- Prodavinci - https://historico.prodavinci.com -

Capriles: “Una victoria en las elecciones nos pone a las puertas del Revocatorio”; por Alonso Moleiro

“Una victoria en las parlamentarias nos pone a las puertas de un Revocatorio”. Una entrevista a Henrique Capriles Radonski por Alonso Moleiro

Para el Gobernador de Miranda todos los caminos de 2015 conducen a las elecciones parlamentarias. Luego de ellas, sostiene, es que podrán activarse mecanismos constitucionales para detener la crisis. Esta consulta, agrega Capriles, puede ser ganada con un amplio margen, y debe servirle a las corrientes democráticas para hacerle planteamientos de fondo al país. “La decisión que podamos tomar debe estar acompañada de mucha fuerza y mandato popular”. Capriles afirma que de ninguna manera los venezolanos deben resignarse a esperar a 2018 para tener otro país.

Hace poco tuvo una conversación directa con importantes miembros de la Comunidad Internacional, cuyo concurso puede ser determinante en el desarrollo de la crisis venezolana. ¿Cómo le fue en la reunión con Unasur?
Lo primero que le dije a Ernesto Samper, a quien conozco de antes, fue que, con el debido respeto, él debía saber que aquí no hay separación de poderes, a diferencia de lo que él afirmó. El Defensor del Pueblo en ejercicio es dirigente nacional del PSUV, electo en sus planchas gobernador de Anzoátegui. La señora Luisa Ortega, Fiscal General, ratificada recientemente, tiene un récord a la vista: todas las causas que adelanta están concebidas para favorecer al chavismo, a sus intereses, al gobierno, causas políticas. Venezuela tiene un índice de impunidad delictiva de 92%: ¿dónde está la Fiscal? Su esposo es, además, diputado del PSUV. Le dije: “Averigue quién es la presidenta actual del TSJ y qué hacía antes de llegar ahí, cuáles son sus relaciones, sus intereses, su militancia…”

¿Y qué le respondió Samper?
Guardaba silencio. Callado. Pienso que Samper intenta que, en este trance, todas las puertas que se puedan tocar se abran. Me da la impresión de que tiene presente que si dice alguna cosa que al gobierno le moleste, Maduro le tranque la puerta. He hablado con ellos en otras ocasiones, con la canciller Holguín, de Colombia, y con el señor Patiño, de Ecuador. El canciller de Brasil es nuevo, ahora lo conocí. Lo que hice fue decirles la realidad de la escasez, la inflación, la situación de la delincuencia, la crisis existente. Eso de las donaciones de comida, se los dije: “Ustedes tienen que saber que eso es un saludo a la bandera y que con eso no resolvemos ni remotamente el problema de la escasez”. Aunque esas cosas a lo mejor ellos las saben, yo rescato la importancia de ir y decirlo. Me llamó el Nuncio, me invitaron y fui.

¿Usted piensa que Venezuela de verdad podrá contar con Unasur para superar este trance?
Lo dije en mi cuenta de Twitter: ojalá esto no sea otro saludo a la bandera. Le dije a los cancilleres: a mí me preocupa más, en estos casos, esos silencios colectivos, que un país ande con ese silencio, que los momentos de movilización. Se lo dije al canciller Patiño: “Más bien preocúpese: cuando un país, o una persona, está en silencio frente a una situación grave, es porque la procesión va por dentro”. Pienso que Unasur está subestimando la percepción sobre la situación en Venezuela. No están leyendo adecuadamente la magnitud de la crisis que vive el país. Saque usted de toda esta consideración el debate político y analice las variables de la vida cotidiana: en dos meses no se conocen los dígitos de inflación, porque el gobierno y el Banco Central de Venezuela están escondiendo las cifras. La información que yo manejo es que, en los primeros dos meses del año, la inflación ya sobrepasa los dos dígitos. El año pasado fue la más alta del mundo. Y tenemos una escasez que es seis veces más alta que el nivel normal en un país. La más alta, probablemente, del mundo. Súmale a eso la violencia: estamos en el peor escenario de violencia en la historia de Venezuela. Nunca se han producido tantos homicidios. Unasur debería tomarse con algo más de seriedad este problema, con menos indulgencia.

¿Cómo fue tomada esa apreciación?
Con total atención. El silencio y el talante de la conversación me hace pensar que, aunque no lo digan en los medios, sino que más bien lo disimulen, lo tienen que conversar entre ellos.

