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La Constituyente: Venezuela es oficialmente un berenjenal; por Michael Penfold

Por Michael Penfold | 2 de mayo, 2017
Fotografía de Gabriel Méndez

Fotografía de Gabriel Méndez

El Gobierno huye hacia adelante. La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente sin consulta previa a través de un referendo para validar sus bases comiciales, y en medio de una crisis de gobernabilidad que se agrava permanentemente, luce como un acto desesperado. Es una decisión política tan destemplada como la salida de la OEA, anticipando la posibilidad de que se activase la Carta Democrática. Al apelar a los artículos 347, 348 y 349 que le permiten al Presidente convocar vía decreto una Asamblea Nacional Constituyente, Maduro prefirió hacer una apuesta aún más incierta que, incluso, continuar profundizando el conflicto de desgaste que mantiene con la oposición. Esto es en sí mismo sorprendente.

Quizás las presiones internas e internacionales fueron tan grandes sobre el Gobierno para convocar algún tipo de elección –regionales o probablemente una mega elección–, y ante la certeza de tenerlas perdidas, es muy probable que estas mismas presiones terminaran obligándolo a impulsar este tipo de convocatoria precisamente para continuar posponiendo, esta vez formalmente, el calendario electoral. El argumento político del oficialismo es bastante obvio: mientras haya un proceso Constituyente quedan oficialmente suspendidos todos los comicios para gobernadores, alcaldes y también para presidente. La Constituyente ayuda así a darle un barniz “legal” a la situación de facto que nos cobija: que el chavismo ya no gana elecciones y que dejó de estar dispuesto a medirse bajo sus propias reglas constitucionales y electorales.

Sin embargo, tanto para el chavismo como para el presidente utilizar este instrumento constitucional es políticamente muy riesgoso. Puede perfectamente representar un quiebre irreparable. Las constituyentes sirven para promover un cambio institucional, incluso uno que permita concentrar más poder en la Presidencia como lo logró la revolución bolivariana a finales del siglo pasado, pero pocas veces para atrincherarse, sobre todo en medio de un colapso económico como el que experimentamos, y con unas protestas sociales y políticas como las que se presentan en la actualidad.

Evidentemente, el carácter corporativista e incluso de representación indirecta que asoman las bases comiciales que diseña el Ejecutivo le va a restar cualquier viso de constitucionalidad y legitimidad a ese proceso; pero sobre todo es difícil, por no decir imposible, explicarles a los ciudadanos de a pie cómo es que una constituyente ayuda a resolver los problemas económicos y sociales del país. Mi impresión es que esta convocatoria es un boomerang que puede terminar haciendo al Gobierno aún más impopular (y no sólo más autoritario) pues va a terminar de confirmar en la opinión publica lo irreparable que resulta su propia ineficiencia y, más aún, su afán de mantenerse en el poder a cualquier costo.

¿Cómo es que una Constituyente resuelve los problemas de abastecimiento e inflación por los que protestan los sectores populares en el oeste de Caracas? La Constituyente va a hacer que en la opinión publica el chavismo parezca aún más desconectado de sus propias bases electorales y sociales. La idea de que el carácter corporativista de la constituyente –misiones, obreros, sectores productivos, comunas, etc.– va a dinamizar esa conexión, me parece que es un acto de fe más que un cálculo político realista. Tratar de ejercer el control político a través de este mecanismo es una propuesta no solo temeraria sino tremendamente irresponsable.

Esta decisión gubernamental también va a profundizar la presión internacional. El Gobierno va a tratar de venderle a la comunidad internacional que la decisión es perfectamente constitucional y que abre además un camino electoral que es precisamente lo que la oposición ha venido solicitando. Y evidentemente muy pronto el Gobierno también contará con el respaldo de la Sala Constitucional del TSJ para blindar aún más sus argumentos. Pero el Vaticano debe estar sorprendido –así como los países de la región que estaban dispuestos a buscar una solución negociada fuera de la esfera de influencia de la OEA–, de cómo es que un Gobierno que viene hablando de negociación y diálogo como una condición necesaria para lograr la paz, impone repentinamente una salida corporativista de este tipo.

En la mente de los actores internacionales esta convocatoria profundiza más bien la ruptura constitucional y le resta más credibilidad al Gobierno. Tampoco nos debería sorprender que las fisuras internas dentro del chavismo a partir de ahora comiencen a hacerse cada día más evidentes. En la medida en que la convocatoria vaya siendo rechazada en la opinión pública, en esa misma medida actores internos se van a ir deslindando. La sociedad, por su parte, conjuntamente con los partidos políticos de oposición, continuará protestando en las calles. La sociedad percibe que esta es su responsabilidad existencial frente a un Gobierno que hace rato perdió el compás moral y político.

Venezuela, por decir lo menos, es oficialmente un berenjenal.

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Michael Penfold es Investigador Global del Woodrow Wilson Center, Profesor Titular del IESA en Caracas y Profesor Invitado de la Universidad de Los Andes en Bogotá. Es Ph.D de la Universidad de Columbia especializado en temas de Economia Politica y Politica Comparada. Fue Director de Politicas Publicas y Competitividad de la CAF Banco de Desarrollo de America Latina. Es Co-autor junto con Javier Corrales de Un Dragon en El Tropico: La Economia Politica de la Revolucion Bolivariana (Brookings Institution) que fue seleccionado por Foreign Affairs como mejor libro del Hemisferior Occidental. Autor también de Dos Tradiciones, Un Conflicto: El Futuro de la Descentralización (Mondadori) Editor del Costo Venezuela: Opciones de Politica para Mejorar la Competitividad y Las Empresas Venezolanas: Estrategias en Tiempo de Turbulencia.

