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Respirar, por Betina Barrios Ayala

«Cuando el aliento va y viene, la mente está inquieta, pero cuando el aliento se calma, también se calma la mente». Hatha Yoga Pradipika. SuamiSuatmarama (S. XV)

breathing patiently

La forma en la que respiramos dice mucho sobre nosotros mismos. La manera en la que alimentamos nuestro cuerpo determina nuestras funciones vitales. Respirar es un acto ejecutado la mayor parte del tiempo de forma inconsciente aunque en efecto se trate de una acción reguladora. Respirar correctamente implica un ejercicio de concentración, es una forma de meditación.

Es conocido que en medio de situaciones complejas la respiración se suspende o se acelera. El consejo inmediato es respirar profundamente para oxigenar el cuerpo y provocar una inyección de serenidad. Se ejecuta todo un proceso físico en el interior de nuestro organismo que permite una reacción más positiva. Un momento del día dedicado a observar los movimientos que ejecuta el cuerpo con suavidad en la medida en que entra y sale el aire, visualizar las partes implicadas en la ruta, controlar el tiempo que se toma para inhalar y exhalar, todo aporta beneficios al cuerpo que favorecen todas las áreas de funcionamiento humano.

La práctica de Yoga implica aprender a respirar correctamente. Adaptando una buena postura, debe hacerse de forma nasal, manteniendo la boca cerrada, pero sin apretar los dientes ni fruncir el ceño, relajando toda la musculatura facial. Al inhalar se lleva el aire directamente hacia el abdomen dejándolo salir y se produce un masaje de órganos internos, luego se separan las costillas entre sí alargando el torso y, al final, se sube el pecho. Si es posible, se retiene el aire unos segundos antes de comenzar a exhalar.  Entonces, se baja el pecho, luego se cierran las costillas y se lleva el abdomen hacia adentro y hacia arriba. Y se repite la retención de aire, ahora con los pulmones vacíos. Y, por necesitar inhalar, se reinicia el proceso.

Ésta es la descripción de una respiración consciente y completa. Puede hacerse sentado durante al menos tres minutos y es notorio el efecto que surte en el organismo. A través de esta práctica puede conseguir serenarse y preparar su cuerpo para un mejor desempeño. La respiración es oxigenación del cuerpo y por lo tanto es un aporte energético. Por eso es aconsejable hacerlo con los ojos cerrados e inclusive acostado antes de comenzar el día.

Adiestrar al cuerpo para respirar correctamente trae beneficios invaluables y se trata de una práctica sencilla y placentera. Y es que una mejora en la técnica respiratoria trae beneficios físicos como reducción de la tensión arterial, mayor oxigenación de la sangre, mejora del tránsito gastrointestinal y del funcionamiento de los órganos ubicados en el área abdominal, rejuvenecimiento de la piel, aumento de la capacidad pulmonar y mejora la actividad del sistema nervioso. Y en esas condiciones razonamos mejor, pensamos mejor, decidimos mejor.

Al educar nuestra respiración, moderamos los impulsos y podemos tener un mejor control sobre las sensaciones de nuestro cuerpo, incrementando nuestra calidad de vida. Con la mente serena es posible enfrentar todo tipo de circunstancias, las que nos dilatan de felicidad y aquellas que nos acongojan. La primera parte de la práctica de Yoga es justamente el Pranayama o expansión de la bioenergía a través de técnicas respiratorias. El Prana es energía que entra al cuerpo en forma de aire y respirar de forma correcta implica una mejora en su canalización. Los ejercicios de respiración que caracterizan la práctica de Yoga ayudan a su concientización y mejoran las funciones mentales como la concentración y la memoria.

Con sólo dedicar unos minutos al día a crear esta conciencia se cultiva un espacio de refugio, un respiro interior.