¿Qué siente usted cuando escucha algún analista diciendo que la Oposición no es una alternativa o que no llena el vacío actual?
El gobierno actual es un desastre, pero tiene un cosa importante que ayuda en su efectividad: están más unidos que en la Oposición. Ha fracasado, pero han entendido el valor de la unidad, más allá de los chismes y las pugnas. En la Oposición hubo un momento en el cual hubo mucha consciencia sobre el valor de la unidad. Hoy creo que la unidad tiene ruidos en la Mesa. Hay gente que de pronto le quiere dar uno clases de moral democrática con temas improcedentes. ¿Qué sentido tiene hacer unas primarias en los circuitos del este de Caracas, los de Baruta, Chacao y El Hatillo, si ése es el eje más poderoso de la Oposición en el país y podemos acordar? Creo, sin embargo, que sí habrá unidad para las parlamentarias. Tenemos que saber que le vamos a hablar a toda Venezuela. No sólo a nuestros copartidarios. O hay un compromiso real, convencidos del valor que tiene la Unidad, o al final el juego va a ser muy difícil. Perdemos mucha energía polemizando con cosas periféricas. La situación es tan compleja que la Oposición no puede seguir en un proceso de desgaste interno, que no le interesa en absoluto al país. Hay una crisis que requiere de nuestra atención, nuestro acompañamiento.

¿Pero habrá unidad en las parlamentarias?
Sí la habrá. Pienso que es importante reflexionar también en quiénes son los candidatos. Pero si todos los partidos están de acuerdo, por ejemplo, en que los candidatos de Miranda sean producto de un acuerdo político, pues yo acepto. No seré en un factor de distorsión, no haré ruido con eso. Tenemos que ser prácticos. El sol los tenemos en la espalda. Los circuitos no-salidores hay que lucharlos. Se nos presenta una oportunidad grandísima. En este momento, por ejemplo, nosotros estamos perdiendo en toda Miranda un solo circuito: el de los Valles del Tuy. En todos los demás tenemos una oportunidad clarísima de ganar. Y lo digo objetivamente, de acuerdo con unos estudios de opinión bien exhaustivos que hemos hecho.

¿Qué le dice a quienes, en este momento, tienen desesperanza y piensan que no hay nada qué hacer? ¿A qué podemos aspirar los venezolanos en 2015?
Siempre le digo a la gente que no ate el futuro, su futuro, ni el país, al gobierno. Venezuela no es el gobierno que tiene. Éste es un país maravilloso. Tenemos que imaginar el país del futuro, sin violencia, próspero, estable y para todos. ¿Eso es posible? Claro que lo es. El gobierno todos los días le mete al país inyecciones de desesperanza. Es parte del modelo, del sistema: para eso está diseñado, para que te desanimes, para que pienses que todo es irreversible. Pues no es así. Ahora menos que nunca. En el mejor momento de Chávez, en 2012, a mí me faltaron 5 puntos para lograr la meta. Este país no compró, mucho menos como algo para siempre, el modelo chavista. De ninguna manera. Al contrario: ese ciclo se cerró en Venezuela. El chavismo se acabó.

¿Piensa que se cerró el ciclo del chavismo como proyecto de poder?
Sí lo creo. Sin ninguna duda. Totalmente. Esto se acabó. El país está a punto de entrar en otro ciclo. Por eso lo que queda al gobierno es eso: debilitar a la mayoría, inyectar desesperanza, aumentar la represión, el miedo parejo. En este momento tenemos que resistir. Resistir y avanzar. Democráticamente, constitucionalmente, vamos camino a las parlamentarias.

¿Cuál debe ser el camino de la Oposición, según usted?
Ésta es una brega diaria. El país está al día. No podemos generar un cortocircuito entre nuestra visión y la del país. El reto del político es saber interpretar, saber leer la realidad y conducirla. Nuestra tarea es acompañamiento, organización popular: convertir el descontento en una fuerza social, de abajo hacia arriba, que pueda expresarse electoralmente. El gobierno está muy mal, pero está organizado en cada parroquia del país. Necesitamos más organización, más cara a cara, más contacto con el pueblo. Yo sí siento, como casi todo el mundo, que esta elección de la Asamblea Nacional es decisiva. Creo que ahí se decide el poder político en Venezuela. Desde ahí: sobre la base de ese resultado. Y también pienso que está todo dado para poder obtener una clarísima victoria en esas elecciones, para obtener más diputados que los del gobierno. Y así es que podremos abrir un camino para avanzar. No ya ganarles en votos, sino producir una victoria amplia, que nos permita obtener una bancada más grande.

