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Julio Castro Méndez a propósito del Sistema Automatizado de Adquisición de Medicamentos

Exclusivo GrisJulio Castro Méndez

El 23 de abril, el Ministro del Poder Popular para la Salud, Henry Ventura, anunció la creación del Sistema Integral de Acceso a Medicamentos (SIAMED) a través del cual los pacientes deben registrarse en una farmacia para ser informados vía telefónica cuando su medicamento esté disponible. En Prodavinci consultamos la opinión especialistas en políticas públicas de salud sobre el nuevo sistema. A continuación compartimos las ideas de Julio Castro Méndez.

¿Qué opina, desde el punto de vista de las políticas de salud, sobre el nuevo Sistema Automatizado de Adquisición de Medicamentos?
La propuesta presentada por el ministro es una forma muy clara de control de medicamentos que trata de afectar exclusivamente a la demanda. Es decir: controlando quiénes, dónde y por qué se usan determinados medicamentos. Hay que aclarar que, aunque buena parte de los gobiernos del mundo mantienen alguna forma de registro de los medicamentos consumidos, nunca se hace a expensas del deterioro al servicio farmaceutico hacia los pacientes. Y, yendo más allá, la propuesta tiene inconsistencias de forma y de fondo.

En relación a las de forma, el paciente debe trasladarse hacia una farmacia para hacer el registro, pero hasta el momento ninguna de las farmacias que he visitado tienen alguna información o metodología para hacer el registro. Y para tener un registro centralizado se supone que la farmacia debe estar “conectada“ a un sistema central, algo que implica conectividad digital. En Venezuela por vía de redes alámbricas sólo 58% de la población tienen alguna capacidad de conectividad, según los datos de CANTV. La alternativa, ene stos momentos, sería que algún funcionario fuera con algo como un pendrive recogiendo la información por todo el país, para que pudiera estar actualizada. Si estimamos una comparación entre el retraso que tiene el MPPS con la información que deber ser publicada semanalmente (es decir: el boletín epidemiológico) para el sistema de medicamentos, en este momento tendríamos un retraso de cinco meses.

En cuanto al fondo, el registro (que implica decir qué enfermedad se padece) viola un derecho fundamental universal de la confidencialidad de los pacientes. Si bien los sistemas de registros médicos digitales están siendo auspiciados en el mundo entero, se hacen bajo la interacción del médico con el paciente, con todo lo que eso implica. Nunca en el contexto público de una farmacia.

¿El Sistema Automatizado de Adquisición de Medicamentos solucionará el problema de la escasez de medicinas?
Definitivamente, no. El Ministerio de Salud ya ha tenido varias experiencias de control a la demanda. Hace ocho años se instauró la obligatoriedad del récipe médico para la adquisición de antibióticos, pero hasta la fecha el MPPS nunca ha retirado los récipes correspondientes a esas indicaciones (en mi opinión básicamente porque no tiene una estructura para hacerlo). En ese entonces, las premisas principales que orientaron esa política fueron dos: la disminución de la resistencia bacteriana y la racionalización del consumo. Pero los datos de investigaciones del sector académico han revelado que no se ha modificado la resistencia bacteriana y que el consumo no se ha alterado.

Hace algunos años una Ministro de Salud, que a la postre duró poco, trató de implantar la compra de todos los medicamentos con récipe médico. Aquella iniciativa fue derogada a las semanas de publicada por su imposibilidad de implementación.

Otro sistema de control de la demanda de medicamentos es el de los pacientes con VIH, quienes tienen que hacer un registro centralizado: deben ir en persona a las oficinas del Ministerio con una planilla que llenamos los médicos y desde allí comienzan a recibir el tratamiento. Esto suma aproximadamente 25.000 venezolanos y la realidad es que ese registro hasta el momento no ha servido para garantizar el tratamiento a los venezolanos con VIH de forma oportuna, persistente y confiable. Recordemos que si los pacientes con VIH detienen el tratamiento por algunos días el virus se hace resistente, con gravísimas implicaciones. Y en tiempos recientes hemos tenido un grave déficit de algunos de estos medicamentos y en este caso particular la razón es clara: no se honraron los compromisos de pago de divisas a los proveedores de medicamentos y no se planificó la compra de manera adecuada.

Así surge una pregunta: si no pueden garantizar medicamentos constantes y vitales para 25.000 venezolanos, ¿cómo es que podrán hacerlo para 11 millones? Porque el 36% de la población nacional usa algún tipo de medicamento de forma regular, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

¿Qué debería hacer el gobierno para solucionar el problema de la escasez de medicamentos?
A pesar de que la propuesta luce poco estructurada, es congruente en términos de políticas de Estado. Es decir: este sistema es el equivalente al registro de consumo de alimentos y otros bienes y servicios que se han instalado sin los resultados esperados. Pero hay cinco factores que, creo, deben considerarse si se quiere solucionar el problema:

1. El Estado debe honrar sus deudas. Todo debe empezar por la normalización del pago de divisas a los proveedores de medicamentos, para garantizar una oferta regular y continua de medicamentos. Según datos de la industria farmacéutica, la deuda sólo se ha honrado en una pequeña parte.
2. Discutir la regulación de precios. Algunos de lso precios regulados están controlados desde hace ya ocho años, algo que genera que el costo de venta sea menor que el de producción. Por cierto: es el mismo argumento que el gobierno ha utilizado en sus campañas para justificar el aumento de la gasolina.
3. Orientación. Es necesario que exista una política integral y divulgativa sobre el uso racional de medicamentos, que oriente al usuario sobre alternativas de tratamiento a menor costo y calidad comparables.
4. Cuidar el bolsillo del ciudadano. Debe diseñarse una política de medicamentos nacional de largo plazo. Venezuela es uno de los países en la región donde el gasto de bolsillo del ciudadano es mayor en contraposición con el gasto del Estado. Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud, el 85% del gasto de medicamentos en Venezuela proviene del bolsillo de los particulares. En Colombia, para usar un ejemplo cercano que sirva de contratse, sólo es el 25% y el 75% restante proviene de la red de atención pública.
5. Transparencia. El Ministerio de Salud posee de toda la información de morbilidad y mortalidad, pero es imprescindible que usen su propia información para poder proyectar el consumo. No parece haber necesidad de nuevas formas de registro para saber el consumo de medicamentos.

En conclusión: no creo que esta iniciativa mejore el desabastecimiento de medicamentos. Pero sobre todo tampoco creo que la implementación sea viable.

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