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La “lista negra” había sido confeccionada por un bibliotecario berlinés de 29 años; comprendía un total de 12.400 títulos escritos por 149 autores, entre ellos Kurt Tucholsky, Stefan Zweig, Erich Maria Remarque, Emil Ludwig, Ernst Toller, Else Lasker-Schüler, Franz Hessel, Erich Mühsam y Lion Feuchtwanger; la quema tuvo lugar en las principales ciudades alemanas el 10 de mayo de 1933. Dos días después (y esto es menos conocido), el escritor Oskar Maria Graf publicó un texto titulado “¡Quemadme!” en el que, tras descubrir que sus libros no formaban parte de la “lista negra”, solicitaba que fueran destruidos para que no acabasen “en las manos sangrientas ni en los cerebros podridos de la banda criminal de las camisas pardas”: Joseph Goebbels se apresuró a concederle el favor, por supuesto.
Al tiempo que un gesto de rebeldía de inusual dignidad y fuerza en su momento, “¡Quemadme!” es de una importancia capital para una historia cultural del siglo XX europeo y ahora, por fin, puede ser leído por los lectores hispanohablantes: forma parte de este La eternidad de un día, subtitulado “Clásicos del periodismo literario alemán (1823-1934)”, que es, como su nombre lo indica, la historia de un género literario que (bajo el término, a esta altura ya completamente desprestigiado, de “crónica”) es inusualmente popular estos días.
En La eternidad de un día están algunos de los favoritos de la literatura germanohablante de los últimos dos siglos: Heinrich Heine, Theodor Fontane, Karl Kraus, Alfred Polgar, Robert Walser, Alfred Döblin, Tucholsky, Carl von Ossietzky, Joseph Roth, Erich Kästner, Walter Benjamin, Heinrich y Klaus Mann, Robert Musil, Ernst Bloch y Max Frisch (por mencionar sólo a “mis” favoritos). La traducción, las notas y el prólogo de Francisco Uzcanga Meinecke son excepcionales; la propuesta, inusual en un ámbito como el español en el que (y piénsese por ejemplo en las de “crónica” publicadas en tiempos recientes) las antologías son por lo general chapuceras. La eternidad de un día no lo es, pero la suya no es sólo la historia de un género; es también la de todo lo que que va desde el surgimiento de la cultura de masas a su paroxismo en los espectáculos multitudinarios del nacionalsocialismo, desde una concepción de la escritura en prensa como contribución a una historia crítica del presente a la de los medios que la conforman como instrumentos de manipulación masiva, no sólo en Alemania y no sólo en el período nacionalsocialista.
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Francisco Uzcanga Meinecke (ed.)
La eternidad de un día. Clásicos del periodismo literario alemán (1823-1934)
Trad. y notas Francisco Uzcanga Meinecke
Barcelona: Acantilado, 2016
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