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Temas clave 2016: ¿qué podemos esperar?; por Anabella Abadi

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Un soldado hace guardia en el interior de un supermercado ubicado en San Antonio del Táchira. 27 de agosto de 2015 / Fotografía de George Castellanos para AFP Photo, Getty Images

Durante 2015 la economía venezolana tuvo el peor desempeño de su historia. No obstante, 2016 podría ser peor. El ejecutivo no ha dado señales de reformar su política económica en aras de lograr restablecer los equilibrios macroeconómicos y promover y facilitar la inversión en el país.

Por otro lado, con la reciente modificación de la Ley del Banco Central vía Ley Habilitante se da carta blanca al Directorio de dicha institución para clasificar como secreta o confidencial cualquier tipo de información económica. Esto parece dar claros indicios de que en 2016 los venezolanos tendremos poco acceso a información oficial para hacer seguimiento a la situación económica del país. Aun así, hay una serie de factores a los que se puede y debería hacer seguimiento para evaluar el desempeño de la economía en el año que comienza.

Tercer año consecutivo de recesión. Las previsiones generales parecen indicar que el PIB venezolano se contraerá por tercer año consecutivo en 2016: según los últimos estimados de ODH Grupo Consultor, la contracción será de entre -4 y -6%; mientras que los últimos estimados del Fondo Monetario Internacional –FMI- (enero 2016) y del Banco Mundial (enero de 2016), prevén que la economía venezolana se contraerá -8% y -4,8% respectivamente.

Cada vez más cerca de la hiperinflación. Si bien Venezuela aún no tiene tasas de inflación lo suficientemente altas para considerarse hiperinflacionarias (e.g. al menos 50% mensual), existen condiciones para que en 2016 pueda suceder este fenómeno: la causa común en los casos de hiperinflación registrados en el mundo ha sido –principalmente- un déficit fiscal que en gran medida es financiado vía emisión monetaria.

En 2015 los créditos adicionales representaron 65% del gasto público. Esto es evidencia de la notable indisciplina fiscal, así como del vasto financiamiento del gasto público vía emisión monetaria. De hecho, según cifras del BCV, mientras que en los tres primeros trimestres de 2015 la economía venezolana presentó una contracción de 4,5%, la liquidez monetaria creció en 56,4% (acumulando 97,7% en todo el año).

En 2016 el ejecutivo nacional ha dado señales de querer mantener esta tendencia: mientras la economía –muy posiblemente- se contraiga en 2016, al cierre de 2015 el Gobierno Central aprobó vía Ley Habilitante reformas a las leyes del BCV y de la Administración Financiera del Sector Público, las cuales amplían la discrecionalidad fiscal y de financiamiento del Poder Ejecutivo.

Según estimados del FMI (enero 2016), Venezuela registrará una inflación cercana a 720% en 2016. Los últimos estimados de ODH Grupo Consultor ubican la inflación de 2016 entre 343% y 500%. Independientemente del estimado, se espera que en 2016 Venezuela se mantengan como la economía con mayor inflación del mundo.

No se espera una recuperación del barril petrolero. El barril petrolero venezolano promedió US$ 24,4 en las tres primeras semana de 2016, una caída de 45,4% con respecto al promedio de 2015 (US$ 44,65). Entre 2014 y 2015 el precio del crudo cayó 49,5%, la mayor caída porcentual anual que se ha registrado en el precio del crudo desde 1986 cuando el petróleo cayó 50,5%.

Los factores que han conducido la caída de los precios del crudo hasta ahora parece que continuarán presentes en 2016: el mercado internacional sigue con abundante oferta, mientras que la demanda de crudo no muestra signos de recuperación. Vale decir: no hay indicios de que la producción petrolera venezolana se recuperará en 2016.

Con escasas fuentes alternativas de exportaciones y limitados activos disponibles, es innegable que se profundizará la escasez de divisas durante el año.

En este sentido, se están retomando las discusiones sobre posibles aumentos de los precios de la gasolina. El vicepresidente del área económica Luis Salas precisó: “llegó el momento (…) es posible fijar aumento”; y si bien aseguró que no hay plan, dijo que se ronda la posibilidad de “desestimular” el consumo de gasolina de 95 octanos por ser la más costosa para producir en el país.

