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6. José Vívenes // Entrevistas a los participantes en el Premio Eugenio Mendoza 12+1

José Vívenes es el sexto de los entrevistados como participantes de la Edición 12+1 del Premio Eugenio Mendoza, cuyo veredicto fue decidido por el jurado conformado por Sandra Pinardi, Luis Pérez Oramas y Harry Abend el pasado lunes 26 de enero. La pieza de Vívenes, Basta de falsos héroes, ganó la Mención de Honor. En Prodavinci hemos hecho una misma entrevista a cada uno de los doce participantes en la muestra, con la intención de conocer su visión del panorama actual a través de 12+1 preguntas y así, desde las ideas, completar la visión que plantean sus obras. La muestra de los doce artistas que participaron en la Edición 12+1 del Premio Eugenio Mendoza está actualmente expuesta en la Sala Mendoza, en la Universidad Metropolitana. Puede conseguir toda la información haciendo click acá.

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1. ¿Cuáles han sido las obsesiones que te han acompañado a lo largo de tu formación como artista y en qué medida se reflejan en esta pieza que forma parte de la muestra Premio Eugenio Mendoza 12+1?
Casi siempre dicen en el ya desgastado corto imaginario: antes de caminar ya pintaba, asumiendo la pintura como un sinónimo de vida. Pero no. Te diría que sólo alcanzo ese sinónimo de vida cuando los resultados comunicacionales entre el taller y la idea se hacen presente en el proceso de formación, en los resultados visuales y la reacción del ente vidente cuando realiza lectura, marcando en cada pintura herramientas plásticas que enriquezcan el soporte más allá de lo bidimensional. Me obsesiona que la pintura sirva a una idea que se fundamente para el entendimiento y la compresión de su tiempo. Pero cuidado: la pintura no se hace para un tiempo o espacio determinado, sino para ser vista problematizando esa temporalidad y esa comunicación. La pintura tiene que escapar de los fundamentos tradicionales, pero en realidad es su ejecutor quien tiene que dejar de lado esos estereotipos que se establecen, asumiendo que un pintor no es un simple hacedor y que LA PINTURA no tiene que verse. Y mucho menos limitar a una soporte la idea honesta sostenida del resultado de investigación: la idea no va sola, ella se afirma de los resultados plurales y polivalentes del trabajo en el taller.

2. ¿Cómo es tu contacto con el arte actual venezolano? ¿A través de cuáles dinámicas, herramientas, lugares, portales tiene lugar?
Podría responderte con una pregunta que me hago a menudo: ¿en realidad tenemos arte actual? Existe un arte oficial manejado desde el panfleto y el populismo que ha abandonado la institucionalidad. Existe un arte privado que presenta autoindulgencia validando lo que ha sido transferido desde discursos preestablecidos. Lo que quiero decir es que se revisa poco qué es lo que pasa al margen de lo desde arribe se establece como arte. Vivimos un momento social donde el hermetismo, la complacencia personal, la inclusión/excluyente, son factores que se hacen presentes desde dos realidades pero en un solo país. Un síndrome de islas, la instalación de fronteras virtuales demarcadas por insignias, logotipos, personajes deificados, consignas políticas, el temor y el miedo que los obliga a querer ser el que se instala con más fuerza. Quizás por eso mi contacto es más virtual y poco personal: estoy informándome por las redes sociales y difundiendo las ideas del taller por Facebook, Twitter o por Instgram, además de visitar algunas galerías y pocos museos. Suelo presentar proyectos y propuestas expositivas que en pocos casos han funcionado para exponer y mostrar lo que creo debemos expresar, comunicar y hacer entre el arte actual y la realidad que circunda al país.

3. ¿Con cuáles artistas sostienes experiencias de contagio creativo, de creación colectiva, de acciones conjuntas?
Con Starsky Brines, Enay Ferrer y Paúl Parrella.

4. ¿Cuál crees que es la marca de generación creativa dentro del vasto universo que representa el arte actual venezolano?
No sé si existe un cuerpo que podamos definir como “el arte actual venezolano” y por eso siento que es difícil dar con una marca que defina a mi generación. Lo que sí existe es una revisión, una relectura, una una exploración, una pesquisa de lo que fue la modernidad venezolana: Soto, Cruz Diez, Alejandro Otero, Gego, la UCV, el Centro Simon Bolívar y El Helicoide. Aunque cansen a algunos, de ahí se siguen exprimiendo causas y efectos, varios con honestidad y muchos con intereses particulares. En la realidad parecemos una generación que revisa y otra que critica lo actual. Un grupo permanece investigando, ampliando significando y anexando otras herramientas plásticas conceptuales para fortalecer la idea de que el proceso de taller se profundice hasta crear imágenes polivalentes, metafóricas, abstractas, con el objetivo de comunicar-representar y manteniendo vigencia en el tiempo del arte, problematizando reflexiones y conceptos para darle nuevos significados.

5. ¿Cuál crees que es tu singularidad dentro del vasto universo que representa el arte actual? ¿Qué es lo que te diferencia del resto de creadores en activo? 
No sabría decir qué diferencia a un artista de otro… y respondería cualquier cosa por salir del paso, pero desde la objetividad te digo: las actitudes, la personalidad, el profesionalismo y lo humano son las regiones que nos diferencian.  Por mi parte, reflejo ideas a través de imágenes que me apropio, descontextualizo y luego apunto hacia una lectura gestual expresiva de color. Siempre desmitificando a la vez que hago analogías de temas o imágenes que estoy investigando.

