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Miguel Cabrera y su posición ante la sabermetría; por Efraín Ruiz Pantin

La pregunta de Mitch Albom, un columnista del Detroit Free Press, venía con piquete. Durante la conferencia telefónica que ofreció Miguel Cabrera después de conocer que había ganado el premio al Jugador Más Valioso, Albom le preguntó al pelotero venezolano si, en su opinión, su triunfo fue también el de la forma tradicional de ver el juego y si prefería que el beisbol fuese más visto y apreciado en vez de ser analizado con computadoras. Suponemos, viendo lo que escribió al día siguiente, que buscaba que Cabrera le dijese que esos números nuevos no sirven para nada, que el beisbol no es para ‘nerds’ que sacan cuentas con calculadoras y que no hace falta ver números para saber quién es el mejor. El MVP, muy inteligente, no cayó en la trampa de reducir su “lucha” con Mike Trout a una pelea entre ‘la vieja escuela’ y ‘la sabermetría’ y sus números raros’.

“No, pueden usar ambas cosas”, le respondió Cabrera de lo más tranquilo, “porque yo creo que en el año 2012 tienes que tomar ventaja de todo eso”. Su respuesta fue un jonrón más en su ya brillante temporada. No es que estuviese descubriendo la pólvora, pero que bueno que fue el propio Miguel quien recordó una cosa elemental: no hay ninguna razón para que no podamos nutrirnos de un tipo de conocimiento sólo porque no nos gusta, es muy complicado, no hayamos hecho el esfuerzo de entenderlo o porque creemos que sólo con estadísticas se resuelve todo. Nunca creímos, como Albom, que la discusión entre Cabrera y Trout fuese entre lo ‘nuevo’ y lo ‘viejo’. Sin embargo, lo que dijo el maracayero aplica perfectamente para “tradicionalistas” y “sabermétricos”, pues desde ambos sectores han salido ataques irracionales. Nadie que se precie de ser inteligente puede descartar una forma de conocimiento. Sobre todo porque ninguna de las tendencias es excluyente de la otra. El fin es el mismo para todos: conocer y analizar el beisbol de la mejor forma posible.

Así trabajan todos los equipos de Grandes Ligas hoy día. Todos tienen scouts y departamentos de análisis estadísticos. Como es lógico, algunos le darán más peso a un lado que al otro, dependiendo del asunto en cuestión y de la inclinación de quiénes toman las decisiones. Los Gigantes de San Francisco son una de las organizaciones más tradicionales que hay dentro del beisbol y su triunfo en la Serie Mundial fue usado por algunos que, con la misma intención que Albom, pretendieron vender una victoria de la “vieja escuela”. Sin embargo, su gerente general, Brian Sabean, le dijo a esto a Baseball Prospectus cuando le preguntaron si el equipo despreciaba la sabermetría –la búsqueda del conocimiento objetivo del beisbol- y evitaba usarla a toda costa: “Eso no es cierto. Nosotros miramos los números. Tenemos gente que analiza las estadísticas. Es sólo que yo creo que necesitas conocer ambos lados de un pelotero, tanto el estadístico como el personal”.

Insistimos en que la diatriba Cabrera-Trout no era un asunto de tradición versus modernidad. Nunca lo fue. Los argumentos usados para soportar los casos de ambos eran tan viejos como el beisbol mismo. Por un lado, un bateador célebre del medio del lineup cuyo equipo pasó a la postemporada y además ganó la Triple Corona, algo que no lograba nadie desde 1967. Por el otro, un excelso primer bate que impactaba el juego también con su velocidad y defensiva, pero que bajó su producción desde agosto y además vio a su equipo quedarse fuera de octubre. También podemos hablar de las diferencias que para muchos hay entre el Jugador Más Valioso y el mejor pelotero. Nos preguntamos qué tiene ese de nuevo. Nada. Claro que unos pocos trataron de hacer de esto era un asunto solo de WAR, la medición que trata de resumir en una cifra el aporte en victorias de un jugador. Pero nunca lo fue. “Hay que darle mucho crédito a Trout”, reconoció con mucha clase Cabrera, “porque su temporada fue histórica. Ningún novato ha hecho lo que él hizo y eso es grandioso para el beisbol”.

No perdamos más el tiempo entonces tomando triunfos que sólo son de los peloteros. Hace dos años, cuando Félix Hernández consiguió el Cy Young muchos pensamos erróneamente que fue una victoria de la sabermetría reflejada en las opiniones de los votantes de la Asociación de Cronistas del Beisbol de Estados Unidos. Falso. Lo que aquella votación mostró, al igual que esta de 2012, no es más que la opinión de los 28 elegidos para sufragar por la BBWAA. En el 2010 hubo una tendencia más sabermétrica entre los votantes, que van cambiando cada año. Esa tendencia esta vez fue menor. Es eso y nada más: el criterio de 28 personas. No era un referendum sobre la validez de la sabermetría y las estadísticas avanzadas, un tema que se superó hace rato en Grandes Ligas. Si ganaba Trout no iba ordenarse al día siguiente, so pena de muerte, que toda conversación beisbolera incluyese WAR, UZR y BABIP. Y que haya ganado Cabrera no quiere decir que la sabermetría no sirve para nada y que hay que quemar las computadoras. El debate entre tradición y nuevos métodos seguirá porque nunca estuvo sujeto al resultado del MVP. Que siga la discusión, se aporte desde ambos lados y se mantengan posturas divergentes es una gran noticia para el beisbol. Lo contrario, el estancamiento de los argumentos, sería lo realmente preocupante. Y por favor no olvidemos lo que nos recordó Cabrera: nadie está prohibiendo que usemos ambas.