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Nicmer Evans: ‘El aumento de la gasolina, por sí sólo, no resuelve nada’; por Albinson Linares

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Fotografía de Gustavo Frisneda

 

El viernes 1ero. de agosto, el presidente Nicolás Maduro anunció el inicio de un proceso de debate nacional. El motivo será el aumento de los combustibles del mercado doméstico. El mandatario afirmó que esta medida podría generar entre 40 mil y 100 mil millones de bolívares. Y, además, agregó: “Propongo que todo el dinero que venga vaya a un Fondo Social, centrado en el país y en sus necesidades”.

La distribución de los recursos obtenidos sería de un 20% para la Gran Misión Vivienda Venezuela, otro 20% para becas del sistema universitario, 20% para la Misión Amor Mayor, otro porcentaje idéntico para Patria Segura  y el 20% restante para vialidad y servicios.

El sociólogo y experto en ciencias políticas Nicmer Evan, opina sobre este anuncio y otros elementos de la actual coyuntura política y económica del país.

¿Está de acuerdo con el reciente anuncio del aumento de los combustibles?
El aumento de la gasolina, por sí solo, no resuelve nada. Es muy difícil ver este incremento como una política aislada que lo arregla todo. Uno de los problemas fundamentales es el poder adquisitivo del venezolano y las repercusiones que esto tiene en la posibilidad del acceso a los alimentos y bienes necesarios.

¿Apoya esta consulta nacional planteada por el presidente Maduro?
Sí pero además suscribo la tesis de la convocatoria a un referéndum consultivo vinculante que está planteando Marea Socialista. Ahora también aparece Voluntad Popular diciendo que apoya la medida, pero creo que hay dos dimensiones importantes en ese sentido. Ellos parece que la suscriben porque no están de acuerdo con los convenios internacionales de producción de gasolina o petróleo fuera del país. No veo negativo implementar, política y geoestratégicamente, convenios de comercialización o refinación de nuestro principal recurso. Eso me parece completamente válido desde el punto de vista de la política internacional. Lo que creo es que hay que administrar mejor lo que se ha destinado para generar recursos de libertad social y mejorar la economía del país.

¿Cree que el aumento de los combustibles del mercado doméstico paliará la crisis?
Hay que resolver varias cosas antes del aumento. El incremento en los precios de la gasolina, evidentemente, debe ser paulatino y progresivo. No puede realizarse de un solo golpe. No se puede hablar del aumento de la gasolina sin debatir el aumento del poder adquisitivo. Esto implica el hecho de que realmente se comercialice con los precios justos, que se pueda tener acceso a los productos, que haya una clara movilización de las divisas, se suprima la corrupción y que no se le eche la culpa al presidente Chávez de las políticas económicas. Eso sería obviar el hecho de que en 2012 se informó del desfalco de 22 mil millones de dólares a través del SITME, sin contar lo que pudo sacarse por CADIVI. Si tomamos en cuenta ese desfalco es lógico que en estos momentos estemos viviendo una crisis económica. Se calcula que el impacto del paro petrolero y el golpe de Estado fue de unos 16 mil millones: te podrás imaginar lo que significa la cifra de 22 mil millones. Eso es el doble de lo que costó el Mundial de Fútbol de Brasil 2014.

¿Cuáles cree que deben ser los temas de estas consultas?
La consulta planteada por el presidente Maduro implica tener una metodología transparente y la posibilidad de generar una contraloría de los resultados de ese proceso nacional. En Marea Socialista planteamos que debe haber un debate nacional, con unos tiempos bien establecidos, para generar una serie de propuestas que la gente pueda votar para que el gobierno, de manera  vinculante, aplique lo que la mayoría decida. En ese sentido me queda muy claro que la propuesta de Voluntad Popular no es la misma de Marea Socialista ni la que está haciendo el Jefe de Estado. Por lo menos hay tres visiones distintas que deben debatirse y seguramente surgirán más.

¿No cree que hay un agotamiento en el uso del principio de la “guerra económica”?
El término ‘guerra económica’ tiene absoluto sentido cuando vemos que tenemos un desabastecimiento administrado. Sorprendentemente, una semana hay una cosa, la otra hay otra y, al final, el importador nunca va a perder porque lo vende todo de sopetón. El que pierde es el ciudadano, que es quien tiene que calarse las colas y dar muchas vueltas para conseguir los productos. Eso implica una programación externa que no solamente recae en la responsabilidad del acceso a las divisas, que sí influye y el gobierno tiene parte de esa responsabilidad. Pero existen otros factores que pueden hacer suponer que hay ineptitud económica, pero también hay guerra económica. Sí creo que hay un desgaste en el concepto porque en toda guerra hay enemigos y cuando te sientas con ellos a coordinar planes… eso es raro. Hay ganadores y perdedores en los conflictos bélicos. En este caso, creo que o se está perdiendo o hay una necesidad de que continúe. Sí está agotado el término por el manejo que se ha hecho, pero en relación con las soluciones a esta guerra, no porque la guerra económica no exista.