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Lengua y lenguajes del teatro y el cine italiano; por Antonio Costante

Por Antonio Costante | 27 de octubre, 2017

La Commedia dell’Arte

1. Las mil variaciones de la península italiana a través de los siglos

Italia es un país larguísimo; la distancia entre Torino y Palermo es de 1650 kilómetros. Es una península en forma de bota, situación geográfica que la ha hecho vulnerable, desde tiempos remotos, a asedios, invasiones y colonizaciones. Por siglos ha sido conquistada, subyugada, tiranizada, liberándose una y otra vez en el tiempo. Sin embargo, las secuelas de tantas invasiones también han dejado aspectos positivos que han enriquecido la ya riquísima condición cultural del país.

2. Italia mediterránea de corazón

Italia empieza en el norte, en los Alpes, y se extiende hacia el sur hasta el Mar Jónico, hasta las puertas del medio oriente; se abre hacia el este y bordeando el Mar Adriático queda a unas brazadas de los Balcanes, y navegando hacia el oeste se topa con la península ibérica, antes de alejarse de Europa y enfilar hacia el Atlántico .

3. La Italia que todavía no es

El mapa del territorio peninsular sufrió continuos cambios a través de los siglos, hasta que en 1861 se convierte finalmente en un país unido.

Italia como nación unida tiene apenas 156 años. En toda su historia anterior, el territorio que hoy conocemos como Italia, sufrió invasiones bárbaras de turcos, españoles, franceses, austríacos y huestes de toda calaña que se repartían el preciado botín a su antojo. Se crearon muchos reinos, principados, ducados y vastos territorios del dominio absoluto de la iglesia.

Pero también nacieron los famosos “comuni”, ciudades-estados o ciudades-nación, como Florencia, Siena, Venecia, etc., en las que más tarde dieron a luz al Renacimiento.

4. La península mil años después de los romanos y del cristianismo

A partir del siglo XIII, en un territorio relativamente pequeño, contaba con cuatro repúblicas marineras: tres al norte: Venecia, Génova, Pisa, y una al sur, Amalfi. Eran cuatro repúblicas perennemente en guerra entre ellas. Poderosas e influyentes a nivel europeo, surcaban continuamente el Mediterráneo en busca de la expansión económica, que con el tiempo se fusiona también con el intercambio cultural.

5. Génesis del genio itálico

Italia es tal vez el único estado occidental heredero directo de la cultura griega y tierra de dos grandes civilizaciones: la etrusca y la romana; y es el lugar donde se creó y se mantiene la base ideológica del cristianismo; así mismo, inventa el Renacimiento gracias a un prodigioso talento creativo que no ha dejado de ser referencia en dos mil años de historia occidental.

Este muy superficial bosquejo ha querido situar las particularidades históricas, geográficas y culturales que formaron a través de los siglos la identidad italiana. Identidad fuertemente marcada por la capacidad creativa de su gente y por la innata vena artística que es el rasgo fundamental de esa civilización.

No vamos obviamente a hablar del arte italiano en general sino de una luminosa parte de él: nos centraremos en el teatro, el cine, y sus diversos lenguajes.

6. La palabra y el gesto en el teatro

La inmensidad del teatro griego, Esquilo, Sófocles, Eurípides, fue heredada por autores latinos como Terencio, Séneca y sobre todo Plauto, quien marcaría con sus comedias el estilo y la forma de hacerlas casi hasta nuestros días.

En la Magna Grecia, que no era otra cosa que el actual sur de Italia, se heredó y se continuó el gran teatro griego, hasta transformarse en teatro latino que alimentaría al teatro italiano y europeo de los siglos siguientes.

Con Plauto, todavía podemos trasladarnos a los lugares donde continuamente se le representaba: en los teatros griegos del Valle de los Templos en Agrigento, Sicilia.

La lengua del teatro de Plauto es el latín. En tiempos en los que todavía no se vislumbra una evolución o transformación a otro idioma, faltarían siglos para que el latín cediera su dominio con la gradual aparición de un idioma intermedio que se llamó “la lengua vulgar”, o el toscano vulgar, mezcla de latín con dialectos locales que deformaría el latín ya en vías de disgregación, tomando una forma expresiva más popular y vital y menos académica y clerical.

