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#Debate // ¿Debería legalizarse la marihuana medicinal?

Debería legalizarse la marihuana medicinal Debate 640

De acuerdo con The Washington Post, de 50 estados en total, 38 entidades de los Estados Unidos tienen leyes que legalizan el uso de la marihuana en alguna de sus formas. Sólo Oregon, Alaska, Washington, Colorado y el distrito de Columbia aprueban su uso recreacional, permitiendo a sus consumidores cargar con una cantidad limitada de cannabis. Con respecto a su uso medicinal, su alcance es aún mayor y se extiende a todos los estados del país, excepto 12: Idaho, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Kansas, Louisiana, Arkansas, Florida, Indiana, Ohio, Virginia Occidental y Pennsylvania.

Si bien en algunos estados el consumo de marihuana medicinal ha sido permitido por largo tiempo, como es el caso de California, recientemente el gobierno estadounidense se ha planteado poner restricciones más estrictas a esta legalización. Esto se debe a que el uso de la marihuana medicinal está prohibido por la ley federal de los Estados Unidos. Aunque ningún doctor pueda recetarla, se puede certificar su uso en pacientes que sufren enfermedades como epilepsia, cáncer y escoliosis dependiendo de las leyes estatales.

A pesar de que a cada entidad se le haya concedido la autonomía de restringir el uso del cannabis, la Corte Suprema de los Estados Unidos decretó en 2005 con el caso Gonzales v Raich que el Congreso estaba en la potestad de criminalizar la producción y el uso de cultivo propio de marihuana incluso en los estados que aprobaban su uso con carácter medicinal bajo la Cláusula de Comercio de la Constitución.

Como reseñó The New York Times, una propuesta de ley que busca reducir el radio de acción de las restricciones federales está ganando aceptación entre los magistrados demócratas y algunos republicanos. Este documento persigue que el cannabis sea removido de la primera clasificación de la Ley de Sustancias Controladas, grupo que el documento define como sustancias con un alto potencial de abuso, con ningún uso médico aceptado en tratamientos en los Estados Unidos y con ninguna seguridad para su uso bajo supervisión médica. En esta categoría figuran otras drogas como la heroína, el LSD y el éxtasis.

En cambio, la propuesta de ley apoya que la marihuana sea colocada en la segunda clasificación, donde se ubican drogas como la cocaína, oxicodona y morfina, cuyos usos en el ámbito de la salud han sido comprobados pero igualmente gozan de alto potencial de abuso. Con esta medida, la legislación flexibilizaría las restricciones para promover que se investigue sobre los supuestos beneficios de las droga en pacientes con enfermedades crónicas.

Un editorial firmado por el diario neoyorkino sostiene que este proyecto no busca acabar con las prohibiciones que mantienen varios estados, sino que permitiría a la ley federal dar más libertad a estos para que establezcan políticas propias en esta materia y evitar que las fuerzas federales de seguridad tomen acciones que pudiesen perjudicar a los pacientes y doctores que usan la marihuana con fines curativos. Igualmente, con esto se pretende que también cesen las investigaciones y acciones legales en contra de proveedores que comercializan el cannabis lícitamente bajo las leyes de sus respectivos estados.

Sin embargo, de acuerdo con el New York Times, el marco legal estructurado para el estado de Nueva York resulta bastante restrictivo según los que apoyan el proyecto. Para la ley se contempla que apenas 10 perfiles de casos distintos califiquen en el uso de marihuana medicinal y que únicamente cinco marcas producirían la droga. Frente a estas imposiciones, quienes están a favor han manifestado que la asignación de un medicamento depende de la condición de los pacientes, por lo que los doctores necesitan flexibilidad a la hora de certificar su uso. Al mismo tiempo, el marco pretende estipular que estas cinco marcas sean comercializadas por 20 dispensarios para todo el estado.

Quienes apoyan la legalización de la marihuana con propósitos curativos en Nueva York se muestran escépticos ante la reducida cantidad de establecimientos que operarán como dispensarios, pues dudan que estos se den abasto para la población que demanda la droga. Además, la medida representa un obstáculo en una entidad donde las ciudades se encuentran muy distanciadas.

Otro ejemplo en el cual los legisladores buscan poner orden es en el estado de California. De acuerdo con The Guardian, tres proyectos de ley están compitiendo por regir el marco legal estatal en materia de cultivo, comercialización y control de la droga. Según el senador Mark Mcguire, California ha permitido que se forme la industria del cannabis descontroladamente por dos décadas. Los que apoyan esta medida pretenden que la propuesta otorgue a las agencias estatales mayor control en el campo de salud pública y a las entidades locales y municipales mayor control para actuar en contra de los dealers que se hacen pasar por proveedores de marihuana medicinal y manejar todo lo referente al cultivo.

En ambos casos surge una interrogante clave en cuanto al uso de la marihuana con fines curativos: ¿Cuál será el precio de la droga? Si es muy alto, los pacientes migrarán al mercado negro, sobre todo aquellos de bajos recursos, y alimentarán el negocio ilícito. Por otra parte, si es muy bajo, se corre el riesgo de la venta se desvíe al mercado negro para percibir ganancias rentables. Los legisladores están de acuerdo con que el precio debería ser el monto exacto para que no sucedan ninguno de los dos escenarios expuestos anteriormente. La respuesta, para Diane Savino —quien apoya la propuesta de ley del estado de Nueva York—, es que la policía estatal monitoree los precios de la marihuana en el mercado negro.

La causa por legalizar la marihuana en los Estados Unidos cuenta con el apoyo de poco más de la mitad de la población según encuestadoras como Gallup. Sin embargo, el apoyo por legalizar su uso medicinal es mayor pues, en 2013, 77 por ciento de los americanos dijo que la droga tiene un uso legítimo en materia de salud, de acuerdo con una encuesta de Pew Research Center.

A pesar de que pacientes que sufren distintas enfermedades han alegado que el uso del cannabis con fines curativos ha contribuido con su salud, todavía no existe ninguna investigación científica que pueda comprobarlo. Frente a la falta de pruebas, tanto las partes que apoyan su uso como aquellas que lo rechazan consideran que el gobierno debería invertir en investigaciones que puedan comprobar los beneficios de la marihuana medicinal así como también sus posibles consecuencias a largo plazo.

Nos gustaría conocer qué opina sobre el tema. Lo invitamos a participar en el debate respondiendo las preguntas que le presentamos a continuación:

1. En el caso de los Estados Unidos, ¿considera que la regulación de la marihuana medicinal debería regirse por las leyes federales o las leyes del estatales?

2. ¿Considera que todos los estados deberían legalizar el uso del cannabis con fines medicinales?

3. ¿Cree que el Estado debería invertir en investigar sobre los efectos de la marihuana medicinal en los pacientes con enfermedades crónicas?

4. ¿Piensa que regulaciones más estrictas reducirán el número de personas que comercializan la droga de forma ilícita?