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Fotografía de Ezra Shaw / Getty Images / AFP
No sé si José Altuve escuchó hablar de Pompeyo Davalillo, un hombre de beisbol, legendario por su filosofía del juego, por sus decisiones inesperadas que pasaron a las crónicas como “pompeyadas”, para definir esas jugadas que sorprenden, caribes y ejecutadas con picardía.
Pompeyo se las ingeniaba para ganar, desde siempre, desde que decidió convertirse en jugador profesional a pesar de su tamaño, poco mas de 1,60 y llegó a las Grandes Ligas en 1953, con Washington, cuando solo eran 16 equipos. Pompeyo no creía en imposibles y era capaz de hacer lo impensable.
La única base que robó en los 20 cotejos en los cuales vio acción, fue el home, el 6 de agosto de 1953, contra Billy Wrigth y con Joe Tipton en la receptoría. Ese juego se lo ganaron los Senadores a los Indios de Cleveland y perdió Bob Feller. Dice el Box Score, que “Yo-Yo” Davalillo fue el segundo bate. Se fue de 3-2, con 2 anotadas y participó en una jugada de doble play.
Jugó el short stop en la época en que Phil Rizutto lo hacía para los Yankees y Alfonso Carrasquel para los Medias Blancas, no cualquiera jugaba en las Mayores, no es así ahora y no lo era entonces con casi la mitad de los equipos. Fue un Grande Liga, aunque sólo estuviera un año.
Pompeyo no vio jugar a José Altuve, pero me atrevo a decir que le habría recordado a sí mismo, por el tamaño y por la ganas de conquistar el home, cualquier home.
Hoy José Altuve es el pelotero más sensacional del beisbol, es el diamante más valioso de todos los diamantes, y aunque lo sabe, porque el beisbol traduce casi todo en números, es genuinamente humilde, no es una pose.
Aun se sorprende cuando las estadísticas le demuestran que lleva un ritmo mejor que el de Pete Rose en la cuenta de los hits. Sonríe y agradece el dato, pero nada quebranta su sencillez.
Juega y se divierte, es bueno y trabaja duro. Le da con una mandarria a una rueda de tractor y practica montones de veces sus tiros a las bases, corre y vuelve a entrenar y así se ha hecho su “suerte”.

Fotografía de Bob Levey / Getty Images / AFP
No ha dejado de ser el muchachito que se iba a la parte de atrás del graderío del José Pérez Colmenares de Maracay, a buscar pelotas que se fueron de jonrón, para tener con qué jugar al día siguiente la partida.
Disfruta el recuerdo cuando evoca aquellos días en su amada Maracay, cuando jugaba beisbol y más beisbol para divertirse y compartir con su papá: su primer gran entrenador.
Ya han contado sus compañeros y coaches que era un fuera de serie con el bate, que esa chispa que hoy alumbra todos los terrenos comenzó a deslumbrar en la bella “Ciudad Jardín”, donde se convirtió en jugador profesional a fuerza de batazos que fueron posibles gracias a su dedicación.
Tenía que destacar, quería llegar y sabía que su tamaño podía ser un obstáculo, pero él tenía algo más importante que estatura, y es que, como dice uno de los capítulos del libro de beisbol que nadie ha escrito: “Todo el que batea, juega”.
Además era su actitud.
Él es ese tipo de bateador que conecta la bola al cuadro y sale corriendo a primera como si fuese posible ser más rápido que la pelota, y a veces, lo consigue y llega quieto, o el infielder se enreda tratando de ponerle más, porque Altuve le pone más, y esa puede ser la diferencia entre ponerlo out o que se embase, y Altuve embasado es como aquella frase de Casey Stangel sobre Luis Aparicio: “Denle base por bolas a Luis Aparicio y de inmediato la convertirá en doble”. Ellos tienen en común el tamaño, en estatura, voluntad y calidad.
En el beisbol no hace falta altura si se está a la altura.
Pablo Torrealba y Wolfgang Ramos lo detectaron temprano y se empeñaron en que Alfredo Pedrique se decidiera a firmarlo para los Astros.
“¡Ese enano va a batear!”
Y como en otras historias de estrellas como Bob Abreu, Richard Hidalgo, Melvin Mora o Johan Santana (por citar algunos), el sabio Andrés Reiner fue una valiosa opinión que terminó por convencer a Pedrique. Donde quiera que esté, don Andrés debe estar aplaudiéndolo.
“Le dimos 15 mil dólares de bono, pero él nos decía que no le importaba el dinero, que lo que quería era que le dieran la oportunidad”, recuerda Alfredo Pedrique horas antes del séptimo juego de la Serie Mundial, “me ha alegrado mucho verlo, lo he disfrutado como si fuese mi hijo”. Remata emocionado.
