A continuación reproducimos para los lectores de Prodavinci tres textos de Karl Krispin contenidos en su libro 200 breves editado por Oscar Todtmann Editore.
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Ensayo
En los años setenta publicaron en Buenos Aires un libro de unas doscientas ochenta páginas. Tenía una portada soberbia, coloreada y una críptica biografía de su autor con foto decimonónica y raros ejercicios intelectuales que lo acreditaban como traductor de la obra de Macedonio Fernández al esperanto. Se mencionaba entre comillas «un poco convincente curso de esgrima en la Patagonia» y una pasantía por el ejército paraguayo donde había obtenido el grado de capitán. No se hacía mención de su fecha de nacimiento ni nacionalidad. El título del libro era Inteligencia militar y todas sus páginas estaban en blanco.
Quijote y Batman
La serie televisiva, «Batman y Robin», parecía inspirada en Quijote y Sancho Panza. Quijote está mal de la cabeza y en Ciudad Gótica todo el mundo tiene los cables cortocircuitados, hasta el Jefe O´Hara. El mal y los granujas parecen coherentes. La colosal sinrazón es Batman por creerse Batman a la vez que Bruno Díaz. Alonso Quijano se ha desdibujado en Quijote abjurando de su origen. El joven maravilla parece no cuadrar con Sancho que añora el antirreino incompetente en su ínsula. Robin tiene el carisma de un dentífrico y encarna la eficiencia de una factoría americana.
La puñalada
La tía Eugenia leyó el anuncio de un remate de libros en un bajo aledaño a su galería. Compraría textos desahuciados del Diecinueve con la esperanza de reponerles el lustre de sus tapas. Vio unas cajas selladas y las adquirió sin preguntar qué ofrecían. Las hizo traer hasta su sitio por un pedigüeño de la calle a quien pidió abrirlas. El hombre mostró una daga enorme y apuñaleó los cartones siete veces. Eugenia lo detuvo, colocó mil pesetas en su mano y abrió ella misma el contenido. Se trataba del libro póstumo de Cortázar, de nombre La puñalada.