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Priapismo nacional; por Samir Kabbabe

El enigma de Guillermo Tell, de Salvador Dalí. 1933

El enigma de Guillermo Tell. Salvador Dalí. 1933

El priapismo, en medicina, es la anormalidad que se define como una erección persistente y exagerada del pene, no provocada por estímulo sexual, la cual dura más de 6 horas, resultando muy dolorosa. Puede producir secuelas como fibrosis e impotencia permanente.

El término priapismo es adoptado de la mitología griega. Príapo fue un desdichado personaje mitológico, hijo de la bella Afrodita y del hermoso y alegre Dionisio, quien nació con cuerpo pequeño y grotesco, lleno de escrófulas y con un descomunal falo pegado a su pequeña y deformada figura. Repudiado y abandonado por su madre al ver su fealdad al nacer, fue recogido y criado por pastores. Se enamoró de la ninfa Lotis y a escondidas se arrastró hasta su cama una noche, pero un burro rebuznó y despertó a la ninfa, quien al verlo a su lado se espantó y al percatarse de sus intenciones huyó horrorizada; tras una prolongada persecución, los dioses se apiadaron de ella y la convirtieron en la flor del loto. Después de ese frustrado episodio Príapo odió a los burros. Los griegos lo rememoraban cada vez que se sacrificaba uno.

En qué consiste el Priapismo

En la erección normal se activan unos mecanismos que aumentan el flujo de sangre arterial que distienden y llenan unos lagos, areolas o bombitas cubiertas por trabéculas y que constituyen los cuerpos cavernosos. Los cuerpos cavernosos son los dos largos cilindros longitudinales dispuestos a cada lado del dorso del pene. Cuando hay aumento del flujo arterial y se plenifican los cuerpos cavernosos, también se reduce parcial y transitoriamente el drenaje de sangre venosa de retorno y así se logra la erección.

El priapismo puede ser de flujo alto o bajo. El priapismo de flujo alto ocurre cuando hay un persistente aumento de la entrada de sangre arterial que se hace mayor que el drenaje venoso de salida. En el de flujo bajo no hay aumento de la entrada de sangre arterial, sino obstrucción del drenaje venoso. En cualquiera de los dos casos hay una acentuada tumefacción dolorosa del pene. El priapismo de bajo flujo es de peor pronóstico; es prácticamente un infarto donde hay falta de circulación, falta de oxigenación y aporte de nutrientes, con cianosis, lesión y daño no reversible de los tejidos del órgano y la impotencia puede sobrevenir hasta en el 80% de los casos si no se corrige en las primeras 48 horas.

El priapismo es una emergencia. De hecho, una persistente y acentuada tumefacción muy dolorosa del pene, acompañada de cambios de coloración (azul, morado, negruzco), obligan al paciente a buscar ayuda inmediata. En este caso es el urólogo quien resolverá la emergencia a través de una cirugía o de un procedimiento invasivo.

El priapismo no es muy frecuente y se calcula que ocurren entre 0,5 y 2,9 casos por 100.000 hombres cada año. En la mitad de las veces es idiopático o primario (así denominamos los médicos las cosas cuando no tenemos idea clara del origen). El resto de las causas es por traumatismos del periné (alto flujo) y fenómenos trombóticos venosos, como sucede en anemia falciforme, algunas leucemias, enfermedades tromboembólicas, algunos trastornos neurológicos, inyecciones intracavernosas de agentes que provocan erección, cáncer de pene, cáncer de tejidos vecinos, medicamentos antipsicóticos y medicamentos que se usan para la disfunción eréctil.

Desde hace algunos años se están viendo casos de priapismo en personas que intentan mejorar su desenvolvimiento sexual, y toman 100 mgs o más de Sildenafil (Viagra®), a veces mezclando con alguna bebida energizante y con la ilícita, riesgosa y perjudicial droga conocida como Éxtasis. Algunos tienen esas prácticas por miedo a no satisfacer a la pareja, otros por alguna fantasía de supermacho, fantasías priápicas, de poder.

Priapismo Nacional

Por cierto que estamos sufriendo una actual situación de priapismo en nuestro país, como lo aprecia la mayoría de la población que vive, sufre, lucha y resiste con la esperanza de un futuro mejor. ¿O no es un priapismo y una emergencia la situación económica, política y social cuando está todo persistentemente inflamado, tumefacto, crispado, muy doloroso, oscuro y con pronósticos de mayor sufrimiento a corto plazo, a causa de irresponsables fantasías de la incompetente clase que nos gobierna?

Hay fantasías priápicas perversas en quienes quieren potenciar su equivocada concepción de virilidad y poder, esgrimiendo amenazas y ejerciendo violencia, humillando y violando, que no entienden de ternura ni eroticidad, que no conocen del lenguaje de las caricias, ni del diálogo de besos y el compartir fluidos, para quienes el acto sexual es solo la satisfacción individual de un impulso, utilizando a la pareja porque no saben amar ni homenajear ni satisfacer ni ocuparse del bienestar de nadie.

Probablemente no han superado el haber conocido el sexo en lupanares. Necesitan armarse, sentirse poderosos en su fantasía priápica humillando a cualquiera para nutrir su ego, y exigen sumisión, obediencia y hasta agradecimiento ante su violencia y brutalidad.

Pero las fantasías priápicas generan rechazo y odio, y aunque a diario se exulten en su poderío y actitud de patanes, aunque celebren sus desmanes y fechorías y disfruten humillando, hambreando y crispando a los demás, aunque adquieran las más avanzadas armas antimotines y lo más largos cañones, el priapismo deviene en impotencia.