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Maintenant, de Arthur Cravan; por Alberto Sáez

El arte, ¡el arte me importa un pito! ¡Qué mierda, por Dios!
Arthur Cravan

Maintenant, de Arthur Cravan; por Alberto Sáez 640

Arthur Cravan quería ser famoso y reconocido por todo el medio artístico, quería ser esa persona que rompiera los moldes preconcebidos por la sociedad, pero también ser el más grande boxeador de su época, enfrentarse a los campeones y quedar en la memoria de los suyos. Creía fervientemente que en la crudeza y frivolidad de sus palabras estaba encerrado el verdadero arte, ese que no se doblega ante nada, ni que vive de la complacencia de quienes lo habitan, creía que un verdadero artista debía estar contra todo y contra todos, a fin de preservar el talante y la capacidad de observación que lo llevarían a lograr una buena obra. Quizá por eso creo Maintenant.

Maintenant era una revista parisina que el mismo Cravan editaba y escribía bajo diversos seudónimos, y que tuvo sólo cinco ediciones entre 1912 y 1915. En ella se encontraban reseñas, artículos, pequeños textos de ficción, poesía, todos ellos incendiarios, todos ellos contra el movimiento artístico de sus contemporáneos a principios del Siglo XX. En cada uno de estos textos podemos ver a su creador haciendo alarde de su parentesco con Oscar Wilde, llave que la abrió muchas puertas para darse a conocer en el medio, recordar que él escribía “para hacer enojar a sus colegas”, insultar a poetas como Apollinaire y amenazar a todo aquel que intentara cuestionarlo:

“Frente a las críticas que han insinuado hipócritamente que me asemejo a Apollinaire o a Marinetti, les advierto que, si empiezan de nuevo, les voy a retorcer los órganos sexuales”.

Maintenant, de Arthur Cravan; por Alberto Sáez 640A

Pero Cravan no sólo fue provocador, crítico y escritor, también, en esta publicación, se alabó como un gran boxeador, no tan esmerado como decía ser con la escritura, pero lo suficiente para llegar a ser campeón de Francia y luego dejarse medio matar por el campeón de los pesos semipesados, Jack Jhonson, al presentarse el día de la pelea completamente borracho.

Lo que hoy podemos ver de estas publicaciones es una cuidada recopilación hecha, traducida y convertida a libro por la editorial argentina Caja Negra. Un libro donde el personaje principal es su autor, el boxeador, el poeta, el rebelde sobrino de Wilde, el crítico. Arthur Cravan. No Fabian Avenarius Lloyd, como en realidad se llamaba.

Quizá por eso, y a pesar de su escasa obra, es recordado en la historia del arte como un maestro de la provocación que hizo mil y un cosas para agitar los cimientos de su época, gritando a los cuatro vientos que “toda la literatura es: ta, ta, ta, ta, ta, ta” para luego desaparecer, en la costa mexicana, sin dejar el menor rastro de su existencia, logrando así su mayor anhelo: ser recordado como un verdadero artista.