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Gerardo Blyde: “Hay fórmulas constitucionales para llamar a elecciones generales”; por Hugo Prieto

Gerardo BLyde retratado por Roberto Mata

Gerardo Blyde retratado por Roberto Mata

Gerardo Blyde entra a la sala de reuniones de la Alcaldía de Baruta, saluda y entra a su oficina. No tiene tiempo de ver la agenda. Su secretaria le informa que en la planta baja hay una persona que trae una comunicación del Ministerio del Interior, Justicia y Paz. ¿Será la tan esperada notificación del Tribunal Supremo de Justicia, cuyo fallo obliga a Blyde y a otros nueve alcaldes opositores a garantizar el derecho al libre tránsito en sus municipios? Se encienden las alarmas, no vaya a ser que como parte del acto administrativo, le pongan los ganchos, en una variante de los casos que llevaron a la cárcel a los alcaldes de San Cristóbal, Daniel Ceballos y de  Naguanagua, Enzo Scarano. Falsa alarma, el ministro Néstor Reverol, le solicita a Blyde que sustituya al funcionario de Baruta que en comisión de servicio asiste a la Coordinación Policial que dirige su despacho. “Generalmente, esos oficios se entregan en taquilla, pero el mensajero insistió en que debía entregar la comunicación en mis manos”.

Sólo hasta el pasado viernes, la síndico municipal tuvo acceso al expediente, que hará cosa de 10 días interpusieron en forma de amparo varios ciudadanos en el TSJ. “Por lo tanto, no podíamos oponernos ni a la admisión de ese recurso ni a las medidas cautelares que sabemos iban a dictar”, afirma Gerardo Blyde, quien además de ser el alcalde de Baruta es abogado constitucional. El procedimiento guarda una extraordinaria similitud con los casos de Ceballos y Scarano, quienes en 2014 fueron destituidos, sometidos a juicio y condenados a prisión. El día de mañana, una vez conocido el escrito de demanda, los alcaldes ejercerán su derecho a la defensa. Lo curioso es la vía por la cual se enteraron, una rueda de prensa dada por el presidente de la Sala Constitucional del TSJ.

¿Qué le podría pasar al alcalde Blyde cuando llegue la notificación a su despacho?

Voy a ejercer todas las defensas dentro del expediente, que serán inútiles si hay una orden política de llevarme a una inconstitucional audiencia pública, porque consideren que no he acatado las decisiones de esas medidas cautelares y determinen, precisamente, en ese acto que yo debo ser destituido y encarcelado. Ese es un escenario. El otro es que simplemente observen nuestros alegatos, nuestra defensa y pruebas, y no se convoque esa audiencia. Esos son los dos escenarios, no hay otros.

¿Ya usted está preparado para asumir un eventual carcelazo?

Yo creo que nadie quiere estar encarcelado y menos si no ha cometido ningún tipo de delito. Evidentemente, yo tengo responsabilidades delante de todos los baruteños. De aquellos que votaron por mí, que fueron el 80% y de aquellos que no votaron por mí, que fueron menos del 20%. Además, delante de todo el personal y la administración municipal. No es mi aspiración estar preso. Pero si hay una orden política, tendré que ir preso. Vendrá otro alcalde, a quien van a tener que destituir y poner preso y así en una cadena hasta que esto cambie.

Actualmente hay un cuestionamiento a la estrategia que está siguiendo la oposición, a lo que está haciendo la MUD. Uno lo advierte en ciertas preguntas que se hacen en los medios, al estilo ¿Se ha avanzado con esta estrategia?  Y si usted, efectivamente, es puesto preso, no falta quien dirá. ¿Y ahora fue que Blyde se enteró que estamos en dictadura? ¿Qué le diría a la gente que piensa de ese modo?

