“(De izquierda a derecha) María Silva, Milena Cortés, María Arteaga, Jackeline Bastidas y Gissy Abello posan en el refugio de perros donde trabajan, Famproa, ubicado en los Los Teques, Venezuela, el 26 de agosto de 2016. Fotografía de Carlos García Rawlins. Reuters”
“Tomy es retratado en el refugio canino Famproa en Los Teques, Venezuela el 18 de agosto de 2016. ‘Llegó al refugio un domingo hace dos meses. Un hombre en una moto lo dejó diciendo que lo había encontrado en el medio de la calle y no quería dejarlo ahí, pero, extrañamente, el hombre sabía su nombre”, dijo María Silva, quien cuida a los perros del refugio. ©Fotografía de Carlos García Rawlins. Reuters”
“Sonrisa es retratada en el refugio canino Famproa en Los Teques, Venezuela el 16 de agosto de 2016. “A Sonrisa se le dio ese nombre porque cuando alguien se le acercaba, ella se asustaba como si le fueran a pegar, pero enseñaba los dientes como si estuviese sonriendo’, dijo María Silva, quien cuida a los perros del refugio. ©Fotografía de Carlos García Rawlins. Reuters”
“En esta fotografía del 23 de julio de 2016, un perro abandonado, que está tan delgado que se le ve el costillar, espera para ser alimentado en el refugio Funasissi, en El Junquito, Venezuela. Forzados a elegir entre alimentarse a sí mismos y a sus amados gatos y perros, los venezolanos de clase media están abandonando a sus mascotas en las calles en cantidades nunca vistos. ©Fotografía de Fernando Llano. AP”
En esta fotografía del 23 de julio de 2016, Dexis Casadiego, un veterinario y copropietario del refugio animal Funasissi, acaricia a un perro abandonado en su refugio en El Junquito, Caracas, Venezuela. No hay cifras disponibles, pero los activistas y veterinarios afirman que están viendo crecer los números de perros y gatos abandonados en parques, refugios y clínicas privadas. ©Fotografía de Fernando Llano. AP”
“En esta foto del 23 de julio de 2016, tres gatos rescatados miran desde el techo de la nevera cómo es preparada su comida en el refugio privado Funasissi, en El Junquito, Caracas, Venezuela. La crisis económica está produciendo una gran escasez y hambre entre los venezolanos, afectando también a los habitantes de cuatro patas. Esto los ha obligado a elegir entre alimentarse a sí mismos o a sus queridos gatos y perros. Los venezolanos de clase media están abandonado a sus mascotas. ©Fotografía Fernando Llano. AP Photo”.
“Ojitos es retratado en el refugio canino Famproa en Los Teques, Venezuela, el 18 de agosto de 2016. Ojitos fue nombrada de esa manera porque tiene ojos azules. ‘Ella nunca pelea con los otros perros. Ella ha sido ofrecida en adopción en varias oportunidades, pero nadie quiere conservarla”, dice María Silva, quien cuida a los perros del refugio. ©Fotografía de Carlos García Rawlins. Reuters”
“Enfermera es retratada en el refugio canino Famproa en los Los Teques, Venezuela, el 18 de agosto de 2016. Enfermera recibió ese nombre debido a que fue rescatada por una enfermera a las afueras de un hospital. ‘Ella sufrió un derrame cerebral, y aunque no puede enfocar, cuando se acerca alguien ella comienza a ladrar’, dice María Silva, quien cuida a los perros en el refugio. Fotografía de Carlos García Rawlins. ©Reuters”