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Venezuela: preservativos en tiempos de crisis; por Samir Kabbabe

Preservativo en tiempos de crisis; por Samir Kabbabe 640

1. El origen del preservativo. Hay evidencias del uso de fundas para cubrir el pene con fines anticonceptivos en la Antigüedad de los egipcios y también en la de los griegos. El nombre del condón podría provenir del latín “condus”, que significa receptáculo.

Sin embargo, en la historia de la Medicina se repite una leyenda: durante las guerras napoleónicas, finalizando el siglo XVIII e iniciando el XIX (particularmente durante la invasión de las tropas francesas a Nápoles) algún militar o médico de apellido Condon obligaba a cada soldado a llevar entre sus utensilios un segmento del intestino del carnero (concretamente la parte del ciego)  para que lo utilizara como funda sobre el pene, con el objeto de prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual, especialmente la sífilis, muy diseminada para la época y que, en etapa avanzada, inutilizaba al soldado.

Lo cierto es que ha habido muchos avances tecnológicos, desde el látex hasta la producción de los actuales preservativos, de muy alta utilidad en la minimización (no absoluta) de los riesgos de contraer SIDA, otras enfermedades de transmisión sexual (ETS) y evitar el embarazo no buscado.

2. ¿Promover el uso del condón es promover qué? Sexo y deseo son elementos inherentes a la naturaleza humana. Orígenes, el teólogo asceta del siglo II, se castró al estar convencido que sus genitales ofendían a Dios. Pero en este relato es posible que quien haya quedado ofendido y horrorizado fuera Dios, el responsable de ponerle “ahí” sus órganos para la procreación y el disfrute.

Es simplista pensar que al hablar de condones estimulamos la actividad sexual. Se ha demostrado que mientras mayor instrucción tiene  un individuo el riesgo de embarazos no deseados es menor, sobre todo en adolescentes. Y también es menor la incidencia de SIDA y otras ETS.

Alienar a nuestros hijos, manipularlos con falsas nociones de pecado y asociar el placer del sexo con perversión y criterios fanáticos no conduce a nada sano. Corren tiempos de comunicación y orientación, de salud emocional, sexo seguro y responsable. El ser humano no es casto, la castidad como elección libre o por imposición sí son del humano. El sexo tiene que estar acompañado de responsabilidad personal. Lo que le suceda o deje de suceder a un individuo tiene que ver con lo que haga o deje de hacer, sea en forma voluntaria o no.

Hablar de sexo responsable es también hablar de riesgos: de los riesgos del VIH/SIDA que limitan la vida o la calidad de vida, de los riesgos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) que pueden dejar secuelas no reversibles y hablar de los embarazos a destiempo.

Y el preservativo es de alta utilidad para la reducción y minimización de esos riesgos.

3. En números. Es necesario saber que las cifras de VIH/SIDA en nuestro país van en aumento. Para 2011, el Ministerio del Poder Popular para la Salud tenía registrados poco más de 160.000 casos, a la vez que estimaba que el 0,91% de la población en edad sexual activa estaba infectada por el virus. Anualmente, se añaden unos 12.000 nuevos casos, de acuerdo con el ministerio, mientras que desde el 2010 no tiene cómo obtener evidencias científicas para conocer su incidencia y prevalencia.

Los expertos y distintas ONGs calculan que debe haber un subregistro de 100.000 a 200.000 personas adicionales. Las estadísticas también muestran que la proporción en nuestro país es de una mujer por cada dos a tres hombres entre los infectados, así que la población infectada no está limitada a hombres homosexuales.

En cuanto al Virus del Papiloma Humano (VPH), las cifras más conservadoras dicen que está presente en el 70% de la población sexualmente activa de nuestro país, siendo el VPH (algunas de las cepas) el responsable del cáncer de cuello uterino. Cada año se diagnostican en Venezuela entre 5.000 y 6.000 nuevos casos de este cáncer y cada año mueren por el mismo unas 3.000 venezolanas, mientras aún no se ha aprobado el uso de la vacuna contra el VPH en nuestras niñas y adolescentes.

También hay riesgo de contraer otras enfermedades como sífilis, urteritis gonocóccica y no gonocóccica que con frecuencia producen enfermedad pelviana inflamatoria con posibles secuelas de infertilidad y hepatitis B (enfermedad para la cual sí hay vacuna), que puede evolucionar como hepatitis prolongada o crónica y transformarse en cirrosis y necesidad de transplante hepático.

En cuanto a embarazos no buscados, mencionaremos solamente que en adolescentes, para 2011, hubo 101 nacimientos por cada 1.000 mujeres con edad entre 15 y 19 años. Así mismo: una de cada diez niñas nuestras entre 15 y 19 años pare al año. En este renglón tenemos la cifra más alta de Suramérica.

4. Educar en casa en un país donde no se consiguen preservativos. Es papel de todos los padres, de los educadores, del Estado y de toda la sociedad educar en cuanto a higiene sexual para reducir los fantasmas del VIH/SIDA, otras ETS y los embarazos no buscados, sobre todo en adolescentes. Hay que educar en cuanto vida sexual sana e instruir en cuanto al uso del preservativo, en la casa, en los medios, el liceo y la consulta. Y no hacerlo de forma disimulada o insinuada, pues para que sea un protector efectivo se debe saber utilizarlo.

Los preservativos tienen caducidad, por lo que deben tener impresa la fecha de vencimiento y el número del lote. El látex del preservativo se daña con la presión: no se debe guardar durante días en la cartera sobre la cual se sienta quien lo carga. Los preservativos se dañan al exponerse al sol y al calor, como en los puestos de buhoneros, donde pierde elasticidad el látex y le aparecen micro perforaciones no visibles.

También hay que alertar sobre la adquisición de los mismos en estas épocas de desaparición de los preservativos en los anaqueles, de escasez y bachaqueo, cuando no podemos tener certeza de si los productos que se consiguen cumplen con las normas de calidad para su producción, almacenaje, transporte y distribución establecidas por la Organización Mundial de la Salud.