Aunque no soy ajeno a lo que escriben en las redes, y sobre todo a los que hacen más bulla en las redes, creo que la protesta en la calle, siempre y cuando se mantenga pacífica, es la válida. Es, además, la que tienen los ciudadanos en sus manos, y esto sobrepasa, va más allá, de los dirigentes políticos. Ni yo, ni ninguno de los alcaldes, somos importantes. Lo importante es rescatar la democracia, que se cumpla con la Constitución y se restituya el orden constitucional. Puede haber errores de táctica, pero yo creo que la estrategia que se ha asumido es la correcta. Cuando tienes un gobierno que monopoliza todos los poderes del Estado, cuando tienes un gobierno que cierra todas las vías electorales,  incluida la única arma que tiene el ciudadano, que es el voto, es manifestar, es protestar de manera pacífica y a eso es lo que ha convocado la MUD y lo ha hecho, además, con una agenda, con la que podemos estar de acuerdo o en desacuerdo. Yo, por ejemplo, estoy en contra de los trancazos, creo que son inútiles e inoperantes. Las grandes concentraciones, unas más grandes, unas más pequeñas, han obligado al gobierno a mostrar su cara más terrible y represiva. Es mucho lo que se ha logrado.

Seguramente, habrá quien se pregunte. ¿Qué sentido tiene desenmascarar a un gobierno claramente dictatorial? Pero la pregunta que le hago es: ¿Eso es necesario? ¿Se obtienen resultados políticos?

Uno, el diagnóstico del gobierno, nunca había estado tan unificado como en estos 54 días de protestas. Que exista gente que haya llegado a la conclusión de cuál es el tipo de régimen que impera en Venezuela, digamos, hace tres años, eso no significa que ese sea el diagnóstico compartido por la gran mayoría del pueblo venezolano. Sería una manifestación de soberbia, por decir lo menos, decir: ¡Ah, y ahora es que la gran mayoría piensa así! Pero resulta que tienen que pasar cosas —grandes luchas, incluidas— para que la gran mayoría tenga un diagnóstico compartido sobre quiénes gobiernan, cómo nos gobiernan y qué tipo de régimen nos gobierna. Eso es un gran logro. Tenemos a una mayoría unificada alrededor de un solo criterio. Eso no lo teníamos y nadie es amo de la verdad. Puede que yo pensara que el orden constitucional no se rompió con las sentencias 155 y 156, sino muchísimo antes, con la designación, por ejemplo, de los actuales magistrados del TSJ, pero eso es propio del mundo de los abogados y de los profesores de derecho público. Pero ahora, el ciudadano común, le ha visto los colmillos a la dictadura en su propia nuca.

Las protestas tienen tres vías: la calle, la institucionalidad y la esfera internacional. Yo veo, por ejemplo, que el señor Almagro tiene una posición muy clara frente al gobierno venezolano, pero también podría decir que una golondrina no hace verano. ¿América latina, el vecindario, digamos, está en deuda con Venezuela en este tema?

Venezuela apoyó y protegió a muchos exiliados que tuvieron que salir de sus países (Argentina, Chile, Uruguay, entre otros) gobernados por dictaduras de derecha que cercenaron las libertades, los Derechos Humanos y la democracia. Creo que los gobiernos de América Latina tardaron mucho en reaccionar frente a lo que estamos viviendo los venezolanos. Pero también tenemos que había como una ola de gobiernos populistas de izquierda que subvertían la libertad de prensa, que subvierten y subvertían el estado de derecho, y que corrompieron instituciones del Estado. Pero esa realidad ha cambiado a raíz de los procesos electorales y en varios de esos países se han deslastrado de los atavismos de la izquierda populista, que los mantenía anclados no en el siglo XXI, sino en el siglo XX. Han dejado muy solo al gobierno de Maduro. Pero los tiempos de los países no son lo rápido que uno quisiera. Lograr el apoyo de 18 países dentro de la OEA no es poca cosa, el cambio de sus discursos (México, Chile). Pero la solución a los problemas de Venezuela es de los venezolanos. Nosotros estamos haciendo lo que nos toca con la única arma que tenemos: manifestar pacíficamente en las calles.

¿Cuándo habla de “la única arma que tenemos” es porque todas las demás están agotadas?

