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El costoso regreso a clases: crónica de una lista de útiles anunciada; por Lau Solórzano

Buscando una lista de útiles; por Lau Solórzano 640

Fotografía de Cristian Josué Hernández

1. La difícil tarea

La asignación era sencilla: salir a buscar cada uno de los ítems que conforman la lista de útiles escolares para un niño que este año cursará el 2do grado de Educación Básica en Venezuela. La lista consta de 39 ítems además de cinco libros de texto obligatorios, además del uniforme escolar.

Son las cinco de la tarde del jueves 23 de julio, la hora a la que cualquier padre o madre saldría de su trabajo. Comienza la cacería. La primera parada es una librería en el Bulevar de Sabana Grande, hacia los lados de Chacaíto y al lado de una discotienda. Al preguntar por los textos escolares, no estaban todos los libros: de cinco faltaban dos, pero el precio de los tres que sí tienen suma 3.558 bolívares. En esa misma librería, el cuaderno más barato marca un precio de 670 bolívares y una caja de creyones 1.800. No tenían cartucheras ni variedad en juegos didácticos.

Mientras varias personas esperan su turno, una madre comenta que ya había pasado “por más de tres librerías y todavía no tengo todo. Ya he gastado, sacando cuentas por encima, más o menos 12.000 bolívares y todavía no consigo los libros ni he comprado el uniforme”. Tampoco logra completar lo que le falta acá. Confiesa que éste ha sido el año más difícil para comprar los útiles, dobla la hoja tamaño carta que contiene la lista inconclusa en la cartera, agarra tres bolsas de colores y tiendas diferentes y camina en dirección al metro.

2. Hace un año o dos

En este mismo lugar donde queda esta librería hubo una feria de libros y útiles escolares el año pasado. Nadie sabe si este año habrá. Entre los clientes comentan que  hay una ubicada en el Centro Comercial Ciudad Tamanaco, donde los precios son un poco más razonables y, si sabes buscar, puedes conseguir casi todo.

A esta hora es difícil hacer el viaje hasta Chuao, donde queda el CCCT, en un tiempo que permita llegar a tiempo de comprar algo así que la siguiente parada es otra librería… una más grande. Forma parte de una empresa distribuidora de libros y sus dueños también tienen diarios de circulación nacional. Queda casi en la mitad del Bulevar de Sabana Grande.

Uno de los responsables del local afirma que, a diferencia de años anteriores, esta vez tiene menos gente trabajando, menos clientes y, por supuesto, menos ventas.

Ante el argumento de que muchas personas dejan para último momento la compra de los útiles,  el señor José dice que “lo que pasa es que este año ha venido más gente a preguntar el precio de los útiles, pero se van. No compran. Y eso que nosotros les advertimos que es mejor comprar ahorita, porque después o se acaba o sube de precio”. Mientras dice esto, busca uno de los libros que le había pedido y remata: “Este libro, por ejemplo, el año pasado costaba 334 bolívares. Ahora cuesta 1.480”. Aclara, además, que ése es el precio de ahí, porque se trata de un libro de la misma distribuidora que es dueña de la librería: en otras está a 1.648.

Sin embargo, José tampoco tiene todo lo que busco: de los 39 ítems apenas tienen 15. El precio de esos suma 7.604 bolívares.

Buscando una lista de útiles; por Lau Solórzano 640a

3. Moverse a casa

Luego de confirmar que en Sabana Grande no había tantas librerías como en el centro de Caracas o Catia, decidí que era mejor cambiar de locación. Quise cerrar con un par de librerías en Catia que cierran a las siete de la noche y el metro estaba generoso.

Entro en una librería que está al lado de la estación de metro Plaza Sucre. Ahí tienen 27 de las cosas de la lista, pero todo suma 10.345 bolívares. Es imposible no pensar en una familia promedio: tres niños y con el salario de los padres sumando 15.000 bolívares mensuales, aproximadamente.

¿Cuántos niños irán sin los útiles a la escuela? ¿Cuántos van a dejar la escuela en este período lectivo? El dato oficial es preocupante: según las cifras de INE, en 2014 había 138.488 niños con edad comprendida entre los 7 y los 12 años sin escolarizarse.

4. Será el fin de semana y en el centro ¿no?

El sábado por la mañana fue el último de los recorridos pautados. Esta vez por el centro de Caracas. De nuevo las librerías se ven vacías, los empleados se quejan y las madres van de un local al otro con sus listas, sus bolsas y sus caras de resignación.

Una señora comenta que tiene cuatro hijos y todos están en edad escolar. A algunos los resuelve dándoles lo que sobró del año anterior. A todos les pide que cuiden los libros para que sus hermanos puedan usarlos. Ha tenido que hacer lo mismo con la poca ropa que queda viva después de un año de clases y recreos. Confiesa que gana 18.000 mensuelaes y es madre soltera. En lo que lleva de las cuatro listas, todavía incompletas, suma más de 36.000 bolívares.

Al parercer la escolaridad también pasó a ser un lujo en un país donde el Ejecutivo Nacional afirma que hay casi cuatro millones de venezolanos inscritos en misiones de educación. Por ahora, luego de visitar nueve locales, logré conseguir casi todo lo que buscaba: 12.670, 32 bolívares. Y todavía no compramos los uniformes.