¿Qué hay del tema de los circuitos electorales?
El sistema electoral actual, con la disposición de los circuitos, está diseñado para que gane y se lleve la clara mayoría aquel que obtenga 54% de los votos. Samper, en la conversación que tuve con Unasur, me decía “nuestro deber, si ustedes llegan a obtener una victoria en esas parlamentarias, es exigirle al gobierno que respete esos resultados”. Recuerdo que le dije a Samper: “Lástima que no tengo un grabador aquí para dejar constancia de lo que usted acaba de decir”.

¿Es posible que una nueva alteración de los circuitos electorales pueda vulnerar la voluntad popular? ¿Es posible que, con menos votos el chavismo, se salga con la suya en las curules?
Hagan lo que hagan, están perdidos. Si cambias el circuito en una zona, se te abre un problema en otro. Los circuitos electorales ya no los van a cambiar. No hay forma de hacerlo. Es un tema que hemos estudiado bastante. Para poder hacer realidad ese supuesto que algunos temen, tendría el CNE que poner a elegir al estado Amazonas, por ejemplo, 10 diputados, frente a 1 de Caracas. Pero el diseño general de las circunscripciones ya no se pueden alterar mucho más. Sobre la base de esa realidad es que se abren los caminos del cambio.

¿Cuáles serían esos cambios?
Ganando las elecciones parlamentarias, como las debemos ganar en un momento como éste, creo que al día siguiente abrimos las compuertas a instrumentos de consulta directos, consagrados en nuestra Constitución. A pesar de las dificultades objetivas que se van a plantear para activarlos. Yo no quiero ni el camino largo ni el corto: el aprendizaje nuestro en estos años nos indica que el único camino que existe es el constitucional. Cualquier otro no tiene futuro. Debemos ahorrarnos cambios traumáticos, los atajos, las salidas que están condenadas a no durar. Hay una conciencia nacional sobre eso. Yo creo firmemente en la salida electoral: me cuento entre quienes creen en eso y estoy trabajando todos los días para eso. El día que deje de creer en una salida electoral, que vea que es imposible cambiar las cosas así, que me convenza, lo diría. Mi experiencia me indica eso: una victoria con un voto no te la van a reconocer. Para poder ganar elecciones en Venezuela, en este marco, necesitamos una ventaja contundente. Una victoria política, además de numérica. Aquí va a venir un cambio. Si no lo pudimos cobrar, en el buen sentido de la palabra, en 2013, lo haremos ahora. A Venezuela hay que devolverle la gobernabilidad. Estamos ante una oportunidad histórica: el 80% del país está pidiendo un cambio.

Aunque sea cierto que la determinante mayoría del país se ha desprendido del chavismo y ya quiere que las cosas cambien definitivamente, en Venezuela está sembrada la desesperanza. Hay muchas personas que piensan que, de cualquier forma, los chavistas inventarán algún nuevo ardid para volver a ganar.
¿Cómo oculta el gobierno un pronunciamiento masivo a favor de un cambio? Por ejemplo: que más del 60% del país termine votando porque las cosas cambien, venga nueva gente y haya nuevas leyes. El escenario de un fraude masivo es un escenario de ruptura. Vamos a ver si se atreven. Si eso sucede, el país lo va a leer. Todos sabemos aquí, gobierno y oposición, cómo está pensando el país. No nos caigamos a cuentos. Oscar Schemel lo sabe. Hasta en sus encuestas estamos ganando con una ventaja muy cómoda en este momento. Y no es por un pequeño margen: es una ventaja contundente. Por eso es que el gobierno busca excusas para reprimir y asediar al país. Buscar la polarización es intentar conseguir oxígeno. Y ellos saben que están perdidos.

¿Y un nuevo Dakazo?
No es sencillo: no hay con qué. Al gobierno se le acabaron los cartuchos, porque la situación económica es demasiado difícil. No hay pólvora para eso. Si aquí tiene lugar un escenario de ruptura, si los chavistas pretenden desconocer la voluntad popular de esa manera, si ese escenario ocurriera, aquí las Fuerzas Armadas intervendrían para restituir la soberanía popular.

Pepe Mujica, presidente saliente de Uruguay, afirmó que temía por la posibilidad de un golpe militar de izquierda en Venezuela.
Respeto mucho a Pepe Mujica. Hace poco conversaba con el embajador de Uruguay, presente en la reunión que tuvimos con la gente de Unasur, y le expresé mi interés en conversar con él. Mujica es un tipo auténtico. Basta leer sus discursos. Impecable. Yo lo admiro mucho. Su vida personal está en sintonía con sus reflexiones. Me parece que está bastante claro sobre las claves de la crisis venezolana. La encuesta que hace la UCAB evaluando el desarrollo de la pobreza es muy elocuente: en Venezuela regresó la pobreza. La megadevaluación de estos meses nos empobreció a todos. La crisis cambiaria del 1989, el empobrecimiento general del país, las tensiones sociales de aquella época, trajeron al chavismo, a Chávez. Estamos regresando a un escenario de conflictividad parecido al de entonces, con causas económicas y distorsiones similares, y hasta más graves. Cualquier persona que tenga dos dedos de frente sabe que esto entraña peligros, y que puede existir la tentación de producir una ruptura, que sería hacia la izquierda, producida por ellos. Un golpe. Es un alerta que él hace, una lectura de la situación país que debemos tener muy presente viniendo de quien viene.