En este momento, sí. El gobierno se metió en un callejón sin salida que es el fraude constituyente, y por esa razón no es negociable. Resulta aberrante y, además, un error inexcusable de derecho, que no comete un estudiante de 1er año de derecho, que Maduro diga que él tiene la convocatoria, confundiéndola con la iniciativa, para que vaya entonces a producirse la elección y la conformación de una constituyente que nunca se le preguntó al pueblo soberano, está usurpando y robando las funciones del pueblo. Ante eso, tú no puedes transigir. Ese no es el escenario para buscar una salida política acordada entre las partes en conflicto. No es ni puede serlo, porque simplemente, es un escenario sectario. Un hablar consigo mismo. Un yo con yo. Un cuarto de espejos, que es lo que va a ser esa constituyente, donde no se le va a hablar al país, ni a las partes enfrentadas del país. Entonces, allí no hay solución. Ni se puede buscar una salida política en ese callejón sin salida. Hay una alternativa mucho más fácil. Vamos a preguntarle al pueblo si quiere o no una salida electoral.

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Gerardo Blyde retratado por Roberto Mata

Una de las cosas que ha unido a la protesta, digamos, a Raimundo y todo el mundo en las calles, es la defensa de la Constitución. ¿No resulta incongruente, por decir lo menos, que en un hipotético diálogo, se exija una elección general? Es decir, una fórmula que no está dentro de la Constitución.

En la Constitución está la misma salida. La Constitución contempla la posibilidad de una enmienda, que la puede proponer la Asamblea o el propio presidente, mediante la cual se le pregunte a los venezolanos si desean que se les recorte el mandato a todos los poderes públicos, y que incluso, en una transacción política, se incluya a la Asamblea Nacional y vayamos a un proceso adelantado de elecciones de presidente y de diputados, si fuese el caso. El pueblo decide, pero se le tiene que consultar en referéndum. Eso es muchísimo más fácil que irse por el callejón sin salida de una constituyente fraudulenta. Si el pueblo dice sí, apruebo la enmienda, recorto el período de presidencial, es constitucional por completo. Esa es la salida constitucional.

El chavismo, quizás siguiendo una práctica del modelo cubano, no cede, en ningún plano, ya sea institucional o político. Diría que ni siquiera cede en los espacios que controla. Tomemos por caso las marchas, que se reprimen justamente en las fronteras que separan los municipios de Baruta y Chacao del municipio Libertador. ¿Por qué tenemos que albergar la idea de que puede haber una negociación política, si los hechos demuestran que en el carro del chavismo la palanca del retroceso no existe?

Uno. En este momento no hay ninguna negociación política. Dos. Yo creo que hablar del chavismo en general y asociarlo al madurismo es darle una gracia a Maduro que no tiene. El que no regresa, el que está en esa posición de no retorno es el madurismo, no el chavismo. El chavismo se fracturó, pero exponencialmente y en muchos pedazos. Hay una parte del chavismo, muy importante, que no quiere que cambien la Constitución del 99 y la está defendiendo. Oye a Héctor Navarro, a Ana Elisa Osorio, incluso a Mari Pili Hernández. ¿Esos no son chavistas? La propia fiscal, Luisa Ortega Díaz, cuando declaró a raíz de las sentencias 155 y 156 del TSJ, ¿Qué dijo? Esta es la Constitución de Chávez y se declaró chavista. Los que están en la cúpula del poder y sostienen a Maduro allí tienen, y alguna información manejamos, graves conflictos de conciencia. Incluso, los del 4-f no están apoyando esta constituyente fraudulenta. No hay un chavismo monolítico. Ahora, ¿Van a negociar? No lo sé. Un estadista lo haría.

Hemos visto que a raíz del resultado del 6-D, el chavismo pierde el control de la Asamblea Nacional y más recientemente, a propósito de las sentencias 155 y 156 del TSJ, se desprende la Fiscalía. ¿Por qué la oposición no habla con los chavistas que acaba de mencionar y construyen un frente para la defensa de la Constitución? ¿Eso no estaría en línea con los desprendimientos que hemos visto? ¿No le haría una mayor presión al gobierno.

