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“Y al Gobierno, de por Dios, que nos saque del apuro”; Simón Díaz canta su Testamento de Judas

quema de judas 640

Hoy se celebra en muchos lugares de Venezuela La Quema de Judas, una simulación del suicidio del discípulo que según las Escrituras traicionó al Mesías. Las comunidades escogen un personaje de la vida pública (un político; un personaje famoso; alguna invención de la ficción) o una alegoría (el gobierno; la economía; la muerte) y elaboran un muñeco de trapos, papel y otras sustancias inflamables con la intención de convertir la quema en una manera de castigar su deslealtad.

Un elemento de esta tradición que se ha ido perdiendo es la lectura del Testamento de Judas, un texto rimado e irónico con el que los poetas de cada pueblo o vecindario hacen crítica social y aprovechan para explicar por qué se ha escogido al personaje representado ese año como el traidor al pueblo. Esta manifestación de descontento y justicia simbólica y poética en la tradición también se lleva a cabo en otros países como Brasil, Cuba y Nicaragua, aunque no en todos lados se hace el Domino de Resurrección.

Como una muestra de los testamentos que se leen antes de quemar al muñecote en tamaño real, compartimos éste cuya autoría corresponde al maestro Simón Díaz y que, a pesar de haber sido hecho hace ya varias décadas, mantiene versos con vigencia.

TESTAMENTO DE JUDAS

Soy el Judas de este pueblo
que tienen tan olvidao
y les voy dejando al vuelo
lo que el pueblo me ha enseñao.
Al burro le dejo aperos,
a la blusa faldriquera
y al Gobierno, de por Dios,
y al Gobierno, de por Dios,
le pido una carretera.

Pelo dejo a la cabeza,
al muchacho dejo esquivo
y al Gobierno, de por Dios,
que le haga pozos al chivo.
En la capilla los santos,
en los zapatos tachuelas
y al Gobierno, de por Dios,
y al Gobierno, de por Dios,
que no olvide a las escuelas.

Al día le dejo el sol,
a la noche los luceros
y al Gobierno, de por Dios,
justicia pa’ los obreros.
Cueva dejo a los reptiles
y a la quebrada corriente
y al Gobierno, de por Dios,
y al Gobierno, de por Dios,
que vaya haciendo los puentes.

Dejo topias al fogón,
a los pajaros trinar
al Gobierno, de por Dios,
que haga justicia social.
Teta le dejo a las vacas,
patas le dejo a las mesas
y al Gobierno, de por Dios,
y al Gobierno, de por Dios,
que recuerde sus promesas.

Dejo rezos al velorio,
pa’l borracho el aguardiente
y al Gobierno, de por Dios,
trabajo para la gente.
Piedras a orilla ‘el camino,
condenados al infierno
y al Gobierno, de por Dios,
y al Gobierno, de por Dios,
hospital pa’ los enfermos.

A la mujer dejo parto,
anteojos dejo a los tuertos
y al Gobierno, de por Dios,
que haga valer los decretos.
Ratones dejo a los gatos
y al cementerio sus muertos
y al Gobierno, de por Dios,
y al Gobierno, de por Dios,
que enderece los entuertos.

Al picaflor dejo flores,
al caballo la montura
y al Gobierno, de por Dios,
que ayude a la agricultura.
Al político le dejo
partidos pa’ sus embustes
y al Gobierno, de por Dios,
y al Gobierno, de por Dios,
los pueblos pa’ que se ocupen.

Al gallo dejo gallinas,
al rico dejo sus riales
y al Gobierno, de por Dios,
los caminos vecinales.
A la mula sus orejas
y el filo pa’ la peinilla
y al Gobierno, de por Dios,
y al Gobierno, de por Dios,
que me arregle la capilla.

Soy el Judas de este pueblo
que tienen tan olvidao
y le voy dejando al vuelo
lo que el pueblo me ha enseñao.
Perro le dejo la perra,
mortecina pal zamuro
y al Gobierno, de por Dios,
y al Gobierno, de por Dios,
que nos saque del apuro.