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[Fotogalería] Sujeto Empírico; por Felipe Rotjes

A continuación presentamos a los lectores de Prodavinci en ensayo fotográfico Sujeto empírico, un trabajo experimental en el cual Felipe Rotjes intenta exponer algunas ideas filosóficas a través de imágenes.

Por #ImagoMundi | 15 de octubre, 2016
Fotografía de Felipe Rotjes

Fotografía de Felipe Rotjes

Felipe Rotjes (Caracas-Venezuela) es un fotógrafo y comunicador audiovisual (USM) que ha venido desarrollando su investigación artística en el área de la fotografía experimental. Los cursos de formación impartidos por la escuela de fotografía de la Organización Nelson Garrido han representado un aporte fundamental en su estudio del hecho artístico y fotográfico. Para Rotjes las características biológicas muchas veces no son capaces de contener la percepción que el hombre tiene de sí, por lo que su trabajo artístico se extiende hacia el mundo de la identidad sexual en la psique humana, que en variados casos no coincide con la identidad biológica o genética de los individuos, generando un estado de desasosiego evolutivo.

Desmontar fronteras de lo homoerótico, desarticular y desafiar herencias ideológicas y culturales respecto a los patrones de comportamiento de la figura masculina son propósitos que el artista explora desde el uso de la fotografía en blanco y negro. Rotjes encuentra un camino para jugar con los matices del no-deseo, de lo erótico atenuado por el propio cuerpo desnudo, en solitario o en interacción con otros cuerpos. Pero la exploración fotográfica del artista visual también indica una investigación antropológica orientada a generar composiciones de una potencia sutil. El resultado fotográfico resalta dentro de una característica que Rotjes nombra como existencialismo prefabricado, donde el uso del artificio y el juego con las composiciones enfatizan las reminiscencias de la existencia humana.

Sujeto Empírico

Intérprete: Ricardo Lira

El sujeto debe estar al tanto de la crisis de la razón o la edad de los poetas que se conoce como ese manifiesto infructuoso de los grandes retóricos que solo denotan los usos particulares del discurso. No hay realidad como la que los metafísicos han tenido la esperanza de descubrir, ni una naturaleza humano; inclusive, ni una esencia de las cosas. No se palpa por ningún lado un basamento que expliquen con sinceridad las leyes universales que gobiernen al mundo o la conducta del hombre. Todas esas cosas que tanto te desgarraste estudiando solo son teorías. La filosofía, la metafísica, la ciencia y las artes se exponen como usos particulares del discurso. Sócrates, Descartes, Newton o Chagall no habrían sido buscadores de la verdad sino grandes poetas.

El único capaz de discurrir en el vacío de la consciencia, que asume el jerarquizar de los axiomas como justificación para esquivar lo desigual y que debe permitirse entender a la destrucción como hecho obligado en el ciclo de la creación de nuestro imaginario.

Fotografía de Felipe Rotjes

Fotografía de Felipe Rotjes

Las obligaciones emocionales y la soledad nunca fueron tan indispensable en este nuevo prójimo que se arrastra en los diálogos de la procastinada web. Un individuo que requiere dedicarse un tiempo en clausura. Un individuo que se entrega al vicio de relacionarse en comunicaciones esenciales. Por eso el avenirse y el retiro son útiles para entenderse. El sujeto aprovecha el lenguaje del emisor y el lenguaje de la introspección para categorizar, en los niveles de la angustia, una herramienta valiosa para rebasarse moralmente.

Toda noción de Dios debe ser meditada desde lo más profundo de nuestros razonamientos. En lo empírico, la razón no puede aventajar los cercos de la pericia, eso traduce el hecho de que todo es inteligible. Toda fe en las entidades onmipotentes, deben orientarse en las percepciones de lo absoluto. El dogmatismo y la manipulación ya deben dosificarse y mutar en algo que vigorice nuestro pesimismo, nuestro nihilismo, nuestra desesperanza. El sujeto necesita una nueva orientación, un nuevo orden de idea que sublime la manera más adecuada de vivir. El humano de Caracas adolece de una forma vertiginosa esta nimiedad. Acá mi metáfora fotográfica de ese desconsuelo.

Fotografía de Felipe Rotjes

Fotografía de Felipe Rotjes

El protagonista de esta épica sumisa e indómita. La unidad metafísica que se caracteriza por ser idéntico a sí mismo. El que otorga identidad y sentido a todas las cosas que se configuran como objeto. Un individuo autoconsciente y autotransparente debido a su identificación con la razón y su voluntad. El sujeto empírico en los espacios de la ciudad más peligrosa del mundo: Caracas.

Fotografía de Felipe Rotjes

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Fotografía de Felipe Rotjes

Fotografía de Felipe Rotjes

Fotografía de Felipe Rotjes

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