Con la decadencia del Imperio Romano, las invasiones bárbaras y el advenimiento del cristianismo, el teatro pagano como se entendía en el período latino, prácticamente desapareció hasta el siglo XIII debido a la persecución de la Iglesia contra el instrumento diabólico del teatro. Sin embargo se siguieron escribiendo dramas y comedias sin que pudieran ser representadas, o para ser representadas solo en cenáculos palaciegos.

Paralelo a este período oscurantista, floreció otra forma de teatro que no se representaba en los teatros sino en plazas, calles, y caminos: es el teatro de los juglares, trovadores, mimos, menestrales, saltimbanquis, que aunque perseguidos por la Iglesia, se diseminaron por toda Italia, desde el sur de Francia y Cataluña y fueron una forma de espectáculo popular única por varios siglos.

Los trovadores, músicos-poetas que se expresaban en lengua occitana (similar al catalán) dejaron obras poéticas de gran interés e importantes anotaciones musicales que los investigadores han rescatado del polvo de bibliotecas y sacristías de media Europa.

Artistas que tuvieron que sufrir las persecuciones de la Iglesia y de los poderes locales, estos personajes de la contracultura religiosa, eran una suerte de hippies y rockeros “ante litteram”. Gozaban de enorme aceptación entre el pueblo que no tenía acceso ni al latín ni a la escritura, por tratarse de gente en su mayoría analfabeta.

7. El teatro pagano asciende a las esferas celestiales

Pero hay un momento en que la Iglesia se da cuenta de que se está cerrando demasiado en sí misma, y decide entrar en el juego, asomándose moderadamente a la calle y lo hace con una forma de teatro que se realizaba en los atrios de las iglesias y grandes espacios públicos. Se trata de espectáculos religiosos que en Italia se llamaban Sacre Rappresentazioni o Misteri; en España, Auto Sacramentales o Moralidades; en Inglaterra, Miracle Plays; en Francia, Miracles o Mystéres.

Esta novedad tiene mucho éxito, aunque en el fondo es una alternativa del rito de la misa pero lejos del altar, es decir una manera de difundir la fe con métodos más novedosos y no tan rigurosos. Hoy en día se diría que se están utilizando los medios de comunicación para difundir la palabra de Dios.

Eran espectáculos de larguísima duración (dos o tres días) y en los que participaba toda la población.

En estas representaciones, obviamente el Bien triunfaba sobre el Mal, y al final los buenos iban al paraíso y los malos caían en las fauces de llameantes dragones, derecho al infierno. (¿No es el principio de todo western?)

Hasta aquí el latín.

Y así por casi todo el siglo XV, esas manifestaciones fueron prácticamente la única forma de teatro junto a la celebración de los carnavales, y de la gran tradición mediterránea de las procesiones.

Procesiones y carnavales se llevan a cabo todavía hoy en día en todo el territorio italiano, que a mi entender son una consecuencia de esos Misterios o Sagradas Representaciones. Son muy teatrales, genuinamente populares y muy expresivas, que comunican a través de los distintos dialectos en los que se cuela el latín, particularmente en el sur de Italia.

8. La luz de Dante y el “Dolce stil novo

Con la desaparición del latín, los primeros atisbos lingüísticos del “habla vulgar” se sitúan entre los siglo VII y VIII, pero será mucho más tarde en el siglo XIII, con San Francisco de Asís y la escuela poética siciliana, cuando el “vulgar” se va imponiendo, desligándose del latín que ya iba siendo una lengua muerta, iniciándose el camino hacia lo se convertiría en la lengua italiana.

El texto fundamental del paso del latín al vulgar es De Vulgari Eloquentia, de Dante Alighieri (1265-1321). De Vulgari, escrito en latín, es un manual orgánico del uso del vulgar como lengua literaria. Se considera que este tratado es el inicio de la lengua italiana que sobrevendrá.

Lo siguieron Petrarca (1304-1374) y Boccaccio (1313-1375).

