculpen si estoy equivocado

Román Romano
5 de noviembre, 2016

Ya todo está dicho.

Enrique Raydan
5 de noviembre, 2016

En respuesta a Arturo Sosa pudiéramos decir que el Diablo ni Dios tienen un proyecto para el Humano sino desde cuando tendríamos que vivir en el paraíso, o es que un poco mas de dos mil años no son suficientes. Gracias Federico por tu honestidad en tus escritos

Joaquín Ortega
5 de noviembre, 2016

Excelente Federico, gracias 🙂

Jorge Luis Reyes
5 de noviembre, 2016

Federico, me sedujo la introducción y el paralelismo primero, tanto más me cautivó tu pluma fina y asertiva que nos presenta, por un lado la humanidad del amado Armando y por el otro, la adusta figura del hombre de Dios. Le conozco y ciertamente me une a Arturo un sentimiento de profundo amor fraterno, porque sé de su nobleza e integridad. No obstante, tu escrito me ayuda a identificar que no tengo manera de reconocer a mi profesor de filosofía política, pareciendo evedir un serio análisis del actual régimen, con la prédica en nuestro salón de la UCAB en 1988. Esta era, tal vez, suficiente para dar razón de los gobiernos que sembraron el germen para que el chavismo se instaurara, gobiernos, corruptos, populistas, irresponsables… El chavismo posee, ciertamente, estos deméritos, pero Arturo conoce que no es allí donde radica lo más reprochable de este desgobierno. Arturo se mantuvo silente en esa suerte de exilio que fue su rectoría en la Universidad del Táchira. Nunca ha dicho lo que yo, y no tengo derecho a demandar nada de nadie, demando de mi profesor, del Compañero de Jesús que me instruyó en Barquisimeto sobre la ciudadanía desde el Evangelio. Tanto más desconozco la falta de equilibrio cuando, con su ceja alzada, descarga su discurso desde la cátedra para reprender a la oposición. ¿Por qué el soslayo a la hora de verse en la necesidad de decir de una de las partes y para la otra la adusta reprimenda del docto? Luis Ugalde, hombre de Dios, de la misma talla que Arturo, en nobleza, compromiso y amor por esta tierra, es un buen ejemplo de lo que yo hubiera esperado de Arturo, llamar, sin ambajes, las cosas por su nombre.

Amado profesor, amado maestro, amado compañero de Jesús, nos debes la actualización de tu cátedra, nos debes el análisis serio, no en el “que introduzco una pregunta y brota automáticamente una respuesta”, nos debes el que esta Tierra de Gracia sigue esperando de ti.

Sheyla Falcony
5 de noviembre, 2016

Una buena lectura Gracias Federico. ..cuatro vidas..cuatro caminos.. YON..camina para abrir puertas de luz..va a perseverar a su manera. HECTOR..camina sobre piedras..y todavía no sabe cómo llegó hasta esa esquina…seguirá dando tumbos hasta que se reencuentre.(?). ARTURO..corre tras bastidores para huir de lo indescifrable..pero no puede, y en ese afán tropieza con los demonios que lo acechan: sus multiples compromisos con el aquí y el ahora de una encrucijada sociopolítica que fatiga su ser. ARMANDO…el gran observador ..el Gran Poeta..solo El puede navegar en aguas turbias para dibujar con triste mirada lo que observa , y así continuar en su silencio lírico bajo la tutela e inspiración de sus musas, en espera de mejores tiempos. .. Sheyla.

Maria Alvarez
5 de noviembre, 2016

Lo felicito, excelente escrito, me dejo impactada…….

Melania Lezama
5 de noviembre, 2016

..Federico, si yo escribiera, como tu lo haces, pudiese escribir lo que pienso y siento …palabras más, palabras menos, ese texto de tu escrito, seria el escrito de mi texto….

Montserrat Sarri
5 de noviembre, 2016

Excelente artículo. Es un disfrute leerlo y muy acertados análisis de cada personalidad!

nelson ponce
5 de noviembre, 2016

Dos modelos sociales que pretenden acercarse a la igualdad y dignidad social del pueblo. Que a su vez han ofendido y engañado a sus propios propósitos. Al carecer del carácter y la transparencia de unos buenos ejecutores. Tanto los unos como los otros en su momento. Hoy la situación es mas grave porque se ha perdido el talante democrático, y la corrupción ha comprado conciencias a todos los niveles. Ya lo decía Rómulo Betancourt en su tiempo, que los partidos políticos se estaban convirtiendo en sociedades mercantiles. Ahora mas con el concurso de las fuerzas armadas.

