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¿Por qué se acaban los alimentos en Venezuela?; por Leonardo Vera

Por Leonardo Vera | 30 de junio, 2016
Por que se acaban los alimentos en Venezuela por Leonardo Vera 640

Fotografía de Alejandro Cegarra.

[Infolatam].- A lo largo y ancho de su geografía, Venezuela está siendo sacudida por una explosión de protestas y saqueos  protagonizados por sectores de la población que reclaman desesperadamente acceso a los alimentos. Durante los primeros días de junio los medios de comunicación contabilizaron  7 personas fallecidas y 37 heridos en saqueos y protestas por comida en 10 estados del país. Cumaná, una ciudad de 374 mil habitantes al oriente del país, tuvo que ser militarizada después de una ola que dejó 76 locales comerciales saqueados. La ciudad está bajo un toque queda presumiblemente amparado en el polémico Decreto de Estado de Excepción aprobado por el Presidente Maduro semanas atrás.

La gente siente que el acceso a los alimentos está bloqueado. Al creciente desabastecimiento se suma la imposibilidad que tienen la mayor parte de los ciudadanos de cubrir el precio de las pocas existencias con sus menguados ingresos. La inflación en alimentos en Venezuela es tan galopante que las familias requieren hoy día 16 salarios mínimos para tener acceso a la canasta alimentaria. Por eso, la búsqueda de alimentos a precios regulados por el Estado se ha convertido en una faena imperiosa, interminable y frustrante para las familias, especialmente para aquellas de más bajos recursos. Los estudios de opinión indican que 4 de cada 10 venezolanos están haciendo menos de tres comidas al día.

¿Cómo llegó Venezuela a esta crisis alimentaria? ¿Qué dejó a Venezuela, un país rico en superficie para el desarrollo de la actividad agrícola y animal, en este increíble estado de precariedad? La respuesta es, sin ambigüedad: un conjunto de pésimas decisiones y políticas gubernamentales no corregidas a tiempo.

Por más de una década, la cadena de alimentos en Venezuela ha sido masivamente intervenida por el Estado y sometida a rígidos y crecientes controles. El primero de estos controles, el control de precios (que corre desde el año 2003) que, presumiblemente, ayudaría a los consumidores finales, resultó en un desincentivo mayúsculo para producir. En la medida que el control de precios fue afectando la rentabilidad y mermando económicamente a los productores primarios, el gobierno se ideo entonces un subsidio al productor. Pero el subsidio nunca fue suficiente para contra-restar otras fuerzas más amenazantes promovidas por las políticas gubernamentales.

A partir del año 2006, el gobierno de Hugo Chávez, utilizando la figura del “rescate”, intervino y expropió casi 4 millones de hectáreas de fincas y unidades productivas en un formato similar al emprendido en Zimbabwe años atrás. La mayor parte de estos “rescates” terminaron siendo abandonados por sus propios beneficiarios y la caída en la producción nacional comenzó a cubrirse con importaciones. Los verdaderos productores agrícolas que pudieron seguir trabajando fueron obligados, paulatinamente, a vender sus cosechas al Estado que a ritmo vertiginoso y apalancado en la bonanza petrolera comenzó también a intervenir y expropiar empresas en la industria agroalimentaria, al tiempo que propiciaba, a través de la política cambiaria, un grosero abaratamiento de las importaciones de alimentos.

Entonces, el gobierno se reservó las importaciones de alimentos, que al poco tiempo se convirtieron, además, en un lucrativo negocio para un grupo de importadores aluvionales. Las importaciones de alimentos llegaban de países con los cuales se establecieron acuerdos de preferencia, sin aranceles, y a una tasa de cambio preferencial. En medio de la bonanza petrolera el Estado importaba lo que fuera, tanto así que, en el año 2010, una denuncia emplazada por un Consejo Legislativo regional puso al descubierto la existencia de miles de contenedores estacionados en distintas partes del país con alimentos descompuestos.

Cerca de 120 mil toneladas de alimentos en absoluto estado de descomposición habían sido importados por la red pública de alimentos PDVAL sin posibilidades de ser despachados. Ese mismo año, el gobierno compró la cadena de hipermercados Éxito para distribuir al detal los alimentos importados por el Estado y empaquetados por las empresas expropiadas. Seis años más tarde el experimento llamado “Abastos Bicentenarios” terminaría en la quiebra y en otro escándalo de despilfarro y corrupción.

