Perspectivas

El terror y la ley; por Fernando Mires

Por Fernando Mires | 20 de octubre, 2016
Fotografía de Julia Terjung

De izquierda a derecha: Lars Eidinger, Martina Gedeck, Florian David Fitz, Burghart Klaußner, intérpretes en la película Terror (2016). Fotografía de Julia Terjung

Como supongo que el film alemán Terror no llegará muy pronto a los países de habla hispana, no me referiré a sus elementos cinematográficos, limitándome a exponer el dilema que plantea. Dilema que trasciende al film y lleva a una discusión política, jurídica y moral.

El film está inspirado en la obra teatral del conocido autor Ferdinand von Schirach quien además de novelista y dramaturgo es un destacado jurista. Su director, laureado en diversos festivales de cine, es Lars Kraume.

El tema: un comando terrorista ha logrado apoderarse de un avión de pasajeros y amenaza utilizarlo, al estilo 11-S, como arma mortífera en el estadio de Múnich donde se encuentran 70.000 personas. Dos aviones de guerra intentan interceptar al avión de pasajeros, sin éxito. El piloto Lars Koch, al no recibir a tiempo las indicaciones, decidió disparar sobre el avión cuando éste cruzaba los límites de la ciudad. Las 70.000 personas en el estadio de fútbol fueron teóricamente salvadas. Todos los pasajeros murieron. El piloto Koch fue detenido y de acuerdo a la legislación alemana, acusado de asesinato.

La decisión asumida por Koch fue de elemental sentido común. 164 personas deben morir a cambio de que 70.000 puedan salvarse. Sin embargo, desde un punto de vista jurídico el problema no es aritmético. Según la acusación, el aviador Koch se tomó la libertad de decidir quienes sí y quienes no deben morir. De acuerdo al muy brillantemente expuesto argumento de la fiscal —sacó a bailar hasta a Kant— el oficial no dejó ninguna posibilidad para que la contingencia decidiera. Por ejemplo, que los pilotos o los pasajeros hubieran impedido el atentado como ha ocurrido en un par de ocasiones. Koch argumentó que él no podía saber lo que sucedía en el avión. Luego, no podía hacer otra cosa sino elegir entre el mal menor y el mal peor.

La fiscal enrostró a Koch el hecho de que haya actuado según un simple criterio de contabilidad y no de acuerdo al principio constitucional que dice: “La dignidad de cada ser humano es intocable”. Enfatizó que nadie puede ser sacrificado en aras de un objetivo superior (70.000 es muy superior a 164) y por lo mismo nadie puede utilizar a seres humanos como objetos sobre los cuales es posible decidir si vivirán o no. Koch, en consecuencias, ha faltado a la letra de la Ley. Por lo mismo —finalizó— debe ser declarado culpable.

La argumentación del abogado defensor, no menos brillante, partió de la premisa de que no todo en la vida puede ser decidido de acuerdo a principios. Si eso fuera así —expuso— convertimos a los seres humanos en objetos de postulados, eliminando ese espacio de libertad del que cada ser dispone cuando llega el momento de enfrentarse a los dilemas de la vida.

Interesante: quien debía decidir sobre la culpabilidad de Koch era un jurado formado por ciudadanos corrientes, hecho que hace recordar levemente al legendario film protagonizado por Henry Fonda, Doce hombres en pugna. Aún más interesante: los tele-espectadores, actuando como miembros de un virtual jurado, podían ejercer su voto mediante vía telefónica.

La votación de los televidentes fue impactante. 87% en Alemania, 86% en Austria y 84% en Suiza, decidieron que Koch no era culpable. Al día siguiente (18.10. 2016) el prestigioso diario Süddeutsche Zeitung encendió algunas alarmas. Miles y miles de televidentes habían votado —según la opinión del diario— en contra de la Constitución.

Más allá de que entre los televidentes hubiese primado el criterio del simple cálculo matemático (70.000 vs. 164) el film confrontó dos posiciones hasta ahora no resueltas en la filosofía del derecho. De acuerdo a una, la ley no puede ser jamás transgredida. De acuerdo a la otra, antes de cada ley, hay otra ley, una ley moral, una ley basada en el derecho natural, una ley que precede y sobredetermina a toda ley escrita.