Teresita G. Rojas
5 de noviembre, 2016

Con todo respeto, el comentario del Padre Sosa creo que fue estúpidamente duro, con lo cual le ha echado tierra a la oposición precipitada y superficialmente, y sin tampoco reflejar conocimiento de la realidad social y política del país, al expresarse de una manera tan simplista, sobre un tema tan complejo.

Miguel Ángel Basile
5 de noviembre, 2016

Creo que la comparación era más pertinente entre Freddy Guevara y Héctor Rodríguez. Considerando que Freddy fue parte de los líderes estudiantiles contemporáneos a Yon y su participación en la política venezolana ha sido sin lugar a dudas más activa y relevante desde la oposición.

José
5 de noviembre, 2016

Bravo!!! aplausos!!!

Arinconrubio
5 de noviembre, 2016

Así pasa cuando cuando se escribe bien! Excelente Federico

luis parodi hueck
5 de noviembre, 2016

Excelente articulo que deja al descubierto la manera superficial y prepotente conque el padre sosa enfoca la tragedia que vive su país y felicito también a el comentario de Jorge luis reyes donde lo invita a actualizar su catedra y ofrecer un análisis serio, humilde y sin prepotencia que nos debe no solo a reyes sino a los miles de venezolanos que hasta ahora nos hemos sentido orgullosos de nuestra formación con la Compañía de Jesus.

Eduardo Gómez
6 de noviembre, 2016

A cosrumbrado al filtro de Prodavinci a la hora de publicar comentarios seré breve: Federico Vegas tiene el valor y el extraordinario talento necesarios para poner el dedo en la llaga.

Rolando Peña
6 de noviembre, 2016

No había tenido tiempo de leer este lúcido, extraordinario artículo de Federico Vegas, considero que todo esta dicho, ni sobra ni falta nada, el circulo esta cerrado, mas claro, preciso, y cierto, es simplemente imposible………..BRAVO FEDERICO………BRAVO.

Alfredo Moreno
6 de noviembre, 2016

vuelvo a decirlo. Quedo atrapado entre sus lineas y no paro de leer hasta el punto y final.

Saludos y feliz domingo.

alterfiona
6 de noviembre, 2016

deleite de artículo, como todo lo que escribe Vegas….Desazón leer lo que dijo Sosa, tan ajeno, tan soso, se nota que lleva años sin vivir ni sentir nuestra dolorosa realidad

Angela Gonzalez
6 de noviembre, 2016

Excelente artículo Federico!! En lo particular me da mucha rabia que sin conocimiento de causa, el padre Sosa opine lo que puede o no hacer la oposición. Quizás sea culpa de nosotros (oposición) mismos no haber dado a conocer públicamente y de una manera más eficiente todo el plan que ha elaborado la MUD con el concurso de profesionales y especialistas de todas las áreas (técnica, social, económica, jurídica), en un gran esfuerzo para tener una propuesta de país en el momento en que podamos implementarla, y en esa propuesta se han volcado, además de conocimientos y teorías, toda la experiencia que nos ha llevado hasta este caos. Esa propuesta existe! Sin embargo pienso que Sosa ni siquiera nos dio el beneficio de la duda (porque el gobierno ya demostró lo que es capaz de hacer) y no se detuvo a pensar que en la oposición podiamos haber pensado en como cambiar las cosas para no vivir de nuevo este infierno, porque la historia siempre se repite….

Oscar Mayz
6 de noviembre, 2016

Leer a Federico Vegas es siempre un placer, una aventura. Esta vez no fue diferente. Entiendo tu invitación a la reflexión profunda a mirar más allá de las palabras, a hurgar en lo profundo de nuestro propio ser y nuestro sentido de venezolanos. Un gran reto. Muchas gracioas por la invitación.