Comentarios (8)

enrique
2 de mayo, 2017

Tendremos que rehacer el país, prácticamente. Refundar: Leyes, Normas, modelo educativo desde la base (preescolar), modelo económico.

Algunas leyes tendrán que ser, en principio, Draconianas con los que han abusado del poder que se les concedió para que gobernaran.

Kondorito Konstitución
2 de mayo, 2017

“Venezuela, por decir lo menos, es oficialmente un berenjenal”././- ¡”Berenjenal”, “berenjenal”!. ¡Esta gente no sabe hacer sino “berenjenal”!.

Carlos Rojas Malpica
2 de mayo, 2017

No soy experto en temas jurídicos, apenas un lector interesado. Para mí, la convocatoria de Maduro es una mala copia de los soviets que manipuló Lenin en 1917. Un artículo de marzo de Fernando Mires en Prodavinci lo describe con bastante precisión. La convocatoria de una “Constituyente Comunal”, ceñida a las condiciones de Maduro, es una continuación del Golpe de Estado del TSJ. No está prevista en la Constitución, pero tendrá el respaldo del TSJ y las FAN, y además, contará con la reingeniería del CNE. Todos de rodillas. Donde sí esta ese bodrio es en la historia: Rusia, 1917. Lenin y su consigna “todo el poder para los soviets”. Destruyó el parlamento, lo llamó “jaula de cotorras”, y acabó con el equilibrio de poderes. Después lo concentró todo en sus manos. En Lenin ya vivía Stalin y sus 5 millones de ucranianos muertos…Las dictaduras no pueden convivir con las instituciones democráticas. Necesitan “todo el poder para los soviets” (léase concejos comunales) para después transferirlo al dictador. Es una propuesta INACEPTABLE EN EL SIGLO XXI

Santos García Zapata
2 de mayo, 2017

“El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, afirmó que en caso de realizarse próximamente una elección en el país ganaría la oposición, e incluso en el caso de inhabilitar algunos partidos políticos, el chavismo perdería contra cualquier otra opción que esté disponible en el tarjetón electoral. ” EL NACIONAL WEB 04 DE MARZO DE 201

Migda Elizabeth Soto
2 de mayo, 2017

Bueno doctor Penfold en este berenjenal quizás usted pueda poner algún orden. Venezuela necesita de los mejores y usted está en la lista. Gracias por su escrito, me gusta su estilo que muestra lo que es y aporta datos para ser optimista. El país tiene futuro…. todo está por hacerse y sí se logra la excelencia mejor que mejor!

Juan Vicente
2 de mayo, 2017

Estimado Michael, la decisión no sorprende, y no por las razones que visceralmente alegan los analistas. Me excuso por esta larga exposición (que haré por partes) para desarrollar la idea. Me ha costado un tiempo entender los verdaderos móviles de esta coyuntura; finalmente los he ubicado en las negociaciones del arco minero y los nuevos acuerdos petroleros. Estos explican a mi modo de ver, con prístina claridad, tanto la “traición” al legado de Chávez, como la “militarización” del negocio extractivista, la inexplicable “inoperancia” de la Asamblea Nacional, y las “fallidas” apuestas de negociación de la MUD: tirios y troyanos se mueven (con desespero, ciertamente) ante la urgencia de abrir un nuevo y nefasto ciclo histórico, el del rentismo minero, ante el agotamiento del modelo petrodependiente (que poco cambió desde la nacionalización del 73), las implicaciones en términos de regalías y prebendas que supone el cierre de estas concesiones…

Juan Vicente
2 de mayo, 2017

… dentro de un marco legal que satisfaga los intereses foráneos, quizás la única arma de negociación que le queda al gobierno para “pactar” en condiciones favorables. Ante la imposibilidad de construir hegemónicamente este marco por el bloqueo de la AN (facultada para ello por la ahora moribunda constitución del 99), por los decretos del TSJ (objetivadas por asumir estas competencias), y la enorme presión internacional (cuyos intereses se explican mejor desde este ángulo), el único camino que le queda al gobierno para ello es la “supraconstitucionalidad” de la ANC. Visto como una conclusión lógica de este proceso, importa menos aquí mantener la ilusión de democracia (o el orden social) que la urgencia por legalizar el saqueo (o impedirlo por todos los medios, depende el cristal con que se mire). …

Juan Vicente
2 de mayo, 2017

Entendiendo la magnitud de lo que está en juego, no será difícil predecir de qué manera se recrudecerá el conflicto. Ciertamente es una lectura alterna, que parece dejar por fuera argumentos que son ya lugares comunes, pero ya estamos bastantes grandecitos como para saber como funcionan estos intereses frente a una apuesta tan alta, solo pensemos desde Yugoslavia, Somalia, Irak, las primaveras globales hasta Siria. Comparto estas reflexiones con usted porque lo considero un observador bastante objetivo; quizás pueda objetarlas o verificarlas de mejor manera. Así me libro de la sospecha de que los analistas ya están enterados y son cómplices de encubrimiento. Éxitos.

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