Hay voluntad de pago de la deuda externa, pero hay fuertes dudas sobre la capacidad real. En diciembre de 2015, Nicolás Maduro había declarado que los ingresos en divisas disminuyeron 68% por la caída del crudo. Esta tendencia muy probablemente se mantendrá, dado que el barril de crudo venezolano no muestra signos de recuperación.

La ratificación de Eulogio Del Pino frente al ministerio de Petróleo y Minería y frente a la presidencia del Pdvsa, así como la permanencia de Marco Torres en el gabinete económico –aunque ahora encabezando el ministerio de Alimentación- se pueden tomar como indicios de que el Gobierno Central mantiene la voluntad de cumplir con los compromisos externos. Sin embargo, la caída en la disponibilidad de divisas se traduciría, no sólo en una mayor contracción de las importaciones, sino también en un aumento en la posibilidad real de default.

El Gobierno Central deberá buscar fuentes alternativas de divisas o redirigir los pocos recursos disponibles. Por ejemplo, puede monetizar activos, embargar o vender oro monetario, tratar de vender la restante deuda de Petrocaribe y recortar sustancialmente los envíos de petróleo por acuerdos de cooperación energética. Cabe acotar la posibilidad de que el gobierno se vea obligado a subir el precio de la gasolina o racionar el consumo a nivel nacional en aras de reducir su déficit.

Resalta que el nuevo ministro de Industria y Comercio Miguel Pérez Abad ha dicho que trabajará para impulsar la producción nacional para sustituir las importaciones y promover las exportaciones no tradicionales. Sin embargo, la viabilidad de dichas medidas en el actual contexto es cuestionable y, en el mejor de los casos, tendrán resultados en el mediano y largo plazo.

Esquema cambiario: ¿habrá modificación alguna? El nuevo ministro de Comercio Exterior e Inversiones Extranjeras Jesús Faría ha planteado la necesidad de simplificar el sistema cambiario nacional  y “pasar de tres (tasas) a dos y progresivamente a una”. Sin embargo, el nuevo gabinete económico no ha dado indicios claros de si esta será o no la vía a seguir.

Una devaluación del tipo de cambio preferencial de Cencoex –que, según BCV, es el que se paga por más del 90% de las divisas asignadas oficialmente- se traduciría en más recursos para el Gobierno Central, pero también en sustanciales presiones inflacionarias. Queda por ver si 2016 será el año de la tan discutida devaluación.

Vale decir, el pasado viernes 22 de enero de 2016, el Presidente Maduro aprobó pasar el tipo de cambio de Sicad II a Simadi para el sector exportador. Precisó: “es una de las ventajas que debe tener el sector exportador”.

Conflicto de Poderes. En palabras del diputado Diosdado Cabello, en 2016 se “viene un conflicto de Poderes”: el TSJ mandó a suspender a 4 diputados del Amazonas (3 de la MUD y 1 del Psuv). La nueva directiva de la Asamblea Nacional decidió juramentar esos diputados (aunque el del Psuv se abstuvo) y en respuesta el TSJ por solicitud del Psuv en un acto jurídico sin precedentes sentenció la nulidad de todo acto de la Asamblea Nacional hasta que sean desincorporados a los diputados de Amazonas.

Este tipo de conflicto se mantendrá a lo largo de 2016, lo que profundizará la inestabilidad política y dificultará cualquier actuación de la nueva mayoría opositora en la Asamblea Nacional.

Vale decir, el viernes 22 de enero de 2016 la nueva mayoría de la Asamblea Nacional rechazó el Decreto de Emergencia Económica y queda por ver qué respuesta política dará el Gobierno Central.

La crisis y su impacto sobre la calidad de vida del venezolano. Un tercer año consecutivo de recesión y una creciente inflación, implica que habrá cada vez menos disponibilidad y acceso a bienes y servicios producidos en el país. Además, un bajo barril petrolero implica que el desabastecimiento de producción local no podrá ser suplido con suficientes importaciones.

El Ejecutivo Nacional probablemente aprobará entre 3 y 4 aumentos de salario mínimo durante 2016, pero resultarán insuficientes con los niveles esperados de inflación. En este contexto, parece indiscutible que este año caerá aún más la calidad de vida de los venezolanos y que se agudizará la pobreza.