El hoy mánager del equipo triple A de los Yankees es de esos estrategas que usan las estadísticas para apoyarse, pero siempre valorando los intangibles, lo que los números no son capaces de decir, las cualidades que no refleja la sabermetría.

Fotografía de Ezra Shaw / Getty Images / AFP
José Altuve estaba en doble A cuando fue invitado al Juego de las Estrellas del Futuro. Al año siguiente fue al Juego de las Estrellas de las Grandes Ligas, se ganó ese derecho y al cabo de cinco temporadas ha dejado claro que nada fue casualidad.
Por tercera vez líder bate, cuarta campaña con 200 hits, otro Juego de Estrellas, Premio Hank Aaron, de nuevo Premio Luis Aparicio, Jugador del año, probablemente Jugador Más Valioso, protagonista de publicaciones, estrella de comerciales, invitado de Jimmy Fallon y el más amado por los niños desde los tiempos de Ozzie Smith y Kirby Puckett, según dijo el periodista Bob Costas hace unos días al New York Times.
José Altuve ha roto paradigmas, los cazadores de talento lo van a pensar mejor antes de rechazar a un muchacho por su tamaño.
Es tan especial y único, que es heredero de Pompeyo Davalillo, Luis Aparicio Montiel y Omar Vizquel, pero también de César Tovar, Jesús Marcano Trillo y Andrés Galarraga.
Imagino un campo de tierra, en alguna parte de Venezuela o de Texas, al momento de elegir los jugadores de cada equipo, a unos niños midiéndose para ver quién es el mas bajito, todos quieren ser José Altuve.
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4 de noviembre, 2017
Excelente artículo Mari Montes, que homenajea a un talentoso ser humano y además magallanero.
4 de noviembre, 2017
Excelente artículo Sra. Mary, felicitaciones !! José Altuve no solo es jugador de beibol, es un gran ser humano, se aprecia que todo lo que hace es desde el corazón. Los que están comenzando a jugar pelota y a los jóvenes en general, les sirva su ejemplo como guía de vida, nunca rendirse y alcanzar lo imposible.
4 de noviembre, 2017
Excelente reportaje, cuantos Altuve se han quedado sin firma, este es un ejemplo a la constancia, persistencia y un talento enorme. Es una bofetada a los scout que han desechado a muchos prospectos venezolanos. Ojalá esto enseñe a los busca talentos que vean más. Gracias
4 de noviembre, 2017
Que DIOS bendiga a JOSE ALTUVE, y que lo llene de salud es un trabajador empedernido y un tipo super humilde……JOSE QUE DIOS TE PROTEJA….
4 de noviembre, 2017
Excelente articulo de nuestro Jose Altuve, el pequeño Grandes Ligas.
5 de noviembre, 2017
Venezolanos Destacados en el mundo del Deporte: Interesante, con baja estatura dando la talla en el beisbol de grandes Ligas hasta llegar a la serie mundial, buena la comparación con la estatura de Pompeyo Davalillo 1:60m; en 1953; y Luis Aparicio en los 60; Por cierto una curiosidad, 1:60m es el tamaño de las Piernas de nuestra atleta olímpica de salto triple (especialidad del atletismo) la chica de Puerto La Cruz Yulimar Rojas 20 que hoy 4-11-2017 recibió en Praga, el premio a la mejor atleta de las Américas 2017; otorgado por la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales, por su record de 14:73m. en el campeonato mundial bajo techo en Londres y que viene de medalla de Plata en los juegos Olímpicos de Río de Janeiro, José Altuve gran actuación en la serie mundial 2017;con los Astros de Houston; Hasta solo unos años los Scouts de las organizaciones de MLB rechazaban a los jugadores de baja estatura a los 15 años. Felicitaciones a estos atletas del atletismo y del beisbol profesional
5 de noviembre, 2017
esto es lo que llaman los entendido un fuera de serie bueno sin palabras
5 de noviembre, 2017
Hermoso artículo sobre la humildad de José Altuve,la piedra angular de todas las virtudes y que hace grandes a los hombres, quienes la demuestran constantemente con sus hechos. La humildad en una persona no tiene precio, es invaluable, y no tiene dueño. Claro, ella viene de Dios, es su tercera “bienaventuranza”. El que la ejercita como éste gran hombre, todo lo demás le vendrá por añadidura.
5 de noviembre, 2017
hola jose altuve tengo un hijo de cinco años aficionado cuando tus juegas el dice que quiere ser como tu un buen jugador y el le pidio al niño jesus de conocerte somos de puerto cabello
5 de noviembre, 2017
Estupenda nota Mari Montes, tan buena que me contagió a compartir algo que ayer me pasó.