¿Quién te dijo que no se han hecho esas conversaciones? Muchos de nosotros hablamos con ellos. Estás asumiendo un hecho que no existe. Es verdad que ellos no van a inscribirse en Acción Democrática, Voluntad Popular o Primero Justicia. Ellos tienen su propia ideología. Muchos son militantes de la izquierda de los 60. Otros son más recientes y sus ideologías no cuadran con la de los partidos que constituyen la base de la Unidad. No los vas a ver dentro de la Unidad. Ahora, su discurso en defensa de la Constitución y en contra de la constituyente de Maduro es prácticamente igual al que el mismo Gerardo Blyde ejerce. Ese frente se está creando solo. ¿Por qué le quieres dar una organicidad que los llevaría a ser parte de la oposición y pierdan la auctoritas para hablarle a las bases chavistas que están descontentas con Maduro? Sería un error táctico impresionante. Le hablarían sólo a la oposición, pero no a las bases chavistas.

Me permito aclararle que no estoy asumiendo nada, yo estoy haciendo unas preguntas.

Sí, pero como parte de esas preguntas también haces unas afirmaciones con las cuales no estoy de acuerdo y tengo que rebatirlas.

¿No es mejor que eso se visualice? Lo digo por lo siguiente. Han transcurrido 55 días de protesta, 56 personas han sido asesinadas y este país está prácticamente paralizado. ¿No sería un alivio que, en medio de la desesperación, la gente advierta la conformación de nuevas fuerzas políticas y avances en otros frentes?

Te repito, sería un gran error. Crear un frente con ellos los anula como voceros ante el chavismo. Y creo que ni ellos quieren, ni conviene. Ellos le están hablando a su gente, que los oye y los ha seguido y lo van a seguir haciendo, a pesar de la censura en los medios oficiales. Nadie los puede obligar a que ellos asuman la agenda de protestas de la MUD, por ejemplo. Ahora, el país no está paralizado por los 55 días de protesta, sino porque un gobierno ineficiente nos llevó a esto. Y la protesta es consecuencia de la crisis del país, de la escasez de alimentos, de medicinas. No es la causa, es la consecuencia.

Justamente, una de las cosas de las cuales no se habla, porque estamos inmersos en la historia del día a día, que no es otra que el balance de la represión, de la lista de jóvenes asesinados y los nuevos contingentes de presos políticos, es de la crisis económica, que está haciendo su trabajo en forma silenciosa. Pongamos el precio del cartón de huevos: 12.000 bolívares. ¿Qué podría desencadenar la combinación de los elementos arriba mencionados en términos sociales, en términos políticos?

Yo le temo mucho a una cosa, que es la anarquización total del país. Creo que nuestros sectores populares sienten una orfandad muy  grande frente a un gobierno que no sólo se comporta como un padre irresponsable, sino que llega borracho y le pega a la familia. Pero ese pueblo huérfano, que además padece cada vez más los efectos de toda una política desastrosa, de la crisis social, hospitalaria y de seguridad que estamos viviendo, en su trajinar diario, en su trajinar existencial, puede sobrepasar a la dirigencia opositora, porque ya se desprendió sentimentalmente de lo que significa este gobierno y entrar en una etapa muy complicada de anarquía. ¿Cuál va a ser la contención del gobierno, de ese mal padre de familia? Más represión, más fuerza bruta. Y eso es explosivo.

Uno lo advierte claramente y para muestra un botón: lo que ocurrió en Socopó, en Barinas. ¿Qué podría ocurrir si esa espiral de violencia estalla en forma simultánea en 10 ciudades del país?

Socopó es un pueblo pequeño de Barinas. Yo hablé con su alcalde, Ronald Aguilar, quien está muy preocupado por lo que está sucediendo allá. Pero eso puede reproducirse en muchos sitios, de manera anárquica y espontánea. Lo cual significa que podemos entrar en un periodo muy explosivo en el país. Este gobierno debería entender que así no se puede gobernar, que así no puede seguir en el poder, que está mantenido solamente por la fuerza de los hechos y de las armas y que no está aportándole ninguna solución real a la crisis que viven los ciudadanos. Hay que buscar la salida política para que esas explosiones no se den y para solucionar los problemas de la gente. De eso se trata la política. Maduro no puede aislarse y darle la espalda a los ciudadanos para aferrarse al poder. Eso no tiene ningún sentido. Ojalá que entendieran eso quienes están en la cúpula.

