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Gracias a mis hijos consumo una preocupante cantidad de dibujos animados. Y los hago responsables solo de haberme atraído al sofá de la casa para compartir un episodio de Regular Show (Historias corrientes) o Steven Universe, porque tras la primera dosis se crea un hábito inmediato. Y es que estos nuevos creadores de muñequitos nos presentan universos mutantes, siempre al borde de una crisis paranormal, con protagonistas que no forman parte de la familia nuclear clásica y con historias tan inteligentes como su humor.
En Regular Show, un azulejo de 6 pies de alto, un mapache, un tipo verde, la mano fantasma que siempre le choca esos cinco y un abominable hombre de las nieves en jeans trabajan en el parque de una paleta gigante, bajo las órdenes de un dispensador de chicle de muy mala leche. Todos tienen edad suficiente para haberse graduado de la universidad, pero han terminado como muchos de su generación: recogiendo basura. En Steven Universe, un chico con una gema en el ombligo es criado por tres mujeres de otro planeta con poderes especiales y por su padre, un exrockero que vive en unavan. Clarence por su parte es un pequeñajo white trash cuya madre hace la compra con cupones y cuyo padrastro, que se la pasa en la cama, bebe la leche directamente del galón.
No tengo espacio aquí para consideraciones estéticas, pues cada uno de estos ejemplos necesitaría su propia apología. Lo que sí me toca ahora alabar es la capacidad para mostrar mundos que, a pesar de su fantasía alucinante, presentan realidades familiares con las que muchos niños se pueden identificar, fantasías entramadas por el cariño y la lealtad que se muestran estos seres de dos dimensiones, a pesar o precisamente por su realidad marginal.
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23 de octubre, 2015
A mi Clarence me resulta bastante genial, en un capítulo presentaron a los padres de uno de los personajes principales (jeff), para mi agrado eran dos mujeres, fue fantastico ver una familia liderada por una pareja LGBT, MIS APLAUSOS. BM
24 de octubre, 2015
Son totalmente antifamilia, contra natura…lo llaman progreso o moderna conciencia
25 de octubre, 2015
Bueno, luego se preguntan por que la sociedad está presentando tanto valores anti-eticos. Los dibujos animados deberian servir para reforzar valores, el problema no es que coloquen a los personajes extraidos de la realidad que tiene el mundo. El problema es que el contenido de los mensajes realmente no generan un aporte positivo en el niño
26 de octubre, 2015
Que comentarios tan pacatos (salvo el de AgBMHG). Que yo sepa, la generación del coyote y el correcaminos no salió lanzando cohetes y poniendo explosivos o intentando acciones suicidas como el personaje (a quien, ciertamente, no se le veía como villano), bugs bunny, héroe infantil, no era más que un bully y los niños que lo veían no salían a comportarse de esa manera. Al menos, yo no lo hice, y sé que muchos de mi generación tampoco, de hecho, sólo se entienden muchas cosas una vez se es adulto. Muy fácil culpar a los dibujos animados, los videojuegos y las películas cuando la raíz está en la educación, desde la familiar hasta la profesional. Luego se quejan del chavismo, que prohibió videojuegos y culpa a las películas de la violencia en Venezuela. Cuanta mojigatería ridícula.
26 de octubre, 2015
Yo apoyo al Profesor Noguera. Yo trabajo en el mundo audiovisual y no solo los consumo como la tele audiencia regular. Mi trabajo es prestarle muy cercana atención. Fuera las consideraciones estéticas.
Esta nueva generación de creadores de dibujos animados anti-éticos y de mundos fantásticos nunca antes vistos. Son el producto de la ausencia de estos mismos valores que programas para audiencias tan susceptibles deberían contener o al menos mostrar para su referencia futura, contraste con la realidad que viven y esperando la reflexión.
De donde creen que vienen todos estos personajes grandiosos que luchan por grandes ideales y la justicia universal donde el bien prevalece. Son el producto de los valores o referencias de sus propias experiencias de niños.
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26 de octubre, 2015
Yo no puedo si quiera imaginar, que sera el producto de un crió que ve a un par de animales con un humor de escaso vocabulario y chistes recursivos, que no les gusta trabajar.
Por otro lado hay producciones ejemplares galardonadas por su calidad para formar y estimular a niños en edades muy tempranas como Pocoyo, Daniel el Tigre, Baby Einstein, entre otros.
Como también han llevado cuentos clásicos para niños a versión animada excelentemente que contienen moralejas y mensajes llenos de valores y principios fundamentales.
Los ejemplos en la literatura y en muchos productos del pasado se encuentran las buenas practicas. Romper con los valores estéticos y arquetipos clásicos de los personajes lo apoyo, en sexo, raza o genero.
No encuentro necesario copiar formula de otros acercamientos, de esta ola de shows de animación “Indie”, cuyo su mayor referente es Adventure Time (ensayo en si mismo aparte merece). Si el mensaje no aporta o tan sólo por ser trasgresor de la realidad
26 de octubre, 2015
Personalmente creo que la televisión va cambiando con las generaciones, no podemos esperar que todo permanezca igual como si el tiempo estuviera paralizado, estos programas si poseen valores sociales, solo basta con verlos sin prejuicios o pensando ¨yo no veía cosas así de pequeño¨, creo que son muy atrevidos presentando temas que antes no eran posibles de mostrar al público. BM
29 de octubre, 2015
No sé a que viene esta nostalgia moralista. Cualquier adaptación de disney de “cuentos clásicos” puede encerrar una cantidad considerable de valores distorsionados, y si nos vamos al orígen (Andersen o Grimm) el resultado se acerca más al horror. Si nos vamos más atrás, en la tradición rusa (pre-bolchevique y decimonónica) encontramos que en la mayoría de los cuentos tradicionales (de calidad estética innegable, por supuesto) no tienen nada que envidiarle a los antiguos, llámense nórdicos o griegos, en la crueldad y la violencia (sin contar con que la mayor moraleja es no desafiar a la autoridad paternal/maternal, así sea tiránica). ¿De qué estamos hablando? Otra cosa a considerar es la edad. No es lo mismo un dibujo animado para un niño de 5 a uno de 10. Las sociedades cambian, y la sinceridad de estas nuevas animaciones acercan a estos jóvenes a un mundo que de lo contrario les resultaría irreal, malévolo. Al final son las mismas brujas de los cuentos rusos, solo que reinterpretadas.
29 de octubre, 2015
Es evidente que las sociedades cambien y a su vez evolucionen en cuanto a su forma de pensar; realmente es bueno que estas cosas pasen porque antes probablemente te mostraban un ¨mundo perfecto¨, con estereotipos y clichés que en verdad hacían daño, estos pequeños cambios en la tv que algunos llaman ¨anti familia o contra natura¨, permite a los jóvenes expresarse libremente; sigo recalcando la libertad en cuanto a la hora de mostrar personajes que antes no veíamos o simplemente estaban ocultos por ser considerados inmorales, por comentarios como los antes mencionados las personas pueden aislarse y ocultar su verdadera esencia; sigo sin ver el daño que estos dibujos animados puedan causar en los niños. BM
29 de octubre, 2015
Me gustan más esos dibujos animados que los de antes.
29 de octubre, 2015
Casi todo lo que cambie siempre es para bien, este es un claro ejemplo. BM