Mejor destino no han tenido las empresas procesadoras de alimentos expropiadas por el Estado. Las hay en todos los rubros: procesadoras de café, de harina de maíz blanco, azúcar, carne, leche, leguminosos y aceite, pero sin inversiones y sin insumos, cuando no en un estado de absoluta paralización.

En muchos de estos casos el Estado se ha quedado con el mayor porcentaje nacional de la capacidad instalada, sin que con ello pueda cubrir la demanda interna. En cultivos tradicionales, como el azúcar, el Estado es propietario de 10 de los 16 centrales azucareros del país. Pero por la poca eficiencia en su gerencia, estos producen sólo el 22% de la azúcar procesada en el país. Como la producción de caña de azúcar es hoy apenas dos tercios de la que se producía 10 años atrás, el Estado abandonó las centrales y ha tratado de cubrir el déficit importando masivamente azúcar de Brasil, Honduras y Nicaragua, que llegan con un subsidio cambiario y sin aranceles. Desde luego, al propiciar esta destrucción masiva de la producción nacional, se incrementa la dependencia externa en el siguiente ciclo.

El problema es que la capacidad de mantener ese ritmo creciente de importaciones de alimentos depende del buen manejo y la disponibilidad que se tenga de las divisas, y Venezuela ha quedado atrapada en un descomunal déficit de divisas que no le permite hoy cubrir el déficit de alimentos con importaciones baratas. Ahora volcamos la mirada a la producción interna y el panorama es desolador. Entre el año 2011 y 2014, el valor bruto de la producción de alimentos por habitante en Venezuela cayó 22%. Por su parte, el gobierno del presidente Nicolás Maduro no se hace nada por remover los obstáculos y recoger los errores dejados por del intervencionismo feroz e irresponsable de los últimos años. Por el contrario, su gobierno asecha aún más a las empresas agrolimentarias privadas, haciéndolas ver como las responsables de la debacle cuando todo ha sido el resultado de una visión obtusa, por no decir ciega.

A los riesgos propios de la actividad, al acecho destemplado del control del Estado y su resistencia al cambio, se le suma ahora a los productores agropecuarios una situación donde no tienen autorización ni acceso libre a un mercado de divisas donde puedan importar fertilizantes, semillas, agroquímicos, sembradoras, asperjadoras, maquinaria y repuestos esenciales para la producción. Los que han vivido del subsidio ahora deben esperar meses, y cuando el recurso llega es sal y agua. No puede ser de otro modo en un país con inflación de tres dígitos.

En perspectiva, el déficit de alimentos se irá haciendo más grave en Venezuela. Recuperar la superficie agrícola, promover las fuerzas productivas del sector de alimentos y reconstruir las cadenas tomará tiempo. En el entre-tiempo, Venezuela necesita urgentemente activar mecanismos de ayuda internacional, activar lo que aún queda en pié y en capacidad de producir, y cubrir el déficit con importaciones y todo esto depende en gran medida de la ayuda que pueda dar la comunidad internacional.

Leonardo Vera 

Comentarios (16)

martha altuve
30 de junio, 2016

Buenos días ,primera vez que leo un articulo de este sr y me parece bastante acertado ,,yo como venezolana amante de mi país deseara poder hacer tantas cosas o al menos contribuir en algo por ver nuevamente un poco o mucho de lo que fue y fuimos los venezolanos sin distingo de color político , simplemente venezolanos .Dios nos de su mano poderosa y ponga sabiduría y amor en cada uno de nosotros x nuestro País Venezuela .

francisco pereira tamayo
30 de junio, 2016

Excelente Artículo (con A mayúscula). Objetivo. Atinado.Concreto. Didáctico.Conclusivo y demoledor de mitos, falacias y mentiras. Leonardo vera lo felicito.!!!

SAAVEDRA MIGUEL
30 de junio, 2016

En perspectiva, el déficit de alimentos se irá haciendo más grave en Venezuela. Recuperar la superficie agrícola, promover las fuerzas productivas del sector de alimentos y reconstruir las cadenas tomará tiempo

Enrique
30 de junio, 2016

No dijo nada nuevo!!

