Actualidad

Pompeyo, el último titán; por Francisco Suniaga

Por Francisco Suniaga | 25 de junio, 2017
Presentación del partido Movimiento al Socialismo en programa televisivo. Imagen del Archivo Fotografía Urbana

Presentación del partido Movimiento al Socialismo en programa televisivo. Imagen del Archivo Fotografía Urbana

Pompeyo ―el Márquez nunca le hizo falta― fue sin lugar a dudas un personaje mitológico. Fue, al lado de Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, uno de los titanes de la política venezolana del siglo XX, artífice de los años de estabilidad democrática y progreso económico entre 1958 y 1998.

Después de dirigir la resistencia de su partido contra Marcos Pérez Jiménez e inmortalizar a Santos Yorme, se rebeló contra la exclusión de su partido impuesta por el Pacto de Punto Fijo y apoyó la lucha armada contra la democracia. En medio del contexto de la Guerra Fría, quizás no había entendido el papel que le correspondía a la izquierda. Pero corrigió su error y fue artífice de la llamada “rectificación”. Gracias a esa decisión de abandonar la guerrilla, el proceso pacificador del país promovido por el gobierno de Caldera fue posible.

Rafael Caldera y Pompeyo Márquez en evento no identificado.

Rafael Caldera y Pompeyo Márquez en evento no identificado. Imagen del Archivo Fotografía Urbana

Proceso de paz (auténtico) que marchó de la mano con la renovación de la izquierda venezolana, iniciada en 1968 tras la invasión a Checoslovaquia, y la fundación del Movimiento al Socialismo (MAS). Pompeyo, en aquel momento Secretario General del Partido Comunista de Venezuela, fue determinante en la decisión de romper con la ortodoxia impuesta desde Moscú. Le dio al socialismo un rostro criollo y demostró que la izquierda venezolana también podía ser por hecho y derecho parte de la democracia.

Asumió el liderazgo del MAS con responsabilidad y lealtad hacia el sistema democrático. Bajo su dirección convirtió a la izquierda en una fuerza fundamental para la estabilidad y funcionamiento del sistema político, a la que se le confió la tarea de gobernar. Con Pompeyo era fácil, era la mejor versión de la izquierda venezolana, la democrática.

Pompeyo Márquez y Carlos Andrés Pérez. Imagen del Archivo Fotografía Urbana

Pompeyo Márquez y Carlos Andrés Pérez. Imagen del Archivo Fotografía Urbana

Cuando el nubarrón chavista apareció en el horizonte, luchó con todas sus fuerzas contra la idea de atar el carro del socialismo a la venezolana al carro de un teniente coronel golpista. Pudo más, sin embargo, la ambición de quienes solo buscaban el poder por el poder mismo. Cuando se concretó su derrota, se fue en silencio del partido que había fundado junto con Teodoro Petkoff y otros tantos hombres buenos.

Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Guillermo García Ponce y Servando García Ponce luego de escapar del Cuartel San Carlos en febrero de 1967. Imagen del Archivo Fotografía Urbana

Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Guillermo García Ponce y Servando García Ponce luego de escapar del Cuartel San Carlos en febrero de 1967. Imagen del Archivo Fotografía Urbana

Pero no se rindió, fue un incansable opositor al régimen chavista y fue un factor fundamental para cohesionar a las fuerzas que se le oponen, fue un adalid de la unidad democrática. El pasado 20 de junio, a los 95 años, abandonó el mundo de los vivos. Quedan sus ideas y su ejemplo de lucha por darle a Venezuela una democracia verdadera.

Su muerte, aunque ya no era un político activo, deja un gran vacío, pues a pesar de su avanzada edad era una referencia para la democracia y, en particular, para la izquierda.

Francisco Suniaga 

Comentarios (3)

Zen Ten Xiao
26 de junio, 2017

En mi adolescencia liceísta, por allá en los 70´s, le hicimos una entrevista a Pompeyo para alguna materia, social, que ahora no recuerdo. Nos valimos del nexo de amistad que un tío tenía con él para llegarle, pero creo que el enlace no era necesario, fuimos bien recibidos, amablemente, por un hombre que se veía ocupadísimo. Debíamos fundamentar la breve entrevista sobre partidos politicos, y obviamente sobre el MAS, a los jóvenes, aun liceístas, las figuras de Pompeyo, Teodoro y en menor grado JVR, nos daban sensación de frescura en un mundo político lleno de viejos demócratas o combatientes de las dictaduras, Pompeyo que pertenecía a ese grupo, nos lucia juvenil o más próximo, y así fue, habló con nosotros de manera relajada, en lenguaje de fácil comprensión, fue muy ameno, primero habló del MAS claro y luego nos llevó distraídamente a un campo que era mas pedagógico, nos habló de un país futuro, en donde debíamos caber todos, aun con nuestras diferencias, nos habló del papel de los jóvenes en la sociedad, de su creencia ciega en la juventud como capital para transforma el país y meterlo en la modernidad, aun recuerdo que nos habló de valores ciudadanos, del valor de la democracia y como defenderla y así sin más, poco a poco, nos ofreció un breve paseo por el capitolio antes de conducirnos amablemente hasta la salida y despedirnos personalmente. Ese es el Pompeyo que recuerdo y del que admiré sinceridad y mucha franqueza… fue un contacto con un político distinto. Al salir ya todos estábamos ganados a su causa, aunque en el devenir del tiempo cada quien seguramente se fue arrimando a sus tendencias…creo que vivió bien, que fue útil y ya habrá tiempo para valorarle después que pasé un poco este caos que nos aparta de otros hechos.

Eduardo
26 de junio, 2017

Queda su honradez, su ejemplo de luchador porque lo fue hasta el final definitivamente no claudico, como otros devenidos en serviles al mandon y que asumieron una forma de socialismo casado con un hombre al más puro estilo caudillesco.

Diógenes Decambrí.
26 de junio, 2017

Aclaro dos líneas: 1. “el proceso pacificador del país promovido por el gobierno de Caldera”: La “pacificación” fue promovida con la DERROTA total de las guerrillas, por los gobiernos de Betancourt y Leoni. A Caldera le tocó la parte fácil, ofrecerle privilegios a los que veneran al estalinismo y la violencia, hoy con 18 años de vuelta a esas andadas, vergonzosos peones del castrismo, todavía. 2. “Cuando se concretó su derrota, se fue en silencio del partido que había fundado junto con Teodoro Petkoff y otros tantos hombres buenos”: Falta la coma luego de fundado, pues sin ella se entiende que “TP y otros tantos hombres buenos” lo acompañaron en la fundación del MAS, y creo que Suniaga quiere decir que Pompeyo, Teodoro y una minoría de los dirigentes del MAS en 1998, se distanciaron de su creatura cuando la mayoría de los masistas “se fue detrás de un hombre a caballo”. Teodoro les dijo, entre guachamarón y visionario “Los espero en la bajadita”, allí estamos desde 2013.

Envíenos su comentario

Política de comentarios

Usted es el único responsable del comentario que realice en esta página. No se permitirán comentarios que contengan ofensas, insultos, ataques a terceros, lenguaje inapropiado o con contenido discriminatorio. Tampoco se permitirán comentarios que no estén relacionados con el tema del artículo. La intención de Prodavinci es promover el diálogo constructivo.