Artes

Apolo y Dioniso, por Jorge Volpi

Por Jorge Volpi | 24 de abril, 2014

Una vez que se extingan las ceremonias fúnebres y se adormezca el duelo, que se agoten los homenajes y las exequias, y se desdoren las figuras públicas y se olviden las antipatías abruptas o las declaraciones estertóreas, se volverá una convicción natural lo que algunos han vaticinado desde hace décadas: que los dos colosos surgidos de esa brillantísima Edad de Oro de la narrativa latinoamericana que se prolongó durante la segunda mitad del siglo XX fueron Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez. Los dos escritores más influyentes y poderosos de nuestra región y nuestra lengua. Los dos más admirados e imitados en el orbe. En ese juego de dualidades que tanto nos gusta, nuestro Platón y nuestro Aristóteles. O, mejor, nuestro Apolo y nuestro Dioniso.

principal-jorge-luis-borges_grande

Sin duda fueron acompañados por una asombrosa cohorte de titanes, con poéticas al gusto de cada uno, de Rulfo a Vargas Llosa, de Donoso a Fuentes, de Sábato a Ibargüengoitia, de Ribeyro a Cortázar, pero las voces más oídas, más singulares, más originales ─si entendemos por originalidad una mutación insólita entre las enseñanzas del pasado y la serena rivalidad con sus contemporáneos─ fueron las del poeta y cuentista argentino y las del cuentista y novelista colombiano, suma de todos los esfuerzos que los precedieron, de Machado de Assis y Jorge Isaacs a Macedonio Fernández y Alfonso Reyes, y umbrales de todos aquellos que los han seguido, de Roberto Bolaño a quienes hoy publican, a su sombra, sus primeros libros.

A la distancia no podrían parecer más contrarios, más distantes. De un lado, el escritor ciego y puntilloso, tan acerado como melancólico, hierático hasta casi fungir como profeta, dueño de un sutilísimo humor aún malentendido, el hombre cercano ─a su pesar─ a la derecha, el vate unánimemente venerado que jamás recibiría el Nobel. Del otro, el escritor jacarandoso y bullanguero, tan dotado para desenrollar la sintaxis como para reconducir los mitos, sonriente hasta convertirse en amigo de todas las familias -esas que sin conocerlo hoy sin pudor lo llaman Gabo-, el hombre cercano a la izquierda y a Fidel Castro, el bardo unánimemente adorado que recibió el Nobel más joven que ningún otro en América Latina.

Sí: en lontananza encarnan vías antagónicas. Borges es, evidentemente, el apolíneo. El escultor que pule cada arista y cada ángulo. El prestidigitador que obsesivamente trastoca cada adjetivo y cada adverbio. El criminal que siempre esconde la mano. El modesto anciano que odia los espejos y la cópula y sin embargo multiplica los Borges a puñados. El detective que en su búsqueda esconde que al mismo tiempo es el delincuente. El filósofo nominalista y el físico cuántico que se pierde en la Enciclopedia. El autor de las paradojas y bucles más aventajado desde Zenón. García Márquez es, en cambio, el dionisíaco. El torrencial demiurgo de genealogías y prodigios. El audaz dispensador de metáforas y laberintos de palabras. El cartógrafo de la jungla y el cronista de nuestra circular cadena de infortunios. El ídolo sonriente que trasforma la Historia -y en especial la sórdida trama colombiana- el mil historias entrecruzadas, tan tiernas y atroces como inolvidables. El bailarín que, al conducirnos a la pista, nos obliga a seguir su hipnótico ritmo a rajatabla. El sagaz escriba que se burla de los tiranuelos con los que tanto ha convivido. El desmadrado cuentero que finge no seguir regla alguna fuera de su imaginación, excepto que las que él mismo se -y nos- impone.

garcia-marquezApolo y Dioniso. Y sin embargo estas dos vías, como ya apuntaba Nietzsche, no son excluyentes sino complementarias. Las dos mitades del mundo. De nuestromundo. Para empezar, García Márquez no hubiese escrito como García Márquez sin aprender de Borges, su predecesor y su maestro. Y Borges no habría encontrado mejor continuador que este discípulo rejego, dispuesto no a copiar sus trucos o su doctrina sino a usarlos en su provecho para huir de la Academia y fundar una nueva, exitosísima escuela, el realismo mágico. Ninguno tiene la culpa, por supuesto, de su ingente legión de copistas: sus invenciones resultaban demasiado deslumbrantes como para que cientos de salteadores de caminos no quisieran agenciárselas.

Los dos han sido justamente elevados a los altares. O, mejor aún, a los altares privados que cada uno erige en su hogar: son nuestros penates. Imposible no adorarlos y no querer, a la vez, descabezarlos. Imposible no aspirar a reiterar -Vargas Llosa dixit– su deicidio.

