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#Venezuela // Por fin, ¿habrá o no habrá diálogo?; por Álex Vásquez S.

Habrá o no habrá diálogo por fin por Álex Vásquez S.

De un hermetismo total. Así han sido las negociaciones para intentar iniciar un proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición. Las visitas de los mediadores son sorpresivas, a veces la prensa los descubre, otras no. Ocurre lo mismo con los sitios de las reuniones. Cuando se filtra alguno, agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional lo custodian con cara de pocos amigos. Los políticos salen inusualmente comedidos, parcos. Lo poco que dicen deja a los periodisftas con más dudas que antes.

No es sencillo saber qué ocurre. No es sencillo saber siquiera si se desea un diálogo o no. Un día Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional, elogia los esfuerzos del ex presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, luego, Henrique Capriles, gobernador de Miranda, asevera que el socialista no sabe lo que ocurre en el país, desmereciéndolo como intermediario.

En ningún momento la negociación ha dejado de recorrer un camino incierto, pues los bandos políticos están divididos. Fuentes chavistas aseveran que el más interesado en dialogar es el presidente Nicolás Maduro, quien lo ha pedido varias veces, con el supuesto fin de mejorar su imagen internacional. Sin embargo, reitera que no habrá revocatorio: el chavismo no piensa dejar el poder. “Jorge Rodríguez también quiere el diálogo, consciente de que es la forma de preservar los logros de la revolución”, agregan. El gobierno estaría dispuesto a conceder libertad o medidas sustitutivas de libertad a algunos presos políticos emblemáticos (se ha mencionado a Leopoldo López y Manuel Rosales), un mayor respeto al Parlamento y revocatorio en 2017. Quien se opone rotundamente a cualquier conversación es Diosdado Cabello: “Haré todo lo posible para evitar el referendo”, dijo el miércoles 27 de julio.

Por la oposición, no es secreto, hay distintas opiniones en los cuatro principales partidos. UNT está dispuesto a dialogar incluso si el gobierno solo acepta la apertura de un canal humanitario, como afirmó su presidente Enrique Márquez. AD también lo está. Voluntad Popular presiona por los presos políticos y por mayor celeridad en los trámites del revocatorio. Primero Justicia es el partido que no acepta tan fácilmente: Henrique Capriles cree que sólo puede haber diálogo si hay garantías de que el referendo se puede hacer en 2016. Julio Borges y Alfonso Marquina, si bien comparten la tesis del gobernador de Miranda, creen que hay que sentarse para conocer lo que aspira el adversario y decidir.

En un comunicado, la Mesa de la Unidad Democrática había dado a entender que las condiciones para sentarse cara a cara se iban logrando: se han liberado algunos presos políticos, al menos 28, de acuerdo con Timoteo Zambrano, principal puente entre los mediadores y la alianza. Un segundo acuerdo era que las reuniones no se efectuasen en República Dominicana sino en “Venezuela o una ciudad a unas dos horas”, confiesa el diputado de UNT (Bogotá lucía probable). Por otra parte, se aceptó incorporar al Vaticano, y quizá a un grupo de amigos que incluya a Colombia, Ecuador y Estados Unidos, pero a la fecha la Santa Sede no ha recibido invitación alguna a participar. Finalmente, el gobierno estaría dispuesto, para lograr el diálogo, a respetar al Parlamento.

Timoteo Zambrano reveló que hay dos acuerdos sobre el último punto: discutir una reforma de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, para que su composición sea equilibrada: “Siete magistrados más siete magistrados más uno”; y analizar la posibilidad de revertir las sentencias del TSJ contra el Parlamento.

Capriles, el más férreo defensor de que solo puede haber diálogo si se fija la fecha de las elecciones y se hacen este año, dio un ligero giro al discurso: “Si Maduro quiere dialogar, que levante un teléfono, llame a Tibisay Lucena y le pida que anuncie cuándo se recoge el 20%”.