Pier Paolo Pasolini afirma que la lengua italiana nace como lengua literaria en Florencia. De hecho, no se le llamaba italiano sino florentino, y era de uso exclusivo de las clases ilustradas, fenómeno que se mantuvo hasta mediados del siglo XX, cuando se comenzó a hablar —con sus tipologías fonéticas— en todo el país. A propósito de lo mismo, Umberto Eco señala que gracias a la televisión los italianos han aprendido a hablar italiano.

9. Poetas santos y poetas profanos

Uno de los primeros textos escritos en Vulgar Umbro, es el famoso “Cántico de la Criaturas” de San Francisco de Asís, palabras fuertemente influenciadas por el latín.

*Laudato sie, mí Signore cum tucte le Tue creature,

spezialmente messer lo frate Sole,

lo qual é iorno, et allumini noi per lui

Et ellu é bellu e radiante cum grande splendore:

De te, Altísimo, porta significatione.

 

*Loado seas, mi señor, con todas tus criaturas,

especialmente el señor hermano sol,

el cual es día, y por el cual nos alumbras.

Y él es bello y radiante con gran esplendor,

De ti, Altísimo, lleva significación.

Estos inspirados versos también tienen su contrario, la otra cara de la medalla: un poeta contemporáneo de San Francisco, cuyo nombre es Cecco Angiolieri, auténtico poeta maldito del siglo XIII, un artista poco conocido contemporáneo de Dante pero con visión transgresora y contracorriente.

*S’i fosse foco, arderei lo mondo

S’i fosse vento, lo tempesterei;

S’i fosse acqua, i’ l’annegherei;

S’i fosse Dio, manderei il’en profondo;

S’i fosse papa, sarei allor giocondo,

Che tutti i cristiani imbrigherei;

S’i fosse ‘mperator, ¿sa’ che farei?

A tutti mozzarei lo capo a tondo.

S’i fosse morte, anderei da mio padre;

S’i fosse vita, fuggirei da lui:

Similmente faría da mi madre.

S’i fosse Cecco, com’i sono e fui,

Terrei le donne giovani e leggiadre:

E vecchie e laide lasserei altrui.

 

*Si yo fuese fuego quemaría el mundo

Si yo fuese viento, lo azotaría

Si yo fuese agua, lo anegaría

Si yo fuese Dios, lo hundiría

Si yo fuese papa, me alegraría

Cuando a todos los cristianos enredaría

Si yo fuese emperador, ¿sabes que haría?

A todos la cabeza en redondo cortaría

Si yo fuese muerte, hacia mi padre iría

Si yo fuese vida de él yo huiría

y lo mismo con mi madre haría

Si yo fuese Cecco, como soy y fui

Mujeres jóvenes y bellas yo tendría

Y viejas repelentes a otros dejaría

Y así, abarcando vertiginosos saltos de épocas llegamos al período más creativo y luminoso de la historia italiana: el Renacimiento.

10. El Renacimiento y sus padres fundadores Giotto, Masaccio, Leonardo,
Miguel Angel, Fra’ Angelico, Piero Della Francesca, y otros tantos genios

Renacimiento quiere significar el renacer del mundo antiguo, del mundo clásico, que por dos siglos se afirmará como una cultura aristocrática y de élite. En esa restauración del mundo clásico de nuevo tiene significativa importancia el teatro, pero es el teatro en forma global, donde tiene cabida lo literario, lo arquitectónico (con la vuelta a Vitruvio con los teatros neoclásicos), lo escenográfico (Bibbiena) y los temas que miran al pasado, a los griegos, a los latinos, pero escritos en idioma italiano, un italiano que se va convirtiendo en académico, es una lengua lejanísima de la gente común, es una lengua de palacio, de grandes artistas y de nobles que se deleitan escribiendo, recitando en grandes veladas culturales, musicales y gastronómicas. La práctica del mecenazgo proveía grandes artistas para satisfacer el espíritu y las vanidades.

El signo relevante de ese período es la erudición y gracias a esa erudición surgen nuevas proposiciones que aunque convivan con los preceptos del mundo antiguo, plantea realmente un nuevo hombre que ya no levita en busca del paraíso, sino que se queda con los pies en la tierra, y lo vital, lo sensorial, se sobrepone al espíritu religioso medieval.