Juristas, filósofos y hasta teólogos llevan siglos discutiendo sobre el tema. Hasta ahora no hay acuerdo.

¿Cuál fue mi veredicto?

A diferencias de Norma (mi esposa) quien se decidió rápidamente por la no-culpabilidad del acusado, había para mí un par de puntos problemáticos. Simpatizando con la decisión del piloto (bajo las mismas circunstancias yo habría actuado igual) la declaración de no-culpabilidad significaba dejar sin efecto una ley fundamental de la Constitución. Antes de emitir mi voto decidí entonces ver una parte de la discusión que siguió al film. Allí participaban, entre otros, el liberal Gerhart Baum, ex Ministro de Justicia, y el socialcristiano Franz-Josef Jung, ex Ministro de Defensa.

De pronto me pareció que la discusión tenía lugar entre Kant y Montesquieu. Mientras Baum defendió vehementemente la letra de la Constitución, Jung atendía más a su espíritu. La posición de Baum me pareció más rigurosa. Más allá de la muy humana decisión del piloto, pasar por alto a la Constitución es un hecho grave. Sienta, además, un caso precedente.

Las leyes a veces no son justas pero mientras no sean derogadas tenemos que regirnos por ellas y no por argumentaciones morales, por muy convincentes que ellas sean. Me decidí pues a votar “culpable”. Al fin y al cabo las condiciones atenuantes a favor de Koch eran muchas y en caso de haberse tratado de un hecho real, la pena habría sido conmutada por otra mucho menor.

Justo al descolgar el teléfono para llamar al canal televisivo, Norma me preguntó: ¿Estás completamente seguro de que la acción del piloto fue ilegal?—.  Por supuesto —respondí— la película lo deja muy claro—.Y agregué: Las leyes solo pierden rigor en caso de un estado de excepción. Una guerra por ejemplo. Ningún soldado puede ser condenado si en un bombardeo mueren civiles—. Y bien: al decir estas últimas palabras se encendieron de pronto todas mis bujías.

Efectivamente, en caso de un estado de excepción. ¿Y no ocurre la trama de la película en un periodo en el que estamos bajo un estado de excepción? Alemania está en guerra en contra del terrorismo internacional. Ha firmado todos los protocolos de guerra, es parte de la gran coalición formada por Obama en contra de los ejércitos del ISIS, apoya a las tropas kurdas en Irak y participa activamente en la guerra en contra de los talibanes en Afganistán.

Por lo demás, el mismo Koch dijo, al ser interrogado, que los terroristas utilizaban el avión como un arma destinada a matar a “enemigos”. Él, en consecuencias, actuó de acuerdo a las reglas de la guerra. De una guerra que él no había decidido pero que, como soldado, lo obligaba a actuar profesionalmente. Y así lo hizo.

Lamentablemente la película no deja en claro la nacionalidad de los terroristas. Todo indica que ellos provenían de la región islámica. No es, en todo caso, un detalle secundario. Debió haber sido mencionado.

¿Por qué un jurista tan experimentado como Baum no utilizó el argumento del estado de excepción? ¿Por qué yo mismo que no me he cansado de repetir que Occidente está en guerra en contra del terrorismo internacional, había pasado por alto ese hecho? La respuesta no puede ser otra: hemos reprimido hasta el fondo la incómoda verdad de la guerra. Pese a que cada vez que viajamos los guardias te revisan por todos lados, sin dejar de mencionar las agobiantes preguntas a las cuales somos sometidos, los retrasos de los aviones, los anuncios de suspensiones de vuelo, y otros caramelos, no queremos aceptar la innegable existencia de la guerra. En lugar de eso preferimos imaginar que la vida continúa como siempre y que todo sigue igual que antes.

Fui entonces al teléfono, llamé a la televisión y dije: “Voto por no-culpable”.

