Blog de Flaviana Sandoval y Diego Marcano

12do. debate republicano: Trump gana por default; por Flaviana Sandoval y Diego Marcano

Por Flaviana Sandoval y Diego Marcano | 11 de marzo, 2016

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El décimo segundo encuentro republicano fue el último antes del 2do Súper Martes, un día en el que cinco estados (Florida, Ohio, Illinois, Carolina del Norte y Missouri) y cerca del 15% de los delegados del Partido Republicano serán disputados por los cuatro candidatos que aún permanecen en la carrera. En Florida y Ohio, el ganador se lleva todos los delegados, lo que le plantea a Marco Rubio y John Kasich el reto de ganar en sus estados o morir en el intento.

Si Rubio no gana en Florida, estado al cual representa como senador en el Congreso, lo más probable es que se retire de la contienda. Hasta el momento, apenas ha logrado conquistar dos triunfos, en Minnesota y Puerto Rico, y además llega al debate con números rojos, luego de ocupar el último lugar en las votaciones más recientes en Michigan y Mississippi el pasado martes 8 de marzo. Las encuestas en Florida no lo favorecen. Tal y parece que Trump se llevará los delegados de esa circunscripción y aumentará la brecha con sus contendores.

John Kasich se encuentra en una situación similar a la de Rubio. No ha ganado ningún estado, y si no logra la victoria en Ohio en el 2do Súper Martes, seguramente deberá emprender la retirada. Si bien Kasich ha elevado sus números por encima de Rubio en varios estados, ya es un poco tarde en la carrera. De momento, el gobernador de Ohio no logra victorias que lo ayuden a perfilarse como un candidato viable. Si Trump derrota a Rubio en Florida y a Kasich en Ohio, las probabilidades apuntan a que el escenario se reduzca, dejando sólo dos candidatos en pie: el favorito y Ted Cruz, en una batalla cuerpo a cuerpo por la nominación.

Por su parte, Cruz se vería beneficiado con la reducción de la oferta política en la arena republicana, ya que en este escenario podría sacar mayor provecho de la retórica del “todo menos Trump”. El senador de Texas ha ganado 7 estados y obtenido un consistente y cercano segundo lugar en muchos otros donde el favorito se ha hecho con el triunfo. En la cuenta de delegados, Cruz se ubica a menos de 100 por debajo del multimillonario de Nueva York.

El décimo segundo debate republicano le ofrecía al partido una última oportunidad de sacar algún as bajo la manga para detener a Trump, antes de escaparse con una ventaja abrumadora (y virtualmente imposible de remontar) en el siguiente Súper Martes. Y aunque todavía no se puede saber si lo ocurrido este jueves tendrá algún efecto en la solidez del apoyo electoral de Donald Trump, el encuentro sorprendió de forma grata a un público acostumbrado a dos horas de ataques personales e insultos televisados cada vez que hay debate republicano.

En tan solo una semana desde el último encuentro, la discusión pasó de hablar sobre el tamaño de los genitales de Donald Trump a contrastar políticas reales, en el que resultó quizás el evento más civilizado y políticamente correcto del Partido Republicano en lo que va de la carrera.

Si los debates anteriores han sido comparados con peleas de boxeo, la noche de este jueves fue particularmente pacífica. Al punto de que Donald Trump no puedo evitar acotar: “no puedo creer lo cortés que esto ha sido aquí arriba (del escenario)”, y entregó un mensaje de unidad bastante inusual, diciendo: “Estamos todos juntos en esto. Vamos a traer soluciones. Vamos a encontrar respuestas a los problemas”.

Si bien el debate se presentaba antes del segundo Súper Martes, y se perfilaba como la última oportunidad de cambiar el curso de la carrera antes de un gran día electoral, ninguno de los tres aspirantes que todavía compiten por la nominación se atrevió a retar directamente a Trump. Hasta el momento, cada uno de los candidatos que se ha enfrentado cara a cara contra el favorito, ha caído estrepitosamente, tanto en las encuestas como en las votaciones.

Jeb Bush fue el primero en intentar derribar a Trump, y después de ser tachado de “bajo de energía”, su campaña perdió completamente el impulso. Pese al enorme calibre de sus donantes y una vasta inversión en la campaña, no logró sumar lo suficiente como para mantenerse en la carrera.

Ted Cruz también lo intentó (aunque por poco tiempo), y en su momento el contraataque de Trump, que básicamente se centró en llamarle mentiroso, le causó una caída significativa en las encuestas de Iowa.

Finalmente, Marco Rubio trató de mostrarse como la alternativa del establecimiento frente a Trump, también sin mucho éxito. El senador de Florida tuvo la ocurrencia de hacer una broma que sugería que Donald Trump tenía un diminuto pene. En el rally, lleno de partidarios de Rubio, causó gracia. Pero la respuesta del magnate de bienes raíces fue más popular, cuando mencionó que no tenía ningún problema en cuanto al tamaño, y etiquetó al senador de Florida como “el pequeño Rubio”. La reacción de Trump dejó a Rubio en caída libre, perdiendo en varios estados de último lugar.

Tomando en cuenta el estado actual de la carrera, sumando el hecho de que no hubo eventos que sacudieran el curso del debate ni afectaran la imagen de los candidatos, Donald Trump se llevó la victoria una vez más. El magnate sigue arriba en la mayoría de las encuestas, y a menos que el 2do Súper Martes traiga consigo un giro de 180 grados en la arena de juego, todo parece indicar que será él quien resultará nominado por el Partido Republicano para enfrentar a los demócratas en la elección general de noviembre.

Flaviana Sandoval y Diego Marcano 

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