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Sobre las palabras de Chaderton; por Naky Soto

Sobre las palabras de Chaderton; por Naky Soto 640

Roy Chaderton es embajador de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y uno de los pocos diplomáticos de carrera en el gobierno chavista. La noche del lunes 9 de marzo declaró en el canal de Estado que el sonido que produce un proyectil “en una cabeza escuálida es como un chasquido, porque la bóveda craneana es hueca, entonces pasa rápido”. Fue su modo de decirle cabeza hueca a la oposición. Descerebrada. Pero escogiendo las palabras precisas para un sentido figurado que en Venezuela es literal: aquí se ha disparado a la cabeza de gente opositora por el simple hecho de manifestarse políticamente. Se ha disparado por la nuca, se han disparado perdigones a quemarropa que entran por un ojo, se ha disparado a jóvenes que huyen, y también un policía nacional se lo hizo a un chico de 14 años después de sacarlo a rastras por ocultarse debajo de un auto. Chaderton sabe qué palabras utilizó en qué contexto y con qué fines.

Las declaraciones de este alto funcionario venezolano promueven aún más la discriminación en el apartheid criollo, minimizan las violaciones al derecho a la vida, promueven la polarización y recrean la deshumanización de los opositores, restándole valor a violaciones de Derechos Humanos recientes que calzan con el ejemplo manejado: jóvenes venezolanos, opositores, asesinados con tiros a la cabeza. Chaderton sabe que suenan hueco, porque para ellos no hay justicia ni cadenas.

El lenguaje no es pasivo, el lenguaje es acción. El lenguaje tiene un poder generativo. Aglutina, inspira, demanda acciones. Chaderton le habla a un país que ha atravesado 16 años de polarización y conflictividad, en el marco de una grave crisis política y con unos índices de impunidad que desdibujan toda noción de justicia. Sus palabras son una invitación a ejercer violencia, y por eso deben ser sancionadas. Lo peor: los sátiros siempre ríen de las consecuencias de sus palabras. Ven la partida ganada al medir la reacción de molestia de aquellos a quienes consideran cabeza hueca. Sobre todo porque le dedicarán atención a su ánimo de figurar en un momento donde todo colapsa y todo reclama ser tomado en cuenta.

Chaderton hizo un chiste sobre la muerte. Es un chiste que pena en vida. Llegado el momento radical en el que la militancia exige apoyar corruptos, asesinos y no levantar sospechas ni investigaciones sobre narcos o torturadores, llegada la hora en la que la soberbia, las armas y el control sobre la población se reduce a miedo, colas y plomo, el siguiente paso es este: despreciar la dignidad del otro. Depreciar su existencia. Pensar que no suena a nada cuando se les dispara a la cabeza. Y podrán disparar otra vez para demostrar el punto.