11. Teatro y literatura

Aquí cabe una observación: a pesar del indiscutible protagonismo de Italia en el mundo antiguo y en las épocas posteriores, el teatro italiano no contó con grandes dramaturgos como Shakespeare y Marlowe en Inglaterra; Racine y Molière —gran deudor de la commedia dell’arte, aceptado por él mismo— en Francia; Calderón, Lope de Vega, Cervantes en España. En cambio en Italia aunque hay varios nombres literariamente importantes como Maquiavelo, Ariosto, Giordano Bruno, Bibbiena, Aretino, Tasso, no son propiamente dramaturgos sino poetas, escritores, es decir intelectuales integrales, en fin, hombres renacentistas.

Aunque el italiano ya existe como lengua estructurada, como lengua literaria —baste decir que para el año 1612, se imprimió el primer vocabulario de la lengua italiana, que sirvió de modelo a los vocabularios de las lenguas francesa, alemana, española e inglesa— el común de la gente sigue sin tener acceso a ella, entre otras cosas porque el grado de analfabetismo es enorme y porque la oligarquía de las grandes familias nobles no considera importante que la plebe tenga instrucción, y por ende que hable la misma lengua que la gente instruida.

12. La invención de la ópera

El Renacimiento es el momento de la grandiosidad del teatro italiano. El teatro italiano renacentista y barroco inventa la perspectiva escenográfica, la realización suntuosa y espléndida del vestuario, inventa la maquinaria teatral, el “Deus ex machina”, en donde fueron maestros superlativos; incorporan la danza y la música al teatro. Es el momento de la invención del melodrama o la ópera, para decirlo con más precisión.

En estas refinadas reuniones nace una forma de declamación, que se le denominó “Recitar Cantando”, que no era otra cosa que recitar obras con temas antiguos acompañados de instrumentos musicales. De esas veladas nace la primera ópera con un argumento que tiene un principio y un fin: se trata de la Eurídice, de Jacopo Peri. Estamos en el año 1600, seis años antes del Orfeo de Monteverdi, que es el melodrama más estructurado dramáticamente hablando y ya no es como la Eurídice, el “Recitar Cantando”, sino un libreto dramáticamente estructurado y que sería el modelo del melodrama posterior.

Los temas recurrentes de las primeras óperas están siempre basados en personajes antiguos: Alceste, Idomeneo, Orfeo, Aminta y tantos otros.

13. El arte de la improvisación, el actor más allá del texto

Si el grandioso melodrama italiano se volvió indispensable en las grandes fiestas de las cortes y de los palacios europeos, también finalizando el siglo XV se asoma una forma de espectáculo enormemente popular y dirigida a los estratos sociales menos favorecidos, a la plebe, a la gente común. Se trata de una invención espontánea de enorme valor en la historia de la cultura italiana: “La commedia dell’arte”, sin duda el más grande aporte italiano al teatro mundial.

La comedia del arte, no quiere decir una comedia artística, sino el arte de hacer comedias, el oficio de hacer comedias.

La comedia es algo genuinamente popular, un genero no literario, basado en la improvisación y desarrollo de un tema.

La “commedia” se difunde por toda Italia, aunque predomina más en el norte; arquetipos son, en el norte Arlequín, Pantalón, Brighella, etc.; en el sur, el gran protagonista es Polichinela en Nápoles.

La commedia no se base en textos preexistentes sino en un tema llamado “canovaccio” (pedazo de tela rústica, un paño de cocina), es decir, un esbozo, un punto de partida donde comenzar a actuar. Es la improvisación sobre un tema basado en el virtuosismo del actor.

Los personajes de la “commedia” son máscaras que representan siempre el mismo personaje: Arlequín, Polichinela, Colombina, etc., es decir, siempre el mismo papel en situaciones distintas.

Son actores, mimos, poetas-trovadores, pero también son acróbatas, músicos, y escenógrafos, son en suma, artistas completos, no académicos, aunque se rigen por sus propios cánones creativos.

Y aquí volvemos a las diversidades lingüísticas de las máscaras: Arlequín habla bergamasco, de Bérgamo, ciudad al norte de Milán; Pantalone habla veneciano; Il Capitano habla un español macarrónico, y es a través de este personaje, una crítica, una burla a la prepotencia del dominio español en Milán. El “Doctor” habla boloñés, ciudad donde nace la primera universidad en el mundo, Pulcinella o Polichinela habla napolitano y así cada máscara tiene sus propios dialectos.