El 20%, no la fecha definitiva. Sin embargo, como siempre lo ha sido, la realización del revocatorio es el obstáculo más difícil de franquear. Al percibir el giro, desde Ramo Verde Leopoldo López envió un mensaje: “No es la fecha de un acto administrativo como la recolección de 20% el foco de nuestras exigencias, es la garantía del revocatorio este 2016”.

Zambrano estima que en los próximos días volverá a Venezuela en solitario el ex presidente de Panamá, Martín Torrijos, para intentar destrabar lo que ocurre con el revocatorio que, admitió, es lo más difícil de lograr. Julio Borges afirma que “Lo decidido por la Unidad es que el único diálogo es a través del voto”, y el diputado Diosdado Cabello reitera: “No aceptaremos chantaje. Si ustedes dicen que no habrá diálogo sin revocatorio, pues no habrá ni lo uno ni lo otro, ni este año ni en 2017”.

No obstante, Timoteo Zambrano sigue pensando que el diálogo está cerca, aunque no dé fechas. No dice cuándo vuelven todos los mediadores. No dice a cuál preso político, entre los pesos pesados, el gobierno está dispuesto a liberar. Por su sigilo, es la esponja que absorbe críticas e insultos. No son pocos, entre los seguidores de la oposición, los que rechazan con vehemencia cualquier negociación con el gobierno.

¿Qué puede ofrecer cada quien?

José Ramón Padilla, consultor en negociación y resolución de conflictos, aclaró que el diálogo no solo es necesario en política, sino que la política no se puede concebir sin el diálogo. Por eso, estima que cualquier solución a la severa crisis institucional que atraviesa Venezuela, debe pasar por acuerdos.

El profesor del IESA explicó que en Venezuela apenas se inició un proceso de negociación asistido, aquel en el cual dos actores requieren de un tercero para llegar a un acuerdo, porque la relación entre ellos se ha deteriorado demasiado. Aclaró que el tercero debe ser neutral, cualidad que no le atribuye a Unasur, pero que cree se puede obtener con la incorporación del Vaticano.

No obstante, advirtió un problema: “En Venezuela la política ha retrocedido a un estado primitivo. Preguntar si el diálogo es necesario sería absurdo en otro contexto, porque sirve para resolver problemas públicos de forma civilizada. Pero el chavismo ha significado un retroceso político de un siglo. Antes, adecos y copeyanos vivían negociando, incluso con la izquierda de Teodoro Petkoff en el Congreso. La política es negociación, pero el chavismo la militarizó, la volvió una guerra contra enemigos, no adversarios, y su objetivo es acabarlos”.

El éxito de lo que apenas se inicia, aclaró el experto, dependerá de que ambas partas sientan que avanzan, y a la vez estén dispuestas a ceder. ¿Qué puede ofrecer cada quien?

“El riesgo es que el chavismo sólo esté buscando ganar tiempo. Disimular para sobrevivir. El referendo revocatorio, por ejemplo, no puede negociarse, porque es un derecho constitucional. Lo difícil es que ambas partes tienen que ceder, y a la vez obtener garantías de que se cumplen sus condiciones”, indicó.

Miguel Martínez Meucci, doctor en Conflicto Político y Procesos de Pacificación, está convencido de que el gobierno sólo busca ganar tiempo con el proceso de diálogo.

“Nació como una propuesta del gobierno, a la que se ha encargado de hacerle mucha propaganda, mucha bulla, y eligió sus mediadores por su cuenta. Parece destinado a convertirse en una herramienta para que el Ejecutivo gane tiempo con respecto a la realización del revocatorio y la posible aplicación de la Carta Democrática”, expresó.

Martínez Meucci no es optimista sobre las posibilidades reales de la negociación, pues cree que la desventaja de la oposición es enorme: “Normalmente se utiliza la mediación foránea cuando hay un conflicto armado. Aquí no es así, lo que tenemos, por un lado, es a un gobierno al margen de la Constitución, que controla los poderes y la Fuerza Armada a discreción, y por el otro, a una serie de partidos políticos con varios de sus principales dirigentes presos. La asimetría es enorme”.

A su juicio, puesto que en Venezuela no hay un conflicto armado, lo que procede es respetar la Constitución y aceptar el referendo revocatorio.

