Blog de Angel Alayón

Apuntes a propósito de “Guardajuramentos” [un capítulo de #GameOfThrones], por Angel Alayón

Por Angel Alayón | 29 de abril, 2014

Angel Alayon Prodavinci Juego de Tronos 640

[ESTE POST CONTIENE SPOILERS]

La permanencia de los autócratas en el poder depende de su capacidad para evitar las rebeliones o sofocarlas. La historia está llena de situaciones en las cuales las masas  han sido dominadas por un pequeño grupo que utiliza el poder en su propio beneficio. La insatisfacción de los subyugados no se traduce en acciones organizadas contra el status quo: la represión, la cárcel o la muerte pueden disuadir cualquier intento de desestabilizar al poder, desde las protestas más simples hasta la insurrección.

Mantenerse en el trono obliga a asegurarse de que los ratones le teman tanto al gato como para que nadie se atreva a ponerle el cascabel.

Daenerys Targaryen envió un mensaje claro a los habitantes de la ciudad de Meereen cuando utilizó catapultas para hacer llegar a la ciudad las cadenas rotas de los esclavos que se unieron a su ejército. La promesa de la madre de los dragones se enmarca en una vieja fórmula: rebélense en contra de sus amos, únanse a mi ejército y obtengan la libertad que siempre les fue negada.

Bruce Bueno de Mesquita explica que las rebeliones sólo cristalizan ante un momento crítico, “ante un punto de inflexión en el cual la gente comprende que la vida bajo el actual  gobierno será lo bastante mala como para que merezca la pena arriesgarse por los beneficios posibles de una rebelión. […] Antes de decidir apostar por las promesas de los rebeldes, todo potencial manifestante debe juzgar si los costos y los riesgos de la rebelión son tolerables en relación con las ganancias que esperan obtener en caso de que el levantamiento contra el poder sea afortunado”.

Sólo hay rebelión cuando el ratón que le ponga el cascabel al gato tenga una buena oportunidad para salir del lance con vida.

Gusano Gris, el líder de los Inmaculados puestos al servicio de Daenerys Targaryen, se infiltra en la ciudad y conversa con un grupo de esclavos que parecen indecisos: no creen que una rebelión pueda tener éxito y saben que la traición se paga con heridas mortales y en público. Gusano Gris les dice: “Nadie puede darles la libertad, hermanos. Sí la quieren, deben tomarla”, pero los esclavos continúan inconmovibles ante el despliegue discursivo del guerrero eunuco.

Hay momentos para los discursos y hay momentos para el cálculo racional, parecen pensar los esclavos salvajes. No es sino después de que los soldados de Daenerys le entregan a los esclavos un arsenal de espadas, cuchillos y hachas que la revolución queda sellada. Las armas enviadas por Daenerys fueron el punto de inflexión que aumentó la probabilidad de éxito de la rebelión. Esas armas también fueron la sentencia de los amos. Los esclavos alcanzaron la libertad y se unieron a Targaryen, quien continúa acumulando fuerzas con astucia y con la mirada puesta en el Trono de Hierro.

Maquiavelo advertía que cuando un Príncipe goza del favor del pueblo debe preocuparse por las conspiraciones. Pero si el pueblo lo considera su enemigo y lo odia, entonces debe temer a todo y a todos.

La calma de los insatisfechos nunca ha sido una garantía para el poder. La historia también está llena de gatos que terminaron con un cascabel en el cuello.

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LEA TAMBIÉN: Apuntes sobre “Rompedora de cadenas” [un capítulo de #GameOfThrones]; por Ángel Alayón 

Angel Alayón es economista. Puedes leer más textos de Angel en Prodavinci aquí y seguirlo en twitter en @angelalayon

Comentarios (3)

Evelyn
29 de abril, 2014

El Gobierno catapultó 30%(s) a los insatisfechos, disminuyendo así la brecha entre salario e inflación. Esto, junto a los nuevos precios justos establecidos en tiendas emblemáticas, le baja la temperatura a la insatisfacción y extiende la calma por un rato más. ¿Reconoció el Gobierno un punto de inflexión inminente? Queda claro que el discurso de la inflación y economía decadente no creará un punto de inflexión (por lo menos no a corto plazo) pues cada vez que parece venir, lanzan un aumento y todo el mundo que gana salario mínimo se pone feliz. Hasta mi madre, que es opositora y pensionada, ante el anuncio gritó medio en broma medio en serio ¡Viva Maduro!

AdelaM
9 de septiembre, 2014

Si que viva!! que viva mucho, pero en tu casa!!!

AdelaM
9 de septiembre, 2014

Nadie les puede dar a libertad, si no la quieren… Así es! Eso está clarísimo. Pero, la pregunta sería: Por qué alguien no querría la libertad? Se prefiere la esclavitud de la sumisión, la comodidad, la comodidad de no tener que decidir, ni hacer, ni sacrificarse, ni pensar. La comodidad de que me lo den todo hecho, de vaina que no quieren la comida ya masticada! Qué asco!

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