Todos estos días he estado revisando lo que la gente opina (fundamentalmente son estadounidenses) sobre nuestro Altuve y no dejo de sorprenderme el cariño o más bien amor que sienten por él no solo por su desempeño como extraordinario jugador sino como un ser humano que brilla también por su sencillez y gran humildad como tu bien lo describes en tu nota.
Ayer le escribí a un usuario de Youtube que montó una entravista a Altuve que no había visto, pero lo que más llamó mi atención fue el título que utilizo: “The one, the only, the MAN!! Jose Altuve”… le escribí agradeciéndoselo y más me emocionó su respuesta: “Desearía que fuera mi hermano, mi hermano, amo a ese tipo, su corazón, su carácter y su personalidad están fuera de serie”.
Vi otro video de un adolescente estadounidense hospitalizado con cáncer, estaban sus padres y el joven vestía orgullosamente la camiseta 27 de su ídolo venezolano.
5 de noviembre, 2017
Mari, excelente texto. Fiel reflejo de quien quizás el mejor deportista venezolano del momento… y posiblemente por mucho tiempo. Con tu venia, me hago partícipe de tus opiniones. Enhorabuena.
5 de noviembre, 2017
Orgullo por Altuve pero también por Mari Montes. La venezolanidad que realmente muestra de que estamos hechos los herederos de Bolivar, Pompeyo, Vitico, Galarraga, Vizquel… Alfonso Saer, Mari Montes, Blavia…Tio Simón, Juan V Torrealba, Nacho… Venezuela condenada a ser grande más pronto que tarde… Gracias Altuve, gracias Mari, hoy hicieron mi día.
6 de noviembre, 2017
Dios honra a los que le Honran…Ese es precisamente Altuve, un hijo de Dios que le ha dado el primer lugar a Dios en todo… Y eso es lo que Dios quiere, que busquemos la excelencia en todo lo que nos propongamos hacer…Altuve es ejemplo y testimonio de eso… Excelente articulo… Bendiciones para todos…
6 de noviembre, 2017
Qué bueno leerte Mari en esta oportunidad. Este merecídisimo homenaje a José Altuve me trae grandes recuerdos sobre nuestro béisbol. Efectivamente, nunca antes sentí tan presentes a Victor Davalillo, Vízquel, a nuestro César Tovar, como en esta oportunidad cuando ví a este pequeño en acción. Ese tiene en su ADN lo mejor del gran pelotero venezolano y tú lo mejor de nuestro periodismo deportivo. Abrazos
7 de noviembre, 2017
Muchacha! Qué nota tan buena! Lo mejor de Altuve: su sencillez y su enorme entrega para el beisbol!! Claro que sí este muchacho es grande!! Gracias por esta nota excelente!!
7 de noviembre, 2017
Leer este artículo fue como una brisa fresca, un bálsamo, un descanso ante tantas situaciones que estamos viviendo, mil gracias Mari Montes y José Altuve que Dios los bendiga siempre!
7 de noviembre, 2017
El beisbol no es mi deporte favorito, sin embargo al ver una entrevista que le hicieron en el Imperio a José Altuve quedé encantanda con este joven. Tenía que ser venezolano, muy especial. Que Dios lo proteja y lo colme de más bendiciones, sencillamente se merece todo lo mejor.
9 de noviembre, 2017
Estimada y apreciada amiaga Mari Montes, cronicas como esa hacen que el sentimiento y el amor por el beisbol valga la pena, y cuando digo pena, no es de sufir o sentirse afligido, sino que el sacrificio que hace este pequeño gigante haga inchar de pasion los corazones de los que amamos el beisbol.Gracias por tus letras y la pasion que ppones al escribirlas.
9 de noviembre, 2017
Siempre es un verdadero placer leer las columnas o artículos publicados por usted. Jamás sobrará calidad en sus líneas. Lo escrito hacia Jose Altuve es genial, se mete uno en esa historia del campo de beisbol, de “medirse para ser Altuve”… Espectacular manera de desarrollar una opinión, más aún cuando el protagonista es quien desde hace ya un tiempo, dibuja una sonrisa a quienes amamos la pelota, ese pequeño ser humano pero gigante de clase y personalidad que deja nuestra bandera en lo más alto, haciéndonos sentir orgulosos de ser Venezolanos. Así como en su momento lo hizo “El Gocho de Tovar” Johan Santana al ganar el Cy Young, la emoción de la Triple Corona de Miguel Cabrera, o aquel Homerun Derby que ganó nuestro “Comedulce” Bob Abreu en Detroit.
José Altuve nos ha devuelto esas ganas de ver la pelota con pasión y emoción, esperando alguna nueva irreverencia del “Astroboy”.
Gracias y felicitaciones por tan buenas líneas, Sra. Mari, mis respetos siempre.