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3 anotaciones sobre “El león y la rosa” [un capítulo de #GameOfThrones]; por Ángel Alayón

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[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS]

“Una mente necesita de los libros igual que una espada
de una piedra de amolar, para conservar el filo

Tyrion Lannister

1.

En el capítulo titulado “El león y la rosa”, Tyrion Lannister le regala a su sobrino Joffrey un ejemplar de Vidas de los Cuatros Reyes, “un libro que todo rey debería leer”. Tyrion intenta advertirle con ese obsequio que el conocimiento es necesario para mantenerse en el poder. Conocer la historia de aquellos que estuvieron en su misma posición en el pasado, saber sobre la historia del poder, aprender de sus sombras y amenazas.

En realidad, Tyrion pretende advertirle que la Historia y las historias pueden ser incluso más eficaces que el escudo y la lanza a la hora de salvar la cabeza. Un rey que sólo se deja acompañar por su espada es vulnerable. En especial frente a la astucia, que no requiere de ataques frontales para vencer.

Después de fingir complacencia por el regalo, Joffrey decide poner a prueba su espada de acero valyrio contra el libro regalado por su tío. Sus hojas, llenas de relatos y de enseñanzas sobre el poder, vuelan al contacto con el arma. Y con eso también se extingue la posibilidad de que Joffrey aprenda algo que pueda salvarlo.

Ignorar a voluntad es también una forma de suicidarse.

2.

Margaery Tyrell convence al Rey Joffrey de que, durante su boda, anuncie que toda la comida que sobre del banquete será repartida entre los más pobres de King’s Landing. Es un gesto de generosidad poco usual que, a juzgar por los aplausos, es bien recibido por los presentes. Cersei, la madre del Rey, de inmediato da una contraorden al Gran Maestro Pycelle. A espaldas de los nuevos esposos, le pide al intrigante que se asegure de que los restos de la comida sean destinados a los perros y no a los pobres.

Una cosa es el poder que supone un cargo y otra el poder que ejerce quien lo ostenta. Un gobernante ordena, pero sólo puede decir que manda cuando es obedecido. La sustitución de los pobres por los perros como receptores de las sobras es un ejemplo de que incluso la voluntad de un rey puede ser desatendida. Sobre todo si hay alguien con suficiente poder que esté interesado en un resultado diferente al deseado por el monarca.

Quizás Margaery sólo quería ganarse al pueblo, aunque se supone que los reyes no necesitan de la aprobación de los plebeyos para gobernar. Quizás Margaery entendió que las circunstancias políticas que debían enfrentar requerían que los reyes fueran amados y no solo temidos.

La calma de quien tiene miedo es una amenaza al poder: se convierte en ira con demasiada facilidad.

3.

El rey Joffrey muere envenenado. Un nuevo magnicidio en King’s Landing. Cersei, la madre del Rey, llora sin consuelo, con rabia. Sus lágrimas de madre no deben ocultar el hecho de que ella conocía los riesgos de ascender al trono.

Alguna vez Cersei le dijo a Ned Stark: “Cuando participas en el juego de tronos, ganas o mueres. No hay punto intermedio”. Esta frase no toma en cuenta que sentarse en el trono no implica ganar el juego. Llegar allí es sólo una parte. Es mucho más complicado mantenerse al mando.

Quizás el rey Joffrey hubiera salvado su vida de haber leído Vidas de los Cuatros Reyes. Habría sabido que el acero valyrio de su espada podía ayudarlo contra algunas formas de la muerte, pero no contra aquellas que provienen del uso feroz de la inteligencia.

Quien ostenta el poder debe saber que hay muchos trabajando incansablemente para destronarlo. Algunos lo hacen abiertamente; otros ocultan sus intenciones. Algunos intentarán usar la fuerza; otros preferirán la astucia.

Es difícil dormir bien cuando te sabes rodeado de gente cuyo único objetivo es tomar tu lugar.