Nunca me he dirigido directamente a los lectores en mis textos. Pero esta vez lo voy a hacer. Estimado lector: si usted hubiese votado, ¿cuál habría sido su decisión? ¿Culpable o no culpable?

Fernando Mires 

Comentarios (24)

Eddy
20 de octubre, 2016

Estimado profesor lo invito a ver la película Eyes in the Sky (Enemigo Invisible, título es español) protagonizada por Helen Mirren y Alan Rickman, quizás el último trabajo de este gran actor, que se centra en el daño colateral tras una misión de drones misilisticos para desmantelar una célula terrorista, de yihadistas (se presume) que pretenden inmolarsee. Al momento de ordenarse el bombardeo, aparece en escena,cerca del objetivo, una niñita vendiendo pan. Lo demás puede imaginárselo: salvar a la niña o dejar escapar a los terroristas. Como siempre, muy bien enfocados sus artículos.Suerte.

Carlos ottati M
20 de octubre, 2016

No culpable,elemental mi querido

FGB4877
20 de octubre, 2016

En una forma perversa, voy a votar por la inocencia del Sr. Koch… tengo más posibilidades de estar entre los salvados por su acción que entre los condenados por la misma (70.000 a 164)… un criterio netamente estadístico, y por ende, fácilmente rebatible.

Preguntas: aparte de los protocolos de Munich, ¿existe algún tipo de legislación diseñada para tiempos de guerra?. ¿Cómo deben comportarse los civiles y cuáles son sus derechos durante la contienda?.

@manuhel
20 de octubre, 2016

Para votar tendría que haber visto la película y todo su contexto.

Pero simplificándolo todo, o sea, remitiéndome a la acción del piloto, votaría por no-culpable, aunque si me pongo en sus zapatos, conociéndome como me conozco, yo no habría tomado la decisión de explotar el avión.

Estelio Mario Pedreáñez
20 de octubre, 2016

Profesor Mires en mi país, Venezuela, tan atrasado y primitivo (aún busca el ideal de lograr un Estado de Derecho), no se plantearían tantos dilemas políticos, jurídicos y morales para declarar “INOCENTE” al piloto de la película alemana, o “No Culpable” como ahora dicen los anglosajones. Inocente por muchas Causas Eximentes (no atenuantes) de Responsabilidad en el Derecho Penal, dentro de la tradición jurídica del Derecho Romano: 1) No exigibilidad de otra conducta. 2) Actuar en Estado de Necesidad. 3) Actuar en Defensa de un Tercero, Etc. Parece que los alemanes avanzaron mucho desde 1908, cuando explotó en la prensa extranjera un escándalo por el genocidio (1904-08) ordenado contra las tribus Herero y Nama en la actual Namibia, cuando 180.000 hombres, mujeres e indefensos niños fueron masacrados por el Ejército Imperial Alemán por órdenes del genocida Káiser Guillermo II y ¡Nadie lo censuró en Alemania! O desde el genocida Hitler y sus Nazis ¡Aplaudidos por abolir la Constitución!

rafael vivas
20 de octubre, 2016

Hay un grupo de teoricos del derecho que se plantean la posibilidad de dilemas legales que no tienen una sola respuesta universal absoluta y necesariamente correcta , que hay dilemas legales irreductibles que admiten mas de una respuesta correcta segun las premisas y preceptos de cada quien …..y las circumstancias que obran para interpretarla . Dworkin es uno de ellos…..!! El estado de excepcion abre el abanico de las decisiones que se pueden considerar licitas pero no elude la posibilidad de dilemas cuando la excepcion tambien es problematica y multivoca en cuanto que permite y que prohibe , por ejemplo cuando se abusa del estado de excepcion cuando se adoptan medidas superfluamente maleficas o crueles , e.g. Los bombardeos de hospitales y escuelas por las fuerzas israelitas en gaza , la decision de lanzar la bomba atomica de Truman , estos dilemas nos permiten quizas medir el grado de culpa pero nunca exonerarla del todo !!

hugo barrios
20 de octubre, 2016

No culpable.