Los prototipos de las máscaras de la Commedia, se llaman Zanni, nombre que viene de Giovanni (Juan), Gianni, que en los dialectos del norte se modificó a Zuan y de allí, a Zanni.

Las representaciones se llaman LAZZI, que es como decir “rutina destreza”, y en idioma contemporáneo sería “Sketch“, en los que los personaje repiten el tema y las situaciones. Algo así como el lazzo de la pulga, el lazzo del cornudo. Los lazzi eran bastante atrevidos, mejor dicho muchos de ellos francamente grotescos y obscenos. Pero el tema principal de las rutinas es siempre y fundamentalmente el hambre y en segundo lugar las tribulaciones amorosas.

Hay una escena memorable de un zanni, en la que la mordida del hambre lo lleva hasta el delirio de comerse a sí mismo, pedazo a pedazo, se podría decir que se “deconstruye”. Les invito a que vean en Youtube , esta magistral interpretación de Dario Fo, el premio Nobel de literatura, que es actor, director, pintor, mimo y profundo estudioso de esta disciplina.

Los cómicos dell’Arte eran agrupaciones familiares que viajaban por toda Europa como gitanos, con particular aceptación en Francia.

Se cuenta que la famosa “Noche de San Bartolomé”, en la que hubo la matanza de los hugonotes en París, estos hicieron presos a una compañía de cómicos dell’arte, y los utilizaron para intercambio de prisioneros hugonotes. El rey Carlos IX era tan aficionado a ellos que ordenó que se hiciera el canje en un momento en que las calles de París estaban llenas de sangre.

Estos artistas eran verdaderas celebridades en toda Europa. Si hubiera un paralelo histórico con nuestros días, sería con la cultura pop, de los cantantes rock y de las grandes figuras del cine hollywoodense: eran figuras internacionales. El problema era hacerse entender cuando no hablaban ni siquiera italiano primitivo sino dialectos distintos, difíciles de entender en la propia península.

Y entonces, con gran habilidad creativa, se inventan algo para hacerse entender: una especie de no-lenguaje llamado grammelot. El grammelot es un lenguaje onomatopéyico hecho de sonidos y palabras que no son tales, aunque a veces se dicen palabras, es muy musical y muy cómico. Se necesita de una enorme habilidad y virtuosismo para hacer un grammelot.

Luego de dos siglos de esplendor, la Commedia dell’Arte fue perdiendo protagonismo por el desgaste natural de la larga trayectoria y por un gran dramaturgo veneciano que escribió unas ciento cincuenta obras y quedó como un pilar del teatro italiano de todas las épocas: Carlo Goldoni. Goldoni fue un abogado veneciano que vivió entre 1707 y 1793, prolífico como pocos, revolucionó la manera de hacer teatro. Hombre viajado, se dio de cuenta que en Europa los tiempos estaban cambiando y él lo asumió en primera persona.

¿Por qué influyó en el fin de la Commedia? Porque a pesar de haber incorporado a algunas máscaras en sus comedias, poco a poco se fue alejando de ellas, porque su teatro era un teatro realista, con personajes que representaban toda la sociedad veneciana del siglo XVIII. Eran historias muy concretas y con mucho texto, algunas en veneciano y otras en italiano, por lo tanto había que aprenderse la letra, y para los Arlequines, Colombinas, Brighellas, Pantalón y compañía, era una tarea ardua y casi imposible, porque ellos no estaban acostumbrados a eso y fueron perdiendo interés, se sintieron limitados, prisioneros de tramas rígidas y además con muchos textos en italiano que no todos comprendían.

Igual pasó con el público: los espectadores abandonaron las plazas donde las representaciones se realizaban y comenzaron a ir a las salas de teatro. Para ese público del siglo XVIII el arte se volvió más mundano, y la gloriosa “commedia” fue perdiendo interés para ellos y van adoptando el nuevo teatro goldoniano.

