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Leonardo Vera responde qué puede esperarse en la economía venezolana, tras el aumento del salario

Por #MonitorProDaVinci | 28 de octubre, 2016

billetes640

El economista Leonardo Vera responde a dos preguntas hechas por Prodavinci, con el objetivo de entender mejor la consecuencias que generan un aumento de salario. El jueves 27 de octubre de 2016, el presidente Nicolás Maduro aumentó el salario integral en 40%. A partir del 1 de noviembre, el salario mínimo nominal será 27.091 bolívares y el bono de alimentación aumenta a 63.720 bolívares. Ambos montos suman 90.811 bolívares. Si desea conocer la opinión de los economistas Anabella Abadi y Richard Obuchi, haga click acá.

¿Qué significa que, dentro de las políticas económicas,
un gobierno se vea obligado a aumentar el salario mínimo?

El aumento del salario mínimo es una medida reactiva de política gubernamental para tratar de palear la caída del poder de compra que la inflación está ocasionando en los asalariados con más bajos ingresos.

Su efecto es transitorio por dos razones. La primera es que, en las condiciones claramente recesivas con las cuales opera el sector productivo y comercial de Venezuela, la fórmula que le queda a muchas empresas para pagar el incremento es aumentar no puede ser aumentar la producción y las ventas, sino aumentar los precios.La segunda es que, en el caso del sector público, al no haber posibilidades de mejorar su flujo de caja (por la recesión y las dificultades que atraviesa PDVSA), la fórmula para cumplir con el incremento descansa imprimir más dinero. Y ambas formulas alimentan la inflación, de modo que a la vuelta de unas pocas semanas el efecto del incremento salarial se habrá erosionado.

La frecuencia cada vez mayor con la que el gobierno está ajustando el salario mínimo (ocho veces en apenas 24 meses) pone en evidencia su incapacidad como herramienta para detener un proceso que ha venido mermando el poder de compra de los asalariados.

Y esa recurrente fórmula de apelar a incrementos del salario mínimo también pone en evidencia dos cosas: la primera, que el gobierno no ha encontrado una estrategia para salirle al paso a la inflación y, por lo tanto, no tiene una política activa frente a este creciente problema y pone de manifiesto que su enfoque es reactivo; y la segunda es que esta estrategia reactiva no sirve, pues la economía entra en un circuito de espiral precios-salarios.

El aumento del salario mínimo es una medida reactiva de política gubernamental para tratar de palear la caída del poder de compra que la inflación está ocasionando en los asalariados con más bajos ingresos. Su efecto es transitorio pues en las condiciones claramente recesivas con que opera el sector productivo y comercial en Venezuela, la fórmula que le queda a muchas empresas para pagar el incremento no es con mayor producción y ventas, sino más bien con aumentos de precios. En el caso del sector público, sin posibilidades de mejorar su flujo de caja (por la recesión y las dificultades de PDVSA) la fórmula para cumplir con el incremento descansa en la impresión de dinero. Ambas formulas alimentan la inflación, por lo que a la vuelta de unas pocas semanas el efecto del incremento salarial se habrá erosionado. La frecuencia cada vez mayor con que se está ajustando el salario mínimo (ocho veces en sólo 24 meses) pone en evidencia su incapacidad como herramienta para detener el proceso que ha venido mermando el poder de compra de los asalariados.

 

La fórmula de apelar recurrentemente  a incrementos en el salario mínimo pone en evidencia dos cosas: (a) que el gobierno no ha encontrado una estrategia para salirle al paso a la inflación y por lo tanto que no tiene una política activa frente a este creciente problema. En esencia el gobierno termina de poner de manifiesto que su enfoque es reactivo; (b) que ésta estrategia reactiva no sirve, pues la economía entra en un circuito de espiral precios-salarios.

¿Cuáles pueden ser las consecuencias
de este nuevo aumento del salario?

Como la política de incremento del salario mínimo no se inscribe en un programa de estabilización integral de la economía; es decir, en un programa que esté orientado a promover la reactivación de la producción y a la estabilización de los precios, el aumento se traduce, casi de inmediato, en mayor inflación. Es decir, en una economía en expansión y donde estuvieran operando políticas orientadas a detener la inflación, el aumento en el salario mínimo podría ser absorbido por la economía pública y privada sin mayores contratiempos, pero ese no es el caso que vemos en Venezuela.