Alfredo
6 de noviembre, 2016

Callo pues prodavinci me calla, muy bueno federico

Alfredo
6 de noviembre, 2016

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José Ignacio Pulido
6 de noviembre, 2016

Sincero saludo de bienvenida a Humberto Mota y felicitaciones por su valentía al participar en este polimorfico y plural forum que la tecnología comunicacional nos brinda, anónima, y tal vez por ello, potencialmente más auténtica y genuina. No alejada de la verdad tu expresión,…..y todos en esta página se creen intelectuales…, cierta o no, intelectualidad no implica pluralismo, menos aún sabiduría. Recientemente José Ignacio Hernández hacía referencia al excelente ensayo de Carlos Rangel: Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario, me atrevo a sugerirlo; donde bajo el subtítulo: Usos y abusos de la Inteligencia, pág 241, se refiere a los …intelectuales progresistas… como parte importante del mosaico social y quienes en más de una ocasión han tenido participacion protagónica en nuestro desarrollo socio político y económico, ejemplo de ello, la contemporánea anti política de finales de siglo. Pero lo que deseo relevar y ponderar es la conveniencia de que tanto tú como todos aquellos que sientan y deseen participar en forma adecuada, sin ofensas, insultos, descalificaciones a priori, etc., a través de hechos y bien sustentados argumentos, permitan conocer sus puntos de vista, inquietudes, posiciones, conceptos, etc., como has tenido tu el coraje de hacerlo.

Manuel Delgado
6 de noviembre, 2016

Vidas paralelas que cuando se cruzan revelan poderosas verdades. Gracias Federico. Que bueno es tener un amigo que exprese lo que uno está pensando, y que además lo escriba tan bien.

Mercedes
7 de noviembre, 2016

Bien, Federico! Ojalá que tus palabras logren algún cambio (interno y externo)en las personas y situaciones que tan bien describes.

Marielsa Ortiz
7 de noviembre, 2016

¡Excelente artículo! Me sorprende la coincidencia de ideas y sentimientos ante la opinión de Arturo Sosa. Como tú bien dices: “nos hacía tanta falta un abrazo de comprensión y apoyo”. Gracias.

Carlos E Carvallo
7 de noviembre, 2016

En ésta pesadilla inexplicable, cualquier elucubracion es posible. Federico hace comparaciones agudas entre el cielo y el infierno.

Diógenes Decambrí.
7 de noviembre, 2016

Todos los artículos de Federico son buenos, pero este sobresale “demasiao”. Aclaro; “no puedo juzgar a un hombre con una obra tan amplia y profunda por unas pocas palabras extraídas de un fragmento de su vida”. Sosa SIEMPRE ha suscrito el discurso populista, leanlo en la revista Gumilla, y acá https://youtu.be/203ueL8FhWU Afirma que la oposición sólo busca DERROCAR a Maduro. Papa negro y Papa rojo promueven populismo de ultraizquierda. Bergoglio a Raúl Castro en el aeropuerto de La Habana: “Quisiera pedirle a usted, señor presidente, que transmita mis sentimientos de especial consideración y respeto a su hermano Fidel“. Luego fue a visitar al “respetable”. Humberto: ¿Cómo puede la clase media sola ganar dos tercios de los votos en las elecciones parlamentarias? Para obtener la Oposición 112 diputados, debe estar respaldada por los humildes, que son mayoría (los ricos son muy pocos, aunque también votan). Suspenden el Revocatorio porque más del 75% están contra este régimen.

Trino Gil
7 de noviembre, 2016

Me sorprende la edad de Federico Vegas..lo imaginaba de unos 30 o 40 años, quizás por la frescura de su pluma. Me doy cuenta que los grandes rompen el molde de la edad.

federico vegas
10 de noviembre, 2016

Gracias a todos por sus comentarios. Agradezco especialmente el de Trino Gil, a quien debo decirle que pronto, en unos tres años, no tendré 30 ni 40, sino ambas cifras a la vez.

Jose M Guzman-Bello
19 de noviembre, 2016

Mi viejo amigo Federico como siempre ha producido un articulo excelente. Su análisis de lo dicho por Arturo, refleja precisamente mi reacción cuando lei las declaraciones de Arturo Sosa. Me dio mucha tristeza ver como en vez de utilizar la plataforma que disfruta como líder de la orden religiosa mas influyente en la iglesia católica para mandarle al país que lo vio nacer un mensaje de esperanza y una muestra de cariño, la utiliza para presentarse como un ser racional por encima de los demás. Un acto arrogante de quien parece creerse dueño de la verdad.

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