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¿Cómo será el “brexit” y a qué obstáculos se enfrenta?

La cámara baja británica concedió finalmente un mandato al gobierno para anunciar la salida de la UE. Estos serán los próximos pasos y también los obstáculos.

Por Deutsche Welle | 9 de febrero, 2017

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El Parlamento británico

LogoDW80x120Después de la votación en la cámara baja, el proyecto de ley pasará a la cámara alta. Si bien en la Cámara de los Comunes había en rigor una clara mayoría a favor de la permanencia en la UE, los parlamentarios aceptaron que los británicos, aunque fuera por escaso margen, optaron en el referéndum por la salida. La disciplina de partido de ambos bandos hizo el resto. En el caso de los Lores, al ser cargos vitalicios no tienen que preocuparse de la reelección y son más independientes. Pero ya no podrán frenar la propuesta del gobierno, sino solo aplazarla. Lo único que se puede esperar es que los Lores contrarios al “brexit” traten de introducir propuestas pro europeas. La opción de oponerse y dilatar el proceso es poco probable, puesto que podría provocar una crisis constitucional si se posicionan contra la voluntad del pueblo.

El objetivo

La primera ministra Theresa May quiere una clara ruptura con Bruselas. Gran Bretaña debería salir del mercado comunitario, rechazar las leyes arancelarias de la UE y salir de la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia. Gran Bretaña quiere libertad para cerrar acuerdos comerciales con otros países y un nuevo tratado de libre comercio con la UE. Sin embargo, este es un terreno nuevo para ambas partes. Nunca antes hubo una salida, ni la UE firmó un acuerdo de libre comercio similar con otro país, con excepción de Suiza. Pero en este caso Suiza sí tiene que aceptar la inmigración de la UE. Ahora las opiniones están divididas. Mientras unos quieren que Gran Bretaña note las desventajas de la salida para evitar que se produzcan casos similares, otros prefieren un trato más benévolo, considerando que seguirá siendo un socio importante en el futuro.

La hoja de ruta

May quiere solicitar el “divorcio” a finales de marzo, a condición de que la Cámara de los Lores también apruebe la propuesta. Las negociaciones de salida podrían durar dos años y la UE pretende convocar una cumbre especial de salida un mes después de que se presente la solicitud. Michel Barnier, negociador de la UE, espera que haya resultados antes de las próximas elecciones europeas en la primavera de 2019. Si para entonces hay acuerdo, aún tendrá ser ratificado por una mayoría cualificada de por lo menos 19 países. Algo que también podría demorarse meses. Angela Merkel teme que el “brexit” empañe la política comunitaria durante años. Por eso ambas partes están interesadas en hacerlo rápida y limpiamente.

Una salida de emergencia

Algunos expertos dudan de que se llegue a un acuerdo después de dos años y calculan hasta seis o incluso diez años por la complejidad del asunto. Si después de dos años no hay acuerdo, terminaría igualmente la pertenecía de Gran Bretaña a la UE, un escenario que los británicos desearían evitar por la incertidumbre que podría provocar para las empresas. Para ese supuesto, May propuso un régimen transitorio en interés mutuo. Pero no está claro si la UE lo aceptará. Muchos europeos quieren que prevalezca la postura de “dentro es dentro y fuera es fuera”. En este sentido, May advirtió que la ausencia de acuerdo era mejor que un mal acuerdo, y dijo que si la UE trata de castigar a su país, Londres podría responder con medidas para competir con la UE.

Escocia e Irlanda del Norte

La mayoría de los escoceses votó por permanecer en la UE y ahora se sienten burlados por el referéndum del “brexit”. Algunos aspiran incluso a un nuevo referéndum. Así Escocia podría convertirse en un nuevo país miembro de la UE si lo ratifican todos los demás miembros. Sin embargo, la opinión general de los escoceses difiere ya que hay una ligera mayoría que prefire mantenerse en Reino Unido. Un 56% ni siquiera apoyaría un nuevo referéndum. Además, si Escocia llega a independizarse se abrirían muchas preguntas. Por ejemplo, dónde situar la frontera con Inglaterra, porque esa sería la frontera exterior de la UE. Un problema que también aparecería en Irlanda del Norte, donde podrían volver a implantarse férreos controles fronterizos.

El querido dinero

Con el “brexit”, Gran Bretaña no solo pretende limitar la inmigración no deseada de la UE, sino también dejar de contribuir a los presupuestos comunitarios. Pero eso no significa que Gran Bretaña pueda cancelar su contrato justo el día de su salida. De hecho, el país tiene obligaciones de pago que se extienden de cara al futuro. Por ejemplo, en lo referente a las pensiones de los funcionarios de la UE. Para eso se tendrá que hacer otra cuenta, algo que los británicos en principio aceptan. Sin embargo, la pregunta clave será la cuantía del importe de dicha factura. Si son 20.000 millones de euros, como dicen los británicos o son los 60.000 que calcula Ivan Rogers, ex embajador británico para la UE. Una diferencia suficiente para alimentar discusiones en muchas negociaciones posteriores.

Deutsche Welle 

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