Flor
30 de junio, 2016

¿Les gusta así? o se les explica a los seguidores del gobierno con piedritas a ver si lo entienden, porque ni soñar con explicarles con peras y manzanas como decíamos comúnmente porque esas desaparecieron hace tiempo de estas tierras

José Daniel
30 de junio, 2016

Otra cosa lamentable de todo esto es que al gobierno se le advirtió de lo nefasto que resultarían sus acciones y se pusieron tercos y continuaron. Ahora como se dice aquí, no quieren reconocer los errores y por lo menos tratar de que podamos iniciar nuestra recuperación. Por mi parte tengo que me “robaron” una pequeña finca que producía 8 kilos de queso al día y al menos una res mensual

prodavinciano
30 de junio, 2016

…uno de los mejores artículos que he leído en este sitio!

jesusContreras
30 de junio, 2016

Estoy totalmente de acuerdo. los errores trwen consecuencias nefastas y la s estamos viendo. y lo que falta. Que Dios meta su mano poderosa y tome control. amen

francisco de sousa
30 de junio, 2016

Pero muchos celebraron y vitorearon expropiese y se aprovecharon de esas situaciones y como quedaron todas esas expropiaciones arruinadas pero este gobierno le hecha la culpa a el pendejo y pagamos todos este via crucis bueno señores saliendo de este desgobierno y a trabajar duro…………

elmer jesus
30 de junio, 2016

todavía sentimos que el milagro económico vendrá privatizando empresas que fueron gobernadas por sindicatos pro revolucionarios y gerentes políticos. se requieren de 30 millones de kilogramos de comida diarios. el gobierno seria suave si dejara procrear una clase media líder agroindustrial. es un estado todopoderoso donde su estatus radica en contabilizar al país a su sumisión en la renta petrolera, si la sociedad rompe con ese servilismo, las condiciones para imponer su autoridad se verían comprometidas. eso ha hecho el gobierno, ha entrado en la fase donde no puede dejar de bajar la disponibilidad de calorías que requiere cada venezolano sin perder su autoridad. la presidencia de la república creyó que no perdería su poder. pero si lo perdió; en corea del norte la gente demoro 20 años en asimilar su nivel nutricional, pero aquí ha sido llevado en 5 años. y todavía pensamos como la zorra, no llegamos a las uvas, y decimos que están verdes

Josè Barboza
30 de junio, 2016

Exelente análisis sobre el tema alimentario,falta ahondar màs sobre la descomunal corrupción unida a cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria

Franklin
30 de junio, 2016

¡Lo entendí! ¡Y miren que soy tapado para cualquier explicación de economía! Y más si es de macro-economía.Y eso que el Dr. Maza Zavala, de esclarecida memoria, me regaló hace años un libro suyo titulado “Venezuela, una economía dependiente”, con sus mejores deseos, etc, etc. Ojalá que los hombres de buena voluntad afiliados al “proceso” lo lean.

Luis Vargas
1 de julio, 2016

Imposible salir de esta crisis sin la participacion de todos, basta de politiqueria y desamor por el pais. Enfrentados como estamos no lograremos nada, hace falta humildad de ambos lados, para llegar a un miniimo consenso

Mari Fuchs
3 de julio, 2016

Buen articulo, pero no olvidemos que los controles cambiarios llegaron incluso antes que Chavez, RECADI es prueba de ello. Tampoco olvidemos los subsidios a empresarios venezolanos. Muy pocas veces en nuestra historia, se a incentivado al empresariado, de manera que este sea autosustentable y no dependa del gobierno central para producir bienes y servicios.

Lucía Medell
6 de julio, 2016

Siempre hago esta pregunta a muchas personas de bajos recursos que en mi entorno laboral o personal expresan su angustia por la falta de alimentos. “¿Por qué crees que no tenemos los alimentos?” Invariablemente responden más o menos esto: 1. “Aquí hay de todo, pero todo, todo, está en Colombia porque la Guardia Nacional se lo lleva para allá.” 2. “Es muy fácil, lo acaparan.” 3. “Lo acaparan y quieren hacerse ricos cobrando lo que les da la gana.” Yo me pregunto; ¿Cómo podemos traducir su artículo pedagógica mente?” ¿Cómo podemos difundir las verdaderas razones de la crisis?”

yobed
5 de abril, 2017

En mi país bolivia ….. como en otros departamentos y provincias el gobierno de turno no gano y entro la oposición, donde yo vivo el cambio no se sintió, porque cada perdona tiene su chiquito o finca familiar, donde tiene lo necesario….. veo que Venezuela depende mucho de los grandes productores y empresarios, y de toda esa cadena de productores que mencionan, sería mejor volver al campo a sembrar artesanalmente, se que muchos miran la palabra campesino de forma despectiva. ….. pero retornar al campo generará alimentos orgánicos sanos y una prevención frente al hambre mundial que se acerca. ….. no depender del estado ni de empresarios es lo mejor

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