Crónicamente

Listo, Calixto, por Hensli Rahn

Por Hensli Rahn Solórzano | 5 de septiembre, 2013

A640

Calixto tiene serias dudas sobre volver a Venezuela. Su papá tiene una casa con matas de aguacate en Cagua. También tiene una novia de la edad de Calixto, y llama a su único hijo para hacerle coco durante los meses de invierno: Estoy en la playa comiendo pescado con un culo al lado, ¿y tú?

Es el año 2012 en Barcelona y naufragamos en la peor crisis monetaria desde la Guerra Civil de 1936. La Unión Europea se desmorona a pedazos. Tras las bancarrotas de Grecia, Irlanda y Portugal, sigue la de España, que necesita un salvavidas de 100.000 millones de euros para reflotar en sus deudas.

Lo que aterra de volver es quedarse pegado. Son el tipo de cosas que se barajan en el CPU de Calixto. Y agrega, en caraqueño silvestre: El coñazo de plata necesario para salir de Venezuela no se reúne de un día para otro.

Me cuenta sus hallazgos. Manu Chao en un callejón del Barrio Gótico. La película en que Javier Bardem es jíbaro de El Raval. La casa en la playa por Villa Olímpica, donde dices una contraseña y adentro hay cervezas y gente tocando jazz bebop.

Calixto estrenó su documental en un festival y tiene un par más rodando por internet. Mata tigres de camarógrafo para un crew alemán, obsesionado con las montañas de Monserrat y Tarragona.

El trabajo que queda es poco y mal pagado. Se estiman unos 5.000.000 cobrando el paro. La tasa de desempleo más alta de la Eurozona. Pero esto en nada altera el sueño universal de la Barcelona moderna: meca de la bohemia y el veraneo. Toda la gente joven del mundo quiere tocarle las nalgas a la ciudad.

Por la noche, salimos con una panda de sudacas. Vemos el clásico Barça-Real Madrid en un bar irlandés y terminamos en un antro sin patria llamado Falstaff. Raffaella Carrà, Los Rodríguez, Celia Cruz. Se vale todo dentro de la pachanga.

Movemos los esqueletos un rato. Calixto apenas bate los brazos en plan títere. Le da culillo bailar. Intelectual que se respete no anda por ahí rumbeando. La más loba del grupo se va traqueteando las nalgas hasta la barra. Le pide al selector una canción de Rodrigo, el astro fallecido de la cumbia villera.

Si ponen Maná me voy, avisa Calixto, que no sabe cómo irse de una vez sin quedar como un sapo aburrido. Todos bailamos imitando al gordo Fher cuando suena «Clavado en un bar» y Calixto finalmente marca la milla.

Tres meses después, una amiga en común me informa que le va bien a nuestro querido Calixto en los calores de Cagua. Ahora prepara un largometraje y adelanta el papeleo para pedir recursos al Estado. Final de película.

Hensli Rahn Solórzano Cronista. Músico. Es autor de "Crónicamente Caracas" (Fundación para la Cultura Urbana, 2008). Fue ganador del IX Concurso Anual de Cuentos Sacven, en 2013, y del Premio de Cuento Policlínica Metropolitana en la edición de 2010. Puede seguirlo en su cuenta Twitter @HensliRahn

Comentarios (1)

omar rojas
5 de septiembre, 2013

jjjjajjajjajajajajjaja eso demuestra que Venezuela,nuestro país,aun con el difunto expresidente y el actual,Venezuela sigue siendo Venezuela ,jjajajaj se muere dependiendo del estado.

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