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A favor de un Sistema Nacional de Oportunidades para los adolescentes, por María Elena Garassini

A favor de un Sistema nacional de oportunidades para los adolescentes, por María Elena Garassini 640

El adolescente no es solo “una crisis buscando dónde ocurrir”, sino también y mayoritariamente “un potencial específico buscando dónde formarse, desarrollarse y aportar a su entorno”.

El espíritu de promoción del bienestar nacido a finales del siglo XX, pero que floreció a comienzos del siglo XXI, llevó a afirmar que la adolescencia es, como todas las etapas de la vida, no solo un período de crisis, sino, un período con sus crisis.

Los estudios actuales que postulan el Desarrollo Positivo Adolescente (DPA) aseguran que si desde la adolescencia temprana (considerada entre los 10 y los 14 años) y en la adolescencia tardía (entre los 15 y los 18 años) se experimenta la “autoeficacia” en algún área de la vida, es decir, realizar alguna actividad con frecuencia que permita hacer una “contribución cívica” en el ámbito familiar, educativo, comunitario o nacional, esa experiencia, se convertirá en la gran oportunidad de ese individuo.

Por todo lo señalado es responsabilidad compartida de la familia, la escuela, la comunidad, las ONG, las empresas y del Estado crear las oportunidades para que el adolescente descubra ese potencial, “aquello para lo que soy bueno”, con una amplitud infinita de posibilidades: desde el arte, la ciencia, la tecnología, los negocios, la empatía social, la política, en fin, en todas las áreas del quehacer y desarrollo humano.

Partiendo de la premisa y el derecho de todo adolescente (aunque en la práctica no sea así) a tener una familia que lo acoja con amor y límites, una escuela que lo asista en su formación educativa, una comunidad que le modele  ciudadanía y convivencia y un Estado que le garantice servicios de asistencia de calidad, cada uno de estos actores puede y debe, de manera consciente, ser el nicho para lograr que el adolescente tenga múltiples oportunidades de experimentar la autoeficacia en un área y actividad particular.

Lo importante es que nos ocupemos todos , así las oportunidades de que cada adolescente experimente autoeficacia y tenga la oportunidad de convertirse en la mejor versión de si mismo es responsabilidad compartida . No obstante aquellos que hemos tenidos más oportunidades de formación, de liderazgo, de proyección, tenemos mas responsabilidad de ofrecer alternativas para que todos prueben y consigan. De no ser así, otros nichos les ofrecerán a los adolescentes “autoeficacia”, pero sin contribución cívica.

Así, en familias dedicadas a un específico ámbito creativo, científico, deportivo, artístico, artesanal, técnico, culinario, musical, musical, orfebre, los adolescentes pueden tener un modelaje e incluso una iniciación temprana en esos ámbitos que pueden ser (o no) sus áreas potenciales de desarrollo y aporte cívico.

La pertenencia en la escuela a la banda de música, el grupo de teatro, el huerto escolar, la representación de algún equipo deportivo, el centro de estudiantes, el club de lectores o los representantes a la olimpíadas matemáticas pueden ser otras fuentes de oportunidades desde el ámbito educativo.

En la comunidad, un área para experimentar la eficacia puede ser pertenecer, por ejemplo, al grupo de danza municipal, al equipo de beisbol del barrio, ser miembro del Dr. Yaso asistiendo a hospitales como voluntario, unirse a un grupo ecológico o ser scout, por sólo poner algunos ejemplos.

Por otro parte, iniciativas como el sistema nacional de orquestas, Los Criollitos de Venezuela, o cualquier otro proyecto apoyado o promovido nacionalmente, son semilleros de oportunidades para que ninguno de nuestros adolescentes se quede sin experimentar la “autoeficacia” en algún ámbito de su vida que lo lleve a experimentar una “contribución cívica” en alguno de los ámbitos, y si es en todos, mucho mejor.

En Venezuela , con el apoyo de UNICEF, desarrollamos un estudio modesto e incipiente sobre el desarrollo positivo adolescente en dos escuelas, una de Petare y otra de Baruta, en las que se buscó cambiar la imagen del adolescente centrando la misma en las fortalezas que encontramos que tenían y resaltando la importancia, de las familias, la escuela y los líderes comunitarios en todo este proceso. La compilación de esta experiencia está en una publicación y un CD que recoge la experiencia titulado: “Los adolescentes cuentan…historias de los líderes de su comunidad” y que es posible encontrar en la página web de UNICEF.

Producto de esa experiencia apoyada por UNICEF Venezuela, UNICEF Ecuador se interesó en conocerla y promover el Desarrollo Positivo Adolescente en su país generando un proceso de formación que se desarrolló entre noviembre 2013 y enero 2014 (con el apoyo de nosotros como asesores). La iniciativa se divulgó entre diversos organismos locales para organizar un movimiento nacional , promovido desde el MIES (Ministerio de Inclusión Económica y Social) .

El objetivo de este proyecto, liderizado en conjunto entre UNICEF Ecuador y el MIES es lograr una formación en cascada a todos los actores sociales que trabajen con adolescentes y convertir finalmente la experiencia en políticas públicas que promuevan un sistema nacional de oportunidades para los adolescentes con una mirada centrada en la promoción y no en la curación o atención de las crisis de los adolescentes.

En Venezuela estamos iniciando un proyecto que pretende promover de igual manera el Desarrollo Positivo Adolescente (DPA) que contempla las siguientes acciones: el diseño de una campaña para promover la adolescencia como una etapa de oportunidades; recoger las iniciativas nacionales y regionales que puedan potenciarse para difundir, apoyar y sistematizar el sistema nacional de oportunidades para los adolescentes venezolanos (*), realizar investigaciones nacionales que permitan una optima caracterización del DPA en nuestros adolescentes, promover talleres de formación para las familias, los docentes, los lideres y promotores de iniciativas comunitarias y de diversa índole generadoras de oportunidades para la potenciación de adolescentes en diversas áreas y los responsables de las políticas públicas para los adolescentes.

Ocuparnos de todos los venezolanos se traduce en este momento histórico del país, tomando en cuenta que el 30% de su población está en edad adolescente y de juventud temprana, en ocuparnos de ellos, de sus familias, de su educación, de su salud y de potenciar un sistema nacional de oportunidades donde no descansemos hasta que todos nuestros adolescentes se sientan “autoeficaces” en una actividad y experimenten una “contribución cívica” con ella. Este trabajo de promoción de lo mejor de cada uno de nuestros adolescentes será la vacuna que nos haga una mejor sociedad.

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María Elena Garassini es la Presidenta de la Sociedad venezolana de Psicología Positiva (SOVEPPOS)