¿Cuál será su papel en la campaña por las elecciones parlamentarias?
Voy a ayudar, por supuesto. Claro que voy a participar. Hay gente que reclama que me dedique en extremo a gobernar el estado Miranda. Miranda es una obsesión para el gobierno. Aquí es donde van a poner toda la plata. Ellos no tienen liderazgo aquí. Para llegar a ser Gobernador de Miranda, Elías Jaua tendría que volver a nacer. No se trata sólo que de que tengamos una responsabilidad directa. El foco es el que hemos conversado: mantenernos como una esperanza y no dejar de hacerlo. Yo ahora no tengo medios para hacer de conocimiento público lo que hago, porque estoy censurado en todos los medios, pero te puedo decir que no hay día en el cual no salga a la calle, no hay día en el que no recorra el estado o el país para estar en contacto directo con la población, acompañándola en sus problemas.

¿Puede usted recorrer el país sin problemas?
Estos tipos acaban de modificar la Constitución regional para poder aprobarme permisos para salir de Miranda. Se supone que tengo que pedirle permiso al Consejo Legislativo para poder salir del estado, si son más de cinco días. Yo, por supuesto, no pienso hacerle el menor caso a esa disposición. Y menos en un momento como el que se avecina. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela me otorga a mí el derecho a recorrer mi país. No le voy a pedir permiso a ningún enchufado para moverme por Venezuela. Aquí la Oposición debe tener garantías para hacer una campaña normal, para el desempeño político. Maduro dice a cada rato que aquí hay una democracia en la que existen “todas las garantías” para hacer política. Todas las garantías no, Nicolás: garantías es poder tener posibilidades lícitas. Perseguir a un piloto que nos haga el trabajo de trasladarnos por el país o negarle a la avioneta donde uno viaja permiso para salir, sin explicaciones, es sencillamente fascismo.

¿Cuál es su balance personal de los sucesos de 2014? ¿Cuál el balance para la Oposición?
El balance es negativo. No quiero llover sobre mojado con polémicas. Absolutamente negativo. El balance de la Oposición en 2014, incluyéndome, es negativo.

Muchos de los seguidores tradicionales de Capriles Radonski resienten su postura durante el año 2014. Le han estado reclamando ponerse al frente de las protestas, plantarle cara al gobierno. También a la MUD.
Claro. Comprendo el malestar. Nunca los he abandonado. Tengo una interpretación del problema y he sido consecuente con ella. He dicho que para lograr esos cambios, que todos aspiramos, se necesita contar con la presencia activa de los sectores populares, que no los podemos persuadir sólo por Twitter, ni procurando confrontaciones en la calle. La gente no quiere violencia. Necesitamos un mecanismo incruento. Aquí lo que queda es votar. Ahora somos más, debemos organizarnos y defender el voto.

Usted reconocía una vez que quizás había cometido un error alejándose de la clase media.
Sí, sí. No es toda la clase media. La clase media es variada también, con sus matices y formas de pensar. Hay sectores de la clase media a los cuales hay que explicarle las cosas. Es normal que haya descontento: la clase media ha sido brutalmente golpeada estos años. Todo el mundo está muy abrumado con la situación. Creo que ahí hay racionalidad y lo debatiremos. Aquí vienen nuevas situaciones. Siempre hay sectores irracionales, sin duda. La misma cúpula del gobierno, la cúpula podrida que nos gobierna, tiene una conducta completamente irracional frente a esta crisis.

Tendremos entonces a un Capriles más protagónico en los meses que vienen.
Totalmente. Yo no soy una isla. Y no es que la esté pasando bien. A mí me duelen los problemas que se viven en este país. No quiero sonar dramático. Yo no duermo como un bebé. He dejado el pellejo en esto. He estado con la Unidad, dando la cara, acompañando a mi pueblo, recorriendo el país en las verdes y en las maduras. Me duele el Táchira, por ejemplo. Yo amo al Táchira. Recorrí todos los municipios de ese estado, acompañado por el pueblo en la calle. Respeto a ese pueblo noble, que quiero, que ha sido maltratado por Nicolás Maduro. Pero el líder más censurado ahora en los medios es Capriles. El gobierno ha comprado medios con sus capitales, con sus amigos. Tiene un gran aparato de propaganda, ha ejecutado una inversión bestial y tiene un poder para comunicarse muy grande que no podemos subestimar. Tenemos que rebatir ese discurso en la calle. Leamos bien lo que significa la calle. Calle no es sólo marchar: calle es acompañamiento, casa por casa, pueblo a pueblo, trabajo social.

