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Gisela Kozak, sobre la decisión del CNE de exigir paridad de género

 

Nada más frágil que la autoestima de un escritor Entrevista a Gisela Kozak por Faitha Nahmens 640

Gisela Kozak retratada por Lisbeth Salas

1. En el actual contexto político, ¿cuál es su opinión sobre la decisión del CNE de exigir paridad de género en las postulaciones para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015?
Exigir la paridad de género a estas alturas de la organización del proceso electoral para conformar el parlamento es una maniobra bastante burda por parte del gobierno revolucionario y su brazo electoral. Ahora bien, la Oposición ha fallado al dejarle el discurso de varias  causas progresistas del siglo XXI al gobierno; pudo haber promovido más candidaturas femeninas partidistas o independientes, sin necesidad de exhorto o reglamento alguno y hacer también suyas causas como los derechos civiles LGBT, la ecología,la promoción de leyes sensatas de cultura, educación, seguridad social, ciencia y tecnología, economía, etcétera, aspectos sobre los que, sin duda, hay que legislar. Pero, en fin,  el discurso del hambre, la enfermedad y la violencia delictiva protagoniza la vocería opositora en lugar del discurso sobre el futuro.

2. ¿Cree usted que en Venezuela hacen falta medidas de acción afirmativa o discriminación positiva a favor de las mujeres?
No creo que que a estas alturas, a casi setenta años del voto femenino en Venezuela, sea necesario obligar a los partidos en este sentido. Lo que hace falta es abrir la discusión sobre el tema y promover como causa partidista un mayor número de mujeres en cargos de representación y dirección política, del mismo modo que se debe abrir la discusión sobre la presencia de las mujeres en la gerencia en altos cargos en la ciencia y la tecnología o en el deporte. Como Oposición, no debemos permitir que el gobierno nos descoloque ni caer en la trampa de ignorar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres o la mayor valoración del varón en la esfera pública (hasta en el deporte: tenemos una selección femenina de fútbol subcampeona mundial y mucha gente no lo sabe). No puede ser casualidad que haya menos mujeres en puestos clave siendo más de la mitad de las egresadas universitarias. Discutir las razones de esta exclusión, sean cuales sean, es fundamental.

Propongo mi Dream Team: Liliana Hernández (militante de UNT); Carolina Abrusci (secretaria juvenil de Acción Democrática); Colette Capriles (analista política); Enza Cardozo (relaciones internacionales); Rocío San Miguel (asuntos militares); Sara Levy (economía); Ocarina Castillo (cultura); Cecilia García Arocha (educación). Agregaría a una transgénero femenina como Tamara Adrián, no sólo por sus luchas en pro de los derechos civiles LGBT, sino para obligar a esta revolución mojigata, evangélica y militarista a aceptar sus documentos a nombre de un varón y a reconocer la injusticia de no dejarla cambiar su nombre en función de adaptarlo a su identidad de género. Imaginen, lectores y lectoras, a Diosdado ante el verbo de Liliana Hernández,  la agudeza política de Colette Capriles o la educada y contundente argumentación de Rocío San Miguel. Imaginen nada más a los comunistas evangélicos ante Tamara Adrián… para coger palco.

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