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Dicom: una oportunidad en medio de la crisis; por Asdrúbal Oliveros y Cristina Parilli

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El vicepresidente del Área Económica, Miguel Pérez Abad, finalmente anunció los detalles (sin mucho detalle) del nuevo sistema cambiario, donde las tasas de Cencoex, Sicad I y Simadi se reemplazarán por Dipro y Dicom. La primera será un tipo de cambio protegido que reemplazará a las tasas de VEF 6,3/US$ y VEF 13,5/US$ y estará destinado básicamente a importaciones de sectores prioritarios, jubilados, y estudiantes con solicitudes ya autorizadas. Por otro lado, Dicom heredará las funciones de Simadi y se destinará a importaciones no prioritarias, viajeros, actividades diplomáticas y venta de hidrocarburos. Según Pérez Abad, el sistema será ejecutado bajo un esquema en el que el tipo de cambio fluctúe por oferta y demanda, desplazándose con el tiempo al “punto de equilibrio”. Sin embargo, esto nos puede parecer un deja vú de las promesas que se hicieron al anunciarse Simadi, y que nunca se cumplieron.

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Vale la pena entonces repasar el desempeño del extinto Simadi para saber qué podemos esperar del nuevo Dicom, y cuáles aspectos son de fundamental mejora si se quiere lograr el objetivo de estabilizar el mercado cambiario nacional.

Simadi nació hace poco más de un año como un nuevo esquema cambiario que vendría a reemplazar a un Sicad II con poca gloria. Comenzó a operar a una tasa muy cercana a la del mercado paralelo, algo que lo convertía en un candidato ideal (de contar con una oferta constante y considerable) para controlar e incluso reducir la cotización en dicho mercado. Sin embargo, las trabas operativas, la falta de oferta y sobre todo de voluntad política le hicieron imposible estabilizar un mercado cambiario que en el 2015 estuvo caracterizado por la incertidumbre y las expectativas negativas.

Además, el sistema se ideó como una tasa fluctuante por la oferta y demanda. No obstante, hasta febrero de 2016, al cumplir un año de operatividad, el promedio del Simadi fue de VEF 196,1, una diferencia de apenas VEF 26,0 con respecto a su primera cotización. Estos factores no hicieron esperar una aceleración en la cotización del mercado paralelo y dejó como herencia al Dicom un diferencial cambiario de 18.708,1% entre la, también extinta, tasa de Cencoex y el paralelo.

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De la misma manera es importante analizar los niveles de liquidación de Simadi con respecto a los demás mecanismos. El mecanismo inmediatamente anterior con el cual podemos establecer una comparación es el Sicad II, el cual tuvo un peso de 22,4% de las liquidaciones totales promedio del 2014. Por el contrario, Simadi sólo representó el 9,0% de las liquidaciones promedio para 2015, un 86,2% menos que el Sicad II, las cuales a su vez sufrieron de una contracción importante dada la caída de los precios petroleros.

Esta caída en las liquidaciones produjo que el año pasado nuestro país experimentara altos niveles de escasez de productos básicos, así como una creciente inflación que, según nuestros estimados, cerró en 240,5%.

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Sin embargo, es vital resaltar que para 2016 estábamos comenzando a observar un intento de devaluación encubierta por parte del Gobierno al liquidar la mayoría de sus divisas a tasa Simadi un 59,0% del promedio total. Esto representa una cifra inédita en los últimos años, donde la tasa oficial más baja era la líder en lo que a liquidaciones respecta.

Este fenómeno ha permitido cambiarle a PDVSA divisas a un tipo de cambio mayor (ya que la estatal ha venido vendiendo una mayor cantidad de divisas a tasa Simadi) e ir indexando los precios de productos importados a una tasa más alta, prefigurando así lo que llamamos anteriormente como una “devaluación encubierta”. No obstante es muy pronto para estimar que esto seguirá siendo así.

Dado este panorama, el nuevo Dicom tiene una oportunidad para lograr el comienzo de una estabilización del mercado cambiario en Venezuela. Si bien el Gobierno no ha mostrado la voluntad política de hacerlo, también es cierto que con bajos precios petroleros el Ejecutivo se está quedando con menos margen de maniobra, por lo que cambiar divisas a una tasa de cambio más alta se hace cada vez más atractivo y necesario.

Estamos en presencia de la llegada al punto de inflexión en lo económico, por lo que nos queda esperar que camino decidirá tomar el Ejecutivo.