14. Quartetto Italiano

En conclusión, el teatro italiano aún contando con una notable representación de dramaturgos importantes, como Metastasio, Vittorio Alfieri, Alessandro Manzoni, Ariosto, Tasso, Gabriele D’Annunzio y tantos otros, el teatro en lengua italiana que ha trascendido las fronteras se puede centrar en cuatro nombres imprescindibles y los cuatro tienen relación con el dialecto. Es por lo tanto un teatro históricamente ligado a los dialectos.

El cuarteto en cuestión se compone del veneciano Carlo Goldoni en el siglo XVIII con sus ciento cincuenta obras, de las cuales muchas en veneciano, otras en francés y la mayoría en italiano.

Entre el siglo XIX y XX, Luigi Pirandello, siciliano premio Nobel con una vasta y densa obra teatral y novelística, con tendencia a lo filosófico, también con algunos textos en siciliano.

Eduardo De Filippo, gran actor y gran dramaturgo napolitano cuyo teatro tiene la particularidad de convertir el dialecto napolitano en un italiano con una sonoridad y una particularidad que viene de la tradición o de las tradiciones lingüísticas que hemos estado hablando.

Dario Fo, gran actor, mimo, cantante, utiliza el italiano, su vasta obra escrita lo confirma.

Creo que esta es la tarjeta de presentación del cuarteto imprescindible de la dramaturgia italiana.

15. Grandeza del cine italiano y su influencia planetaria

Históricamente el teatro italiano es un teatro de múltiples lenguajes y no de una lengua nacional (lo mismo que pasa con la cocina italiana, no hay una cocina nacional italiana, hay varias cocinas italianas distintas entre sí, porque parten de lo que ofrece el territorio y la grandeza de esas cocinas se expresa en una gran creatividad y fantasía). La conclusión según mi punto de vista es que la vitalidad del teatro italiano se ha expresado mejor en los varios dialectos y lenguajes que en la propia lengua italiana, es decir la tradición del teatro a la italiana se ha centrado más en el actor que en el texto escrito. Esto se extiende al cine, particularmente con el tipo de películas que se conoce como comedia a la italiana, gran invención de un grupo de directores geniales, como Risi, Monicelli, Germi, Scola y tantos otros, quienes en complicidad con actores de enorme talento como Sordi (romano), Gassman (genovés), Manfredi (romano-ciociaro), Totó (napolitano), Tognazzi (lombardo), Benigni (toscano) y la inolvidable Mónica Vitti (romana), y tantos otros, siempre parten de los distintos dialectos italianizándolos para alcanzar a vastas audiencias, confirmando una modalidad expresiva inherente al hablar cotidiano más que a la pureza y belleza de la lengua italiana.

El cine de arte también recurrió al dialecto como elemento significativo de una historia: La Tierra Tiembla, de Visconti; El Árbol de los Zuecos, de Ermanno Olmi; Salvatore Giuliano, de Francesco Rosi; Decamerón, de Pier Paolo Pasolini (junto a tantos otros).

El cine italiano, de gran tradición a partir de comienzos del siglo XX, en 1914 con Cabiria, auténtica superproducción, pasando por el melodrama, el neorrealismo, el cine comprometido políticamente y tantas otras propuestas. El cine italiano no ha roto el cordón umbilical que tradicionalmente ha tenido con el teatro, solo ha mostrado a la sociedad italiana con otro lenguaje, el de la imagen, y al igual que el teatro sigue extraordinariamente vivo.

***

Antonio Costante es venezolano de origen italiano. Protagonista del movimiento teatral venezolano de los últimos cincuenta años, director, guionista, escenógrafo, como también en el campo de espectáculos multimedia; actividad desarrollada en el Ateneo de Caracas, Nuevo Grupo y Compañía Nacional de Teatro. En el ámbito de la ópera lírica, efectuó memorables puestas en escena en el Teatro Teresa Carreño, Municipal y otros muchos. También ha sido colaborador ocasional de El Nacional, Papel Literario y otros medios, en español y en italiano.

Antonio Costante 

Comentarios (1)

Diógenes Decambrí.
4 de noviembre, 2017

Un maravilloso TOUR atravesando parte de Europa y varios siglos, con el cambiante paisaje del idioma, el teatro y el cine en su constante e interesante evolución. Mil gracias por este valioso resumen.

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