Arturo Gartner
20 de octubre, 2016

No culpable; sí hablamos de leyes, Koch, un militar, actuó de acuerdo a las “normas” existentes en una guerra. Y usar el avión como misil, y en contra de civiles, peor aún, es un acto de guerra.

Olmar Centeno
20 de octubre, 2016

No culpable. Pero no por el estado de guerra, lo cual es indudable, guerra y guerritas internas. Si no por un artículo del Código Penal venezolano que establece el “estado de necesidad”, similar a la legítima defensa pero referido a quien debe defender, no su persona, si no la de un tercero Y se aplicaría en relacion a los secuestradores, ya que los demas incluyendo los pilotos y resto de la tripulación del otro avión son víctimas. Y a lo que recuerdo ese principio existe en el resto de los países occidentales.

Juan Pablo Díaz
21 de octubre, 2016

Si bien la ignorancia de la Ley no excusa de su incumplimiento estoy seguro de que el piloto aun para el caso de que conociera de los preceptos constitucionales vigentes hubiese decidido igual. Aplicó pues un sentido de equidad, justicia y ecuanimidad que es intrínseco al ser humano, por esto lo considero NO CULPABLE. Sin embargo, las implicaciones de sentenciarlo como NO CULPABLE son catastróficas para un sistema que puede exponerse luego de ello a múltiples violaciones constitucionales, en las cuales el ciudadano puede pensar “si el piloto violó la ley y fue absuelto porque yo no?” En merito de lo expuesto pienso que la sentencia debería declararlo culpable pero estableciendo una pena mínima o una conmutación de la pena. Excelente discusión profesor. Saludos!

Yraida Pèrez Navarro
21 de octubre, 2016

No culpable. ¿Influirá en mi veredicto el hecho de ser bióloga? No lo sé. Sin pensar en leyes humanas, me inclino por salvar a los del Estadium. Protegería la especie. En el estadium habían personas capaces de reproducirse y sustituir la población que viajaba en la nave sacrificada en corto tiempo. Decisión cruelmente fría. Pero así actúa la naturaleza. Lo prioritario es la perpetuación de la especie.

Marco Rivera
21 de octubre, 2016

Excelente artículo. ¿Me gustaría saber donde se puede ver la película? ¿En que año se proyectó? Gracias

Vytautas Subacius
21 de octubre, 2016

Para mi como médico la decición no es facil, si parto del principio atribuido al médico griego Hipócrates primun non nocere, tengo que asumir éticamente la actitud de no hacer daño a ninguna persona, pero ante el dilema de hacercelo a 164 para así evitarlo a 70 000, creo que mi voto sería NO CULPABLE.

Leonardo Argüello
21 de octubre, 2016

NO CULPABLE. Excelente artículo estimado Profesor Mires y extremadamente interesante los comentarios de los ciudadanos que han opinado al respecto. Mi argumentación en mi dictamen: el estado de guerra en que nos encontramos y que no terminamos de aceptar. Por ejemplo, en mi querido país, Venezuela, mueren un poco más de 22 mil personas por el muy grave problema de la inseguridad, el gobierno actual trata de ocultar el problema y la Sociedad se ve en muy buena parte casi indiferente.

Luia F Gutierrez C
21 de octubre, 2016

SIN PENSARLO MUCHO… NOT GUILTY……NO CULPABLE…..INOCENTE. No se trata de sumar o restar. La Aritmetica, para mi, no cuenta en casos como este. SE TRATA DE…..MORAL. aLLI, ESTba en juego la vida de 70.000 inocentes frente al derecho de ciento y pico de TAMBIEN INOCENTES pero con el agravante de que este avion era guiado por 5 o 10 asesinos.

Edwin Henriquez
21 de octubre, 2016

Vergación, con su primer argumento:culpable y nuevamente alienado con su segundo argumento no-culpable. creo que es una de esas cuestiones donde el bien y el mal son lo mismo y los humanos inconscientemente nos plegamos a unos u otros olvidando que es terrible tener que morir por culpa de otros.