El tema de los presos políticos, comenzando por Leopoldo López, deberá formar parte obligatoria de una campaña electoral.
Aquel que no quiera votar, que ande renuente, pero que quiera la libertad de los presos políticos, tiene que revisar su postura. Tiene que votar. La libertad de los presos políticos dependerá de lo que pueda hacer la Asamblea Nacional. ¿Quién puede esperar algo de este Poder Judicial? Aquí la justicia está controlada por una cúpula corrupta y esa cúpula está completamente podrida. La Asamblea Nacional, con una Ley de Amnistía, por ejemplo, podría hacer mucho por los presos políticos.

La población, a la postre, siempre termina comprendiendo la importancia del voto. Éste es un gobierno que escamotea con mucha frecuencia la voluntad popular: destituyó alcaldes, como sucedió en Guasdualito, desplumó a la Alcaldía Metropolitana luego de una toma violenta en 2008, obtuvo más diputados que votos en el ejercicio parlamentario anterior. La circunstancia que se aproxima demandará mucha firmeza de la dirigencia democrática.
Sin duda. Eso que afirmas es completamente cierto. Lo primero aquí es fraguar la victoria electoral correspondiente. Hay una mayoría necesaria que no hemos alcanzado, pero que vamos a alcanzar. Con eso podremos avanzar. Fue lo que intentamos en las municipales: plantearle al país un resultado grande que nos permitiera avanzar en esta crisis. El “Dakazo” fue una jugada de laboratorio que le produjo al gobierno el resultado que buscaba. Lo que pasa es que las cosas cambiaron en la calle irreversiblemente. La crisis en la que nos ha metido el chavismo es muy profunda. En Venezuela hay un cambio político, de simpatías, de aproximaciones, cualitativo y cuantitativo. Es brutal. Quien recorra el país, lo palpará. Y ahora le toca a ese cambio expresarse en esas parlamentarias.

¿Entonces usted está optimista?
Lo veo de esta forma: el peor momento que tiene el país en toda la historia, en lo social, lo político, lo económico, es también el mejor momento que disponemos para lograr el cambio, para recuperar la Constitución, para la causa de la democracia. Suena como contradictorio, pero es así.

¿Piensa usted que será necesario esperar a 2018 para plantearse un cambio de presidente en Venezuela, como creen algunos?
No, de ninguna manera. Todo lo contrario. No hago cosas ni tomo decisiones sobre la base de la palabra esperar. Va en contra de mi forma de ser. Jamás le he planteado a nadie que hay que sentarse a esperar a que las cosas cambien. Que el país se exprese primero como se tiene que expresar. Cuando eso suceda, se abrirán las compuertas a nuevas realidades. Decisiones sobre los presos políticos, para reinstitucionalizar el país, para tener unos verdaderos poderes públicos independientes. Estos poderes actuales son chimbos: han sido electos con mecanismos espúrios. Se designaron violando la Constitución Nacional. Una victoria clara en las parlamentarias le abre las puertas a un Referéndum Revocatorio casi automáticamente, a pesar de las dificultades de materializarlo, que no las pongo en duda. Compañeros, como los de la Causa R o María Corina, han hecho propuestas. Pues, bueno: todo pasa por la activación de un mecanismo electoral. Hay gente que lo ha satanizado a uno por hablar de elecciones. Pues todos los instrumentos que tenemos en la mano —renuncia, adelanto, constituyente, referéndum— pasan por una consulta popular. Vamos a las parlamentarias. La decisión que podamos tomar debe estar acompañada de mucha fuerza y mandato popular. Y activar todo eso pasa por ganar las elecciones parlamentarias. Todo en el marco de la Constitución.

A mí me están preguntando con frecuencia si pienso que Nicolás Maduro va a terminar su mandato. Yo lo dudo, pero no porque lo vayan a tumbar. El país, con su Constitución, con mucha serenidad, hará que este gobierno cambie. No veo eso en cinco años: lo veo cerca. Dependerá de lo que hagamos hoy. Ésta que viene no es cualquier elección y eso es así, aunque nos lo hayan dicho antes. Es así: las parlamentarias que se aproximan decidirán el poder de Venezuela, el poder político. Seguro.