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El músico de hoy, ¿artista o producto?; por Aquiles Báez

baez

“El conocimiento es un tesoro, pero la práctica es la clave para ello”
Lao Tse

“El talento debe ser superior a la ambición”
Daniel Barenboim

Empiezo a escribir estas letras después de una conversación que sostuve con una persona de la industria de la música en la que me cuestionaba por ser demasiado, y abiertamente, crítico con cierta música comercial que se está haciendo en estos tiempos. Soy básicamente un pensador, vivo construyendo, abriendo ventanas para la música con sentido artístico desde mi trinchera como músico, y por creer en la música y los músicos de Venezuela llevo adelante una labor como gestor cultural a través de Guataca Producciones. Pienso que es la forma de crear un mejor futuro, no me quedo en las palabras ya que éstas se diluyen, pero esta conversación fue un llamado a botón, fue confirmar que hay una dictadura del mercado en el que no se permite ni siquiera ser crítico con la mediocridad. Para mí eso es sencillamente inaceptable.

Vivimos en tiempos de imitación y clonación, en los que pareciera que no hay mucho espacio para ser original y creativo. Es una época compleja en la que muchos cantantes que se hacen famosos son afinados electrónicamente con programas como melodine o auto tune que arreglan cualquier nota desentonada, que algunos letristas tienen errores de conjugación y de gramática elemental, que van desde el uso inapropiado de los tiempos verbales, hasta estructuras y palabras inventadas que no tienen ningún sentido, o acentuaciones mal puestas. Son tiempos en los que una buena cantidad de los músicos que se vuelven famosos conocen más de programación y mercadeo que de la música misma. Pareciera que lo importante es ser famoso más que ser profundo. Es una época en la que todo apunta a lo visual, con un alto contenido sexual y de antivalores, una burbuja llena de falsas imágenes.

Sin embargo hay otras realidades. Así como existen los artistas superficiales, hay quienes se esfuerzan y se preparan cada día para construir desde la música, para mí estos son los artistas verdaderos. Existe una nueva generación de músicos en el mundo, una suerte de niños índigos, que están haciendo unas cosas increíbles, pero carecen de la visibilidad que se merecen. Estos músicos de alto rendimiento son como los atletas, se preparan por años, se esfuerzan cada día por ser mejores, técnica e intelectualmente. Vivimos en una época en la que los héroes reales de la música de estos tiempos se mantienen anónimos, mientras que íconos de plástico que surgen a diario se mantienen como referentes contemporáneos. Entonces me pregunto: ¿por qué los músicos que admiro, de Venezuela y de muchas otras partes, no tienen el sitial que merecen? ¿Por qué la calidad no está presente en el discurso mediático contemporáneo, y cuando está es de una forma muy tímida o muy banal? Todo se dividió entre banalidad y arte.

Son tiempos en los que se avalan artistas que pudieran compararse con el esquiador venezolano Adrián Solano, quien fue al mundial de esquí de invierno y ni siquiera conocía la nieve. Hay muchos de estos “esquiadores” en la escena musical más masiva que no conocen realmente la música. Aunque ésta es una analogía, es la realidad que nos rodea. Quizás la gran diferencia es que no se les ridiculiza como mucha gente hizo con el esquiador, sino que se les aplaude y admira.

Tiene que existir una reflexión, hay que luchar por un mejor porvenir en la música. No nos podemos quedar con lo que dicta cierta parte de la industria. Hay que construir a partir de las ideas, cada quien desde su propia trinchera y desde su propia verdad. Me consterna esta realidad y hay que reaccionar ante ella. ¿Cómo sobrevivir a la enfermedad de estos tiempos y cómo no ser crítico ante algo que no me parece correcto? Es triste ver cómo hay muchos de estos jóvenes que se han dejado influenciar por la banalidad, a pesar de ser talentosos. Pudiendo ser ellos mismos, terminan siendo imitadores de otros que a su vez imitan a otros, un pasticho total en el que la esencia de la música no está presente y se termina cayendo en fórmulas reiterativas. No podemos seguir siendo cómplices de la mediocridad, hay que reinventar estos tiempos desde la autenticidad y la creación. El arte tiene que volver a ser arte.

Hay que luchar todos los días por cambiar este paradigma. ¿Cómo crear espacios para la música de calidad en estos tiempos? Es una época en la que a veces me siento como una suerte de Robín Hood cultural, robándole espacio a los mediocres para dárselo a los preparados. Mundo al revés, pero son nuestros tiempos, hay que asumirlos aunque uno se convierta en una voz incómoda, sin pretender ser el dueño de la verdad. Debemos buscar la verdad de nuestra era. Esto lo digo desde el amor más sincero que tengo, que es el amor por mis hijos y por todos los hijos. Hay que hacer todo el esfuerzo posible para gestar un mejor mañana.

Probablemente nunca me encuentre del lado de la acera en donde tenga millones de vistas en YouTube o que suene en todas las emisoras de radio o sencillamente que un video mío lo pasen por Htv, pero tengo la tranquilidad de ser un creador desde el espacio que genera la autenticidad de lo que soy, mi conciencia está tranquila, soy un artista, no un producto.

Por otro lado, cada vez que veo las cosas maravillosas que se están haciendo, me siento feliz de ser parte de estos tiempos y me hacen pensar, como diría Fito Páez: “¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón”.

Estos son algunos ejemplos de artistas menores de treinta años que deberían estar en un rol más protagónico, son solo algunos de estos milagros de estos tiempos a quienes admiro y quienes me hacen sentir desde la emoción, que existe un futuro. Les dejo algunos videos de jóvenes que están haciendo cosas maravillosas:

Brenda Rengel con Miguel Siso y Freddy Adrián

 

Carmela Ramírez y Gabriel Chakarji

 

Quintillo Ensamble

 

Yulitza Pinzón

 

Mafer Bandola con el proyecto “La Dama”

 

Jacob Collier

 

Nahuel Pennisi y Manuel Moreira

 

Carmela Ramírez y músicos venezolanos en Nueva York

 

Snarky Puppy

 

La Orquesta La Familia (Itiberê Zwarg con sus alumnos)