“La oposición no puede negociar nada. No está siendo reconocida por el gobierno. Van unas veinte sentencias del TSJ contra la Asamblea Nacional. Tiene decenas de presos políticos. Lo único que puede aportar la oposición es su empeño por ejercer sus derechos políticos”, dijo.

Una percepción similar la tiene Capriles, pues opinó que con el diálogo el gobierno sólo trata de comprar tiempo para lograr tres objetivos: “Evitar que se organice la presión social y que no haya protestas en su contra; lavar su imagen internacional para lucir como que desea solucionar los problemas, y tratar de negociar el revocatorio”.

Aunque el gobernador de Miranda considera positiva la incorporación del Vaticano al proceso, reiteró: “El revocatorio es innegociable. Es un derecho constitucional”.

Zambrano admitió que el revocatorio es la piedra de tranca: “Aún no hay el compromiso de decir la fecha de la recolección de las firmas de 20% de los electores. Pero presionamos, porque si el Poder Electoral no da la fecha del revocatorio, al menos debe decir la del próximo paso: la recolección de las firmas”.

El diputado aseguró que la MUD estará en “sesión permanente” durante los próximos días para intentar destrabar la negociación que cree indispensable, pues es la única forma de abrir un canal humanitario para Venezuela y aliviar así las penurias de la gente.

Que el objetivo del diálogo sea comprarle tiempo al gobierno, es algo que niega el dirigente: “Creo que nadie tiene tiempo. La oposición impulsará dos políticas: el revocatorio y el diálogo. Van juntas. El objetivo del diálogo es consenso y reconciliación. No importa lo que el Gobierno se trace como objetivos y metas, sino que nosotros podamos lograr los nuestros. Aspiro a que el diálogo logre un canal humanitario para Venezuela”.

La salida del chavismo y otras transiciones

Padilla no descarta que la oposición y el gobierno estén abordando cómo será la salida del chavismo del poder, algo que a su juicio sería lo sensato. Lo principal, “y aunque a muchos les cause repugnancia”, será garantizar protección para los altos dirigentes, aunque esto no abarcaría a aquellos involucrados en delitos graves, como violaciones a derechos humanos o narcotráfico.

“Lo sano sería negociar la salida del chavismo del gobierno. Eso quizá se está conversando. Cuando Augusto Pinochet salió del poder, a través del plebiscito, negoció con la oposición, que aceptó brindarle protección a la alta dirigencia del gobierno. Se crearon, por ejemplo, senadores vitalicios, entre ellos el propio Pinochet. Parece repugnante, pero se hace”, aseveró.

El consultor recordó que lo mismo ocurrió en la transición española, porque se pasó la página del franquismo y a sus representantes se les cedieron concesiones especiales: ni juicios ni expedientes en su contra.

“Ejemplos sobran. En Irlanda del Norte, luego de haberse matado, las partes negociaron. En El Salvador la negociación acabó con una guerra que dejó unos 100.000 muertos (la diplomacia venezolana jugó un papel fundamental). Pasaron cosas como que la guerrilla entregó las armas y algunos de sus representantes pasaron a la policía”, añadió.

Padilla opinó que los más lúcidos del gobierno deberían entender que su mandato está terminando, lo que puede ser una cuestión de meses. “Si esto fuese un gobierno cualquiera, ya estaría negociada la salida. Sin embargo, creo que va a haber diálogo, pero no resultados. El chavismo juega a no moverse, ganar tiempo y esperar. Pero la crisis no se puede solucionar sin diálogo”, agrega.

Todo parece indiciar que el diálogo sí ocurrirá. Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, aclaró el martes 26 de julio que la alianza no puede eludir la negociación, pues la piden actores de peso como el Vaticano, OEA, Parlamento Europeo, Mercosur y Unasur.

“Como demócratas vamos a acudir a ese proceso pero vamos a tomar todas las medidas para que internamente ese diálogo jamás pueda ser utilizado por el gobierno como mecanismo para distraer al país y para ganar tiempo para la estabilización del gobierno de Maduro”, aclaró.