¿Qué podría ocurrir si alguna de las bisagras institucionales que aún controla el chavismo se fractura?

Creo que se cae el gobierno. Tendríamos que ir, dentro del marco constitucional, a un adelanto de elecciones presidenciales y quien sabe de qué otros poderes, porque no sabemos qué más se cae. Esto es impredecible. Nadie puede predecir la intensidad de un terremoto, ni las cosas que se va a llevar por delante. Y eso sería un terremoto de elevada intensidad. El gobierno trata de que eso no le suceda. Hasta ahora lo que ha sufrido son temblores, por decirlo de alguna manera, pero puede venir un terremoto, que puede estar, incluso, silente en este momento.

Gerardo Blyde retratado por Roberto Mata

Gerardo Blyde retratado por Roberto Mata

La oposición se ha mantenido en el cauce pacífico, electoral, constitucional, pero todo espacio tiene sus límites.

No tenemos otra que mantenernos ahí, no hay otra salida. ¿Cuál sería la salida? ¿Llamar a un levantamiento militar? Este es un gobierno militar. Lo que se le está pidiendo a la Fuerza Armada es que regrese a sus obligaciones y deberes constitucionales. No reprima ni utilice armas indebidas para el control de la protesta pacífica. Regresen a sus funciones. Su deber es proteger la Constitución, no a un gobernante. Eso es lo único que se les está pidiendo, no un golpe de Estado. Tenemos que buscar una salida democrática que encauce todo este descontento, todo este malestar, que hay en el país. Y podamos, a través de un proceso electoral, escuchar la voz del pueblo, que finalmente es el que decide en democracia. No es la Fuerza Armada ni es Maduro ni son los dirigentes de oposición. Es el pueblo el que tiene que decidir.

¿Qué podría ocurrir si se instala la fraudulenta constituyente de Maduro y empieza a tomar decisiones, por ejemplo, desconocer a gobernadores y alcaldes de oposición y eventualmente a la Asamblea Nacional?

Todas serán vías de hecho, todas serán reforzar la ruptura del orden constitucional y el golpe de Estado continuado, porque esa asamblea constituyente será nula, sus actos inexistentes y los van a tener que imponer por la fuerza. Cuando tienes una Asamblea Constituyente convocada por el presidente y no por el pueblo, esa asamblea no existe. Es nula. Es una situación de hecho, no de derecho. Es una usurpación de funciones del pueblo. Por lo tanto todas sus actuaciones, incluso si llegan a sesionar en el Palacio Legislativo, será violando la Constitución y lo que significa esa instancia. Si nos van a detener o nos van a anular, tendrá que ser por la vía de los hechos, nunca será por la vía del derecho y, en algún momento, cuando se imponga la democracia, todos los que actuaron en contra de la Constitución y en contra del pueblo venezolano, usurpando sus funciones, tendrán que rendir cuentas a la justicia.

Pareciera que en el juego político, se acabaron las cartas. La única que queda es buscar esa salida constitucional que ha mencionado varias veces. ¿Cuál es su opinión?

Debido a que el gobierno se metió en el callejón sin salida del fraude constituyente, no veo otra. Nosotros no tenemos otra salida que seguir llamando a elecciones generales en el país y hay fórmulas constitucionales para hacerlo, como te dije. Creo que a nadie le conviene una revuelta civil que podría acabar con muchas más vidas de venezolanos, ni la anarquización del país, ni que se produzca ese terremoto gigantesco del que hablamos. Ahora la historia de los países no son tan deterministas, ni sus vidas son tan finitas como la de los seres humanos. A veces queremos que el futuro llegue ya, pero hay luchas que han durado mucho más de los que nosotros hemos luchado.

¿Será que un solo hombre, como dijo Julio Borges, puede cambiar la historia?

Yo creo que la estamos cambiando todos los venezolanos. Los pueblos producen, yo estoy convencido de eso, los líderes que requieren en el momento preciso. No sé si los que van a liderar la reconstrucción del país son los nombres que actualmente están en el tapete o serán otros. No lo sé, pero muchos de de los líderes actuales, son suficientemente capaces para hacerlo.