En un contexto donde la actividad económica viene en caída libre, seguir agregando costos al ya afectado sector empresarial puede profundizar aún más la recesión. Aquellas unidades empresariales que no tienen como traspasar el ajuste a los precios se quedan en el camino y cierran  afectando la oferta de bienes y el empleo. Si algo preocupa a los trabajadores formales del sector privado en Venezuela hoy día, es la conservación de sus puestos de trabajo.

Tan preocupante como los efectos del incremento en la estructura de costos empresarial es la frecuencia con que se están dando estos ajustes salariales. La experiencia latinoamericana en materia de procesos inflacionarias es vasta e indica que cuando se entra en una dinámica de mayor frecuencia en los ajustes de precios o de salarios, la tasa de inflación se acelera. Por otra parte, el aumento del salario mínimo no necesariamente implica aumentos equivalentes en toda la escala salarial, por lo que la escala se está haciendo cada vez más plana y distorsionada. Esto afecta la moral de los trabajadores y su productividad. No es concebible que un trabajador entrenado y con antigüedad termine ganando un salario casi igual al de un trabajador inexperto, de baja calificación y recién contratado.

Finalmente, es muy importante apuntar  que la estrategia de privilegiar el aumento del cesta-ticket sobre lo que llamamos salario propiamente, ha llevado a una situación donde el 70% del ingreso de los trabajadores corresponde a este bono de alimentación. Pero este componente no genera beneficios laborales adicionales, es decir, no cuenta para la acumulación de prestaciones sociales, vacaciones, utilidades y otros beneficios, por cuanto no forma parte del salario. Así que el aumento del bono de alimentación tiene un impacto pleno en la inflación, pero no cuenta para los beneficios laborales futuros. En cierto modo, recibir un beneficio transitorio que sólo se puede utilizar en compra de alimentos a cambio de la erosión del valor futuro de los beneficios laborales, constituye una gran estafa.

En conclusión, en el contexto en que se ha venido empleando esta medida y en la forma en que se ha instrumentado, los trabajadores están cambiando un beneficio transitorio, por mayor inflación, menos puestos de trabajo, y una erosión inevitable de sus beneficios laborales futuros.

ASI QUEDO EL SALARIO MINIMO

Asdrubal-Oliveros-analiza-el-impacto-que-tendra-el-aumento-de-salario-boton

Richard-Obuchi-y-Anabella-AbadiBOTON

#MonitorProDaVinci 

Comentarios (4)

Carlos Monsalve
28 de octubre, 2016

El presidente hizo una pregunta basicamente clasificando de falacia un argumento como el que expone el economista en este artículo; ¿Qué respuesta se le puede dar a “si bajo los salarios baja la inflación?

elizabeth dos santos da corte de jesus dos ramos
29 de octubre, 2016

lo que debe empezar por proponer es una reducción de la jornada laboral de ese modo aumentar la demanda de empleo que seria cubierta por una gran cantidad de personas que lo requieren.Permitiendo que mejore la calidad de vida de los habitantes del pais

Fernando Saul Rivero
29 de octubre, 2016

El aumento compulsivo de salarios por decreto presidencial tiene otro grave efecto: afecta por igual a empleados y a desempleados, teniendo estos últimos-que cada dia son mas porque el empresatio procura reducir sus cosmos- oportunidad nula de afrontar los nuevos precios lo que inevitablemente produce el alza de salarios ante lo cual su única salida es migrae hacia estratos de mayor pobreza ya que bajo un esquema inflacionaroo la posibilidad de los desempleados de emplearse es cada vez menor. Este es el ciclo de empobrecimento de los pueblos. Todo el mundo habla del capitalusmo salvaje hasta que aprenden que mas salvaje son los efectos del socialusmo.

Román Romano
29 de octubre, 2016

No hay que ser letrado en economía para saber el resultado de este nuevo aumento salarial decretado por el sr. Maduro. Solo habrá mayor inflación para los bienes de consumo en general y, mayor hambre para el pueblo. Por mi parte solo me queda vaticinar que en pocos meses habrá un nuevo aumento y en consecuencia el derrumbamiento total de nuestra economía. Ojala me equivoque.

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