Fotografía de Rodrigo Picón © 2014
El pasado 22 de agosto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, prohibió las exportaciones de productos de la cesta básica: “Queda prohibida la exportación de productos de la dieta básica del venezolano. Venezuela no exporta esos alimentos: los produce para consumirlos”, declaró durante la inauguración de un polideportivo en Catia.
El 26 de agosto el mandatario volvió a dirigirse a la Nación para referirse a la crisis económica del país. Aseveró que su gobierno no permitirá la liberación del sistema cambiario ni de los precios, además de referirse al sistema biométrico que pasó de ser una condición para la compra a un proceso voluntario: “El captahuella es un sistema liberador y será progresivo. Digo más: es voluntario. Y, cuando dije que era voluntario, el compañero Andrés Eloy Méndez le dijo a los empresarios de los supermercados privados que era voluntario. Y todos dijeron ‘Queremos estar’”, aseveró según reseña de El Universal.
Estos anuncios son analizados por Alejandro Gutiérrez, profesor de la Universidad de Los Andes y coordinador del Núcleo de los Consejos de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y Equivalentes.
¿Cuál es su opinión de la reciente prohibición de exportación de productos de la Canasta Básica hecha por el presidente Nicolás Maduro?
Tengo la impresión de que el gobierno luce desconcertado, desesperado, como el paciente que se niega a que lo operen pero sabe que tiene que operarse. De hecho, ya existían prohibiciones de exportar productos subsidiados y esta nueva medida no agrega mucho a lo que ya existe en materia legal. Son estrategias que no van al fondo del problema, mientras no se produzca un ajuste en toda la economía y se cambien las políticas que tienen que ver con materia cambiaria y los controles de precio, pues van a seguir existiendo las razones para que se produzcan el contrabando y la escasez. Si a eso le agregamos la impunidad con que se mueven los contrabandistas y los sectores que están dentro del gobierno y pertenecen a esas mafias, es muy difícil que la situación mejore.
¿Cómo ve al gobierno en su rol de gran importador para el consumo de la población?
Hace tiempo que el gobierno viene aumentado su rol como importador de alimentos e insumos. Sin embargo, eso no ha ayudado a solucionar los problemas, lo que significa que el gobierno importa los productos y luego las empresas privadas tienen que esperar a que el Estado le venda esos insumos y materias primas importadas, para luego elaborar los productos finales. Lo que me pregunto es si el gobierno tiene la logística y la organización para hacer esas compras en el momento oportuno y luego hacérselas llegar en las cantidades requeridas al sector privado.
¿Qué opina del reciente anuncio del sistema biométrico como un proceso voluntario?
Esa situación en la cual el gobierno anuncia medidas que luego no se atreve a concretar, porque la realidad lo desborda, se manifiesta una vez más con el caso del sistema biométrico. Pienso que, a pesar de lo que dijo el presidente Maduro acerca de que no le hace caso a las encuestas, el gobierno ya debe tener la información del rechazo que tiene esa medida en todos los estratos sociales y políticos de la población. Incluso entre sectores que son partidarios del gobierno.
¿Cree que exista la capacidad tecnológica para implementar el sistema de captahuellas en todos los establecimientos del país?
Lo que es triste y lamentable es que todas estas medidas se anuncien sin hacer un balance de la factibilidad técnica de las medidas. La verdad es que el país probablemente no tenga la capacidad tecnológica de la plataforma en materia de Internet y el ancho de banda. Es por eso que instrumentar esa medida es muy complicado. No se puede hacer inmediatamente. No sólo es altamente engorroso y costoso aplicarla, sino que eso tampoco arreglará el problema de fondo, que debe ser un cambio total en la política económica. Esto no lo quiere entender el gobierno, que una vez más trata de correr la arruga.
¿Piensa, entonces, que es inevitable la aplicación de los ajustes económicos?
Ya hubo un programa de ajustes diseñado que nunca llegó a ponerse en práctica y que fue anunciado parcialmente por el ministro Rafael Ramírez. Ese programa fue diseñado y consultado con expertos nacionales e internacionales, y supongo que allí están las medidas requeridas por la economía para comenzar a solventar los desequilibrios macroeconómicos entre la oferta y la demanda agregada que tenemos en el país. El presidente Maduro ha dicho que se niega a adoptar medidas que tengan que ver con la liberación de precios y mercados. Pero cuando las tenga que tomar, y creo que será más pronto de lo que imagina, tendrá que pedir disculpas o será su posible salida del gobierno.
¿Cuáles son las salidas que ve para esta coyuntura económica?
El problema es que Venezuela, a diferencia de otros países, tiene petróleo y eso ha permitido diferir la toma de medidas que son necesarias. En otros países con algo de economía de mercado y sin divisas provenientes del petróleo, una crisis como la que estamos viviendo, con este sistema de controles, no se puede prolongar por mucho tiempo. Los países adoptan las medidas y creo que estamos cerca de una definición, por lo menos en materia de política económica. Es posible que el gobierno difiera estas medidas por unos meses, pero en cualquier momento tendrá que tomarlas. Mientras más tiempo tarde, más duro y difícil será el ajuste.
¿Cuáles son los principales obstáculos que detecta para el desarrollo productivo del país?
El gobierno está haciendo esfuerzos. De hecho, este año han caído todas las importaciones, menos las de alimentos. Tratan de mantener un mínimo de abastecimiento en materias primas y sectores de la agroindustria que son importantes. Sin embargo, los mercados no funcionan bien. Por los controles, los productos se desvían hacia otros fines como el mercado negro y el contrabando. Y cuando la población los puede adquirir, paga un precio muy elevado. Este año la producción agrícola nacional sigue enfrentando los mismos problemas de falta de insumos y el retraso del gobierno para anunciarle precios a los productores agrícolas. Todas las amenazas sobre los productores, como las expropiaciones, el “rescate de tierras”, etcétera, siguen ahí. Y a eso hay que agregarle el problema macroeconómico. Este año la cosecha de cereales apenas se sembró en un 70%, según las estimaciones oficiales de las metas que tenían previstas. No podemos esperar que la producción nacional vaya a completar lo que se requiere para el abastecimiento, entonces se hacen esfuerzos en materia de importaciones. Pero mientras mantengamos los controles de cambio y esas tasas de cambio oficial, será imposible que los consumidores perciban que todo ese esfuerzo en materia de importaciones se traduzca en mejores precios.
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