6. ¿Cómo es tu contacto con el arte actual del resto del mundo? ¿Con cuáles artistas de otras latitudes te vinculas y cómo lo haces?
El más inmediato está en las redes sociales y en Internet. Reviso buscando información, imágenes… pero ese contacto es pasivo. Con los amigos, que es más frecuente, mantengo contacto con Jonidel Mendoza, quien actualmente reside en Seúl y con Sergio Barrios (Hasse) que está en Nueva York. Uso con frecuencia Instagram y sigo a galerías, museos, instituciones culturales y a varios artistas. Con Larry Caveney (@deepseal) la comunicación es a punta de los like de las imágenes subidas a la nube.

7. ¿Cuáles de tus necesidades creativas son más difíciles de satisfacer actualmente? ¿A qué crees que se deba?
Tengo varios bocetos y apuntes de propuestas en video y animación, pero por no manejar y desconocer la herramienta de edición no estoy satisfecho con los resultados obtenidos.

8. ¿Has podido conversar sobre las propuestas de los otros participantes en la Edición 12+1 del Premio Eugenio Mendoza? ¿Cuáles te han resultado interesantes?
Sí. He conversado con Paúl Parrella, quien desde su propuesta Anotaciones sobre el cielo, el agua, las nubes de los apuntes de taller vincula la idea del registro fotográfico con los resultados plásticos de la pintura en una sola lectura de trabajo. Con Hayfer Brea y su obsesión por la horizontalidad y la lectura de un nuevo paisaje integrando fotografía, el 2.0, el performance del espectador en una instalación. Me resulta interesante la propuesta de Diana Rangel, que desde la idealización y las doctrinas se consiguen vínculos con otras latitudes, costumbres y sociedades diferentes, pero con un solo principio: el disfraz de la igualdad de clases. El ideal del hermano bastardo y una política controladora. Pero todas las otras propuestas están basadas en buenos discursos y prácticas artísticas.

9. ¿En qué medida crees que esta edición ha significado un cambio? ¿En qué medida crees que sigue siendo más de lo mismo? 
Sé que los cambios no siempre son vistos de buena manera, sobre todo cuando tocas lo establecido como tradición y vicio. Pero el solo echo de hacer una convocatoria abierta ya es un paso significativo hacia un cambio. Es una apertura capaz de darle posibilidad a los artistas que sostienen una investigación distinta a los discursos preestablecidos o a los libretos establecidos. La simple opción de ser leído y visto no por una sola persona, sino por 12 + 1, sin importar la aceptación y dejando los prejuicios a un lado, ya es significativo. Donde sigue siendo más de lo mismo es a la hora de establecer unas normas de juego, pero de no ser así sería un descontrol sin resultados positivos. No podría predecir cuál será la respuesta a esto, pero los cambios sólo se visualizan en el tiempo. Malos o buenos, ya se dio un primer paso para romper el molde.

 10. ¿Crees que el arte contemporáneo debe revisar algunos de sus aspectos actuales, viendo hacia la tradición y los clásicos? ¿Cuáles y por qué?
El problema no es del arte contemporáneo, sino de quien define los conceptos manipulándolos a sus conveniencias, dejando a un lado propuestas que no encajan en un discurso. Hay que dejar de lado las posturas estructurales de conceptos preestablecidos, que sólo pretenden validar lo que ya está dentro de un libreto. No es el arte contemporáneo lo que define si está en vigencia una propuesta. Es el artista. Son sus obsesiones llenas de convicción. Eso es lo que tiene que visualizarse desde el mismo proceso de taller, desde las prácticas experimentales. Y a la hora de revisar, entonces, el hacedor de los nuevos discursos podrá despojarse de esas pretensiones discursivas, sin importar el tiempo ni la fecha, sino las posibilidades de redimensionar el discurso a futuro presente.

11. ¿Puedes nombrar a tres artistas que te habría gustado ver incluidos dentro de la convocatoria y, lamentablemente, no quedaron seleccionados?
Gala Garrido, Esmelyn Miranda y Armando Ruiz.

12. ¿Cuáles son las razones creativas por las que crees que habrían podido estar acá? 
En Gala Garrido está su fuerza para, desde la fotografía, no complacer lo detenido sino cuestionarlo haciéndolo frágil, llenándolo de afecciones compositivas, mostrando detalles del lado mas humano y provocativo. Sus fotografías acumulan formas y elementos cotidianos en lecturas siniestras, funestas, afligidas, desesperadas o nostálgicas, capaces de cuestionar la memoria y prevaleciendo las acciones corpóreas, el rastro y la huella. En el caso de Armando Ruiz, su obra hace presente lo precario del ready-made estableciendo diálogos con los resultados de alguna trasgresión. Así, el objeto descontextualizado realiza lecturas antropológicas sociales y cuestiona los valores. Y Esmelyn Miranda contrasta esa dinámica de palimpsesto en sus collages, cuestionando límites entre lo figurativo y lo abstracto geométrico, rasgando afiches y carteles usados en campañas electorales asumiéndolos como soportes de una manera diferente de ver el collage. Son tres lecturas que cuestionan al tiempo, al hombre y al arte, llevándolos a los límites plásticos con resultados comunicacionales honestos.

12+1. ¿Hacia dónde y cómo crees que puede expandirse la idea que sirve de base a tu pieza, en caso de que resultes ganador de la residencia en Lugar a dudas, en Cali (Colombia), con la que se premiará al ganador?
En realidad tendría que estar en el lugar de residencia, revisar aspectos sociales, históricos y políticos para, desde ahí, universalizar la idea con la que participé en el Premio.

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Éste es el audio disponible en la Sala Mendoza mediante el cual José Vívenes agencia, en su propia voz, una aproximación a su obra. La Edición 12+1 del Premio Eugenio Mendoza estará expuesto desde el 25 de enero hasta el 22 de marzo de 2015.