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10 conclusiones tras el debate del #10A; por Gaby Arenas de Meneses

Fotografía de Santi Donaire / EFE

Fotografía de Santi Donaire / EFE

Pasadas las 8:00 de la noche del jueves 10 de abril de 2014, se inició en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores la primera reunión formal entre representantes del gobierno y de la oposición, el encuentro se presentó como el primer paso de un proceso de diálogo para disminuir la conflictividad en Venezuela. La mesa de conversación estuvo presidida por Nicolás Maduro. Acá algunas conclusiones de las muchas que pueden resultar del análisis del evento.

1. La experiencia en la mediación es vital. La intervención del representante del Vaticano en Caracas evidenció la experiencia de la Santa Sede para promover acuerdos de paz. Las palabras enviadas por el papa Francisco destacaron  la responsabilidad que  representa asumir un proceso de paz entendiéndolo como un camino que requiere “paciencia y valentía”. Señalaron los elementos que tienen en común los representantes del gobierno y la oposición, algo fundamental cuando se quiere iniciar procesos de pacificación pues a partir de los puntos de acuerdo se pueden trazar las bases que eviten la ruptura de las conversaciones en el momento en que sea necesario abordar los temas más delicados.

2. Quedan asuntos delicados pendientes. El Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, felicitó la disposición para el diálogo de las partes y subrayó el apoyo de los países miembros de UNASUR al proceso de paz antes de referirse a las situaciones de violencia que se han presentado en el país. Fue cuidadoso al destacar que los participantes en el proceso de diálogo deberán trabajar más adelante en el tema de la justicia. No se equivoca.

3. No basta con sentarse: hay que oír. El hecho de que Nicolás Maduro respondiera a los comentarios del canciller ecuatoriano sobre la violencia, mediante una serie de consideraciones sobre las presiones “extremistas” para que se radicalizara el conflicto, lo llevó fuera del área de debate. Hablar del “asedio y la agresión permanente” a la que fue sometido Hugo Chávez durante abril de 2002 y, por más de cuarenta minutos, tratar temas que iban desde el 11 de abril de 2002 hasta lo que llamó “comunidades secuestradas por guarimbas” son desvíos que afectaron sensiblemente la discusión y retrasaron el inicio el debate.

4. Es urgente la neutralidad. Se hizo evidente por qué en procesos como estos se requieren lineamientos prácticos que eviten desequilibrios y distracciones durante el proceso. Se echaba en falta un terreno neutral, una mesa que no fuese “presidida” por una de las partes, una agenda que incluyese todos los detonantes de los conflictos sociales y, sobre todo, un mediador calificado que cuidase el equilibrio.

5. El dueño de la campana. El intento por utilizar la figura del Vicepresidente como moderador y, a través de él, establecer un coto temporal a las intervenciones posteriores a la de Nicolás Maduro evidenciaron que el oficialismo se presentaba a la reunión con la convicción de que estaba allí para dominar al adversario y mantenerlo en su terreno de juego.

6. Lo dicho en un debate siempre está por encima de lo pretendido. El dominio ostentado por el gobierno en esta primera fase del encuentro se desvaneció con las primeras intervenciones de la oposición. Luego de escuchar a Ramón Guillermo Aveledo, Roberto Enríquez, Henry Ramos Allup y Henrique Capriles Radonski era evidente que el objetivo para los adversarios del gobierno era despedir en cadena nacional a los monosabios que durante años se han negado a ver, a escuchar y sobre todo a hablar de los detonantes de la crisis en nuestro país.

7. Los temas que nos afectan a todos deben ser conocidos por todos. Uno de los grandes logros del debate del #10A fue presentarle a ese 60% de la población que carece de redes sociales los temas álgidos y permitirles comprender por qué es necesario abordarlos para la resolución del conflicto. Esos temas son la independencia de los poderes, la desmilitarización de las instituciones, la corrupción del sistema de justicia, la ineficacia del sistema económico, el desarme de grupos organizados y de civiles, entre otros.

8. El gobierno quiere mantener el debate en lo político. Las intervenciones de los representantes del oficialismo evidenciaron su interés de mantener la discusión en el plano político, exigiendo la legitimación de Nicolás Maduro como presidente y atacando la protesta al vincularla con acciones violentas que todavía no han sido investigadas y en las que no se comprobado participación alguna de los partidarios de la oposición allí presentes. El reto de la oposición es mantener en la mesa esos temas del ítem anterior y las propuestas para superarlos.

9. ¿Qué toca ahora? El reto en lo sucesivo será garantizar las condiciones para que los temas neurálgicos planteados por la oposición en esta primera reunión sean prioritarios en las conversaciones posteriores. Es necesario asegurar que los aspectos prácticos y metodológicos elegidos permitan un diálogo constructivo para que se logren los acuerdos y las pautas de implementación de esos acuerdos para permitir la pacificación del país.

10. Se ha dado un primer paso. Éste no será un proceso fácil ni rápido, pero se ha dado un primer paso que ha quitado vendas, tapones y mordazas. Esto ha significado un avance importante en las experiencias de otros países que han atravesado procesos similares al nuestro. Y son precisamente esas experiencias las que nos deben preparar para un proceso que si se lleva a cabo a cabalidad puede ser más largo de lo que cualquiera de las partes desea.