Leonardo portillo
21 de octubre, 2016

Culpable

Jan Pahl
21 de octubre, 2016

navaja de Ockham, la decisión del piloto no fue de sentido común sino la decisión más sensata dada la información, recursos y tiempo que disponía, decisiones sensatas no son binarias, se hacen con recursos cognitivos que se tiene.hay demaciado ejercicio de meter tantas hipótesis auxiliares quieras, irrelevantes al caso por post-facto, muchos “non issues” (G.I.G.O.)..Creer que hay una y solamente una decisión ética correcta o que optimice la situación en situaciones límite, es juego de intelectuales divorciados de la realidad, presuponer que la decisión tiene que ser ética ya es un error, ¿dónde está la ética en una acción por necesidad casi automática?, ni el habitus Aristotélico podría haber entrado en algo tan improbable. Si la culpa es de alguien, pues no había un reglamento a seguir claro en esos casos….hasta presuponer que el piloto valoró diferente las vidas en es post facto incluyendo todos “lo que hubiera podido pasar tal cosa, por lo tanto la acción fue correcta/incorrecta”

Iñaki Matanza
21 de octubre, 2016

Yo le preguntaría al acusado qué tan seguro estaba del éxito de la empresa terrorista. Si juzgaba como cierto el éxito de la misma, los 168 pasajeros iban a morir de todas maneras, así que al derribar al avión le salvo la vida a muchos más en el estadio. En esa ecuación terrible no entrarían como “datos” las vidas de los terroristas, que por definición se suicidaron. Inocente.

Saludos a todos, en especial a los aficionados a las decisiones difíciles.

Jose Pirela
22 de octubre, 2016

No culpable

JORASEMA
22 de octubre, 2016

Estimado Prof. Mires.

No puedo resistir la tentacion de abandonar la ficcion de la pelicula in comento, para comparar la situacion planteada con nuestra realidad venezolana.

Deberiamos los venezolanos considerarnos NO CULPABLES, si actuamos en consecuencia, en legitima defensa de nuestros derechos fundamentales los cuales estan siendo violentados por un regimen devenido en DICTADURA?

Reiteradamente se nos recomienda que nuestra lucha debe ser PACIFICA. Acaso no estamos en guerra los venezolanos? Que yo sepa no existe una PAZ unilateral.

Un grupo TERRORISTA se ha apoderado del gobierno de un pais y amenaza con utilizar el poder usurpado en contra de 30.000.000 millones de personas indefensas. Cual es la conducta justificable? Se puede considerar esto un estado de excepción? Cual es el apropiado criterio juridico internacional, por el cual seran juzgados, Victimas y victimarios?

Ayer fuimos convocados a jornadas de protesta pacifica Nuestro pais ya esta tomado militarmente….

LOIRET SUAREZ
17 de noviembre, 2016

yo lo declararía no culpable. . Ya que en este caso se trata de salvar vidas humanas. Y el eligió salvar la mayoría; independientemente que estuviera violando la constitución, fue un acto moral

Vickmar Martínez
24 de noviembre, 2016

Que bueno poder leerles a todos, gracias Profesor Mires, por propiciar este espacio de discernimiento. Yo LO DECLARARIA, NO CULPABLE. Más allá de lo matemático (su respuesta!!!, aunque no podemos ignorar ese hecho numérico). Considerando que los terroristas están en el avión (más allá de la posibilidad de hacerlos aterrizar negociando), había que tomar una decisión, contra ellos; a pesar de los pasajeros. Como todo dilema humano y existencial esta situación es incómoda, pues nos confronta con la muerte frente a la vida y nos muestra nuestros juicios frente a nuestro actuar como si fuésemos dioses. Pienso que no hay una única respuesta “ética o moralmente correcta”; pues será relativo a las circunstancias de cada quien (mi familia estaba en el avión con los terroristas o estaba en el estadio viendo el partido). Esto es un factor que inclinará la balanza a un lado o al otro. Es allí donde reside nuestra vulnerabilidad como humanos, incapacidad para ser 100% asertivos.

Elisabeth Roosen
25 de noviembre, 2016

No culpables porque si estamos en estado de guerra !

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