Jorge Volpi 

Comentarios (6)

Edgard J. González.-
25 de abril, 2014

1.En las dos frases que copio entre comillas [“el hombre cercano a la izquierda y a Fidel Castro”, “El sagaz escriba que se burla de los tiranuelos con los que tanto ha convivido”] está el meollo de lo que debe ser debidamente aclarado, del lado político de GGM. La primera frase tiene más de una lectura, la que prefiero es la que opone Izquierda a Fidel Castro, pues este criminal, falso revolucionario, cuando mucho convoca y lideriza a la ultra izquierda y a la izquierda Caviar. La Izquierda democrática, que existe aunque intenten negarla los extremistas que respaldan el Gulag caribeño y las sucursales venezolana y nicaragüense, no rinde culto a Fidel ni aplaude sus arbitrariedades e ínfulas imperiales y pervertidas. La segunda frase suena irónica, sabiendo que actuó constantemente como defensor a ultranza del verdugo de Cuba, y violento entrometido en muchos países. 2.”El desmadrado cuentero que finge no seguir regla alguna fuera de su imaginación, excepto que las que él mismo se -y nos- impone.” Tendrían que leer leer las minucias que denunció Fernando Vallejo, sobre las “originalidades” de GGM en Cien años de soledad (www.eleespectador.com 12-05-13). Les adelanto el título: ‘Cursillo de orientación ideológica para García Márquez’.- 3.rejego y penate: dos términos que jamás había visto, supongo que muchos otros lectores tampoco. No ayuda ni siquiera el contexto, para dar con su significado preciso.

Óscar Gonzaldz
26 de abril, 2014

No leí a ninguno. Pero creo que GGM era izquierdista por naturaleza y como tal, siempre vivió de las mieles de la derecha democrática y todas sus ventajas.

Jose Luis Quintero
26 de abril, 2014

Paradójicamente me gustaron mucho tanto el artículo de Volpi como la réplica (que siento iracunda) de Edgar gonzalez. Mandatorio leer el artículo de Vallejo que recomienda el último. Saludos, bienaventuranzas y agradecimiento a ambos.

R Vivas
26 de abril, 2014

Hace unos anos hizo escandalo el retrato que hiciera de Mozart el director del film Amadeus , la de un hombre frivolo y pueril que sin embargo era capaz de componer musica sublime . Antes de el, Hannah Arendt hizo tambien en Eichman en Jerusalem el retrato de un Eichman capaz de actos monstruosos pero cuyo caracter era el de un simple mentecato ( la banalidad del mal). Creo que nuestra cultura parte de una premisa falsa al pretender juzgar a los genios del arte o de la literatura o los del mal como si fuesen en todos los aspectos de su personalidad de una sola pieza , como si el hecho de ser geniales o descollantes en una faceta de su vida fuese el reflejo de una personalidad que no tuviese aspectos mediocres y perversos, Esta incongruencia entre actos u obras sobresalientes y la personalidad por lo menos parcialmente mediocre de sus autores o agentes no es nada extrana sino comun . Las veleidades de GGM con Castro podrian ser un ejemplo de lo que aqui senalamos, igual a las veliedades de Heidgger con el nazismo o el estalinismo vergonzozo de Neruda. !!

Moises Laguna Garvett
27 de abril, 2014

El acierto del maestro Volpi, sigue en curso. Borges y Garcia Marquez, navegaron dos dimensiones para trazarnos el camino del disfrute y de la plenitud del tiempo en la tierra, sin perdernos. La critica hacia a ellos, hoy debe ser mas analítica y justa, hay dos gigantes de nuestra literatura, que en poco tiempo nos han puesto a la vanguardia de las letras universales.

Edgard J. González.-
27 de abril, 2014

Amigo Jose Luis Quintero, me encanta lo que comentaste, y te aclaro que no considero “iracunda” mi opinión (aunque tienes todo el derecho a definirla como la sientas, es válido). Coincido totalmente con R. Rivas, pero lo que repudio es esa tendencia de los latinoamericanos a no mostrar el lado obscuro y cuestionable de algunos personajes, en especial cuando mueren. Pareciera que alguna ley prohíbe mencionar los defectos, los vicios, los pecados y delitos que haya cometido el difunto. Y en los casos de occisos que forman parte del Altar de la Ultra Izquierda, ese síndrome es más intenso y cuenta con presupuesto propio. De allí que todavía, 40 años después, los borbónicos insistan en afirmar que a Allende lo asesinaron (dando a sobreentender que lo mataron militares pinochetistas), cuando hasta la saciedad ha sido demostrado que los golpistas del 73 no intervinieron para nada en esa muerte, que además se mostraba como Suicidio, y hay muchas posibilidades de que haya sido un suicidio “asistido o forzado” pues con él estaban unos escoltas cubanos -y a Fidel no le convenía un Allende VIVO declarando pormenores de la prolongadísima visita que el entrometido barbudo le hiciera, durante más de cuatro semanas- (¿conocen ustedes de alguna visita entre jefes de Estado con duración similar?). Respecto de García Márquez, ese embudo reapareció, y pocos osan describirlo con todos sus rasgos: Un prolífico autor de libros muy agradables y exitosos (no siempre se dan ambos), con esa enorme contradicción que lo conminaba a despotricar contra el “imperialismo” (el único que los ñángaras conocen, el de los EEUU. Con la URSS estalinista, la China violenta y genocida de Mao, y la isla cárcel, ningún ñángara y ciertamente tampoco GGM, tienen objeciones). Son tan chocantes las incoherencias que hoy leí en El Nacional a Bill Clinton, ex presidente de EEUU y “amigo” de GGM, declarar que “compartíamos el amor por la democracia y la libertad, el odio por el poder brutal y arbitrario, y la preocupación por la vida y el bienestar de la gente del común” !!!(GUIA TV pág 10). ¿Cómo se sentirían Payá, las Damas de Blanco, Orlando Zapata, Beatriz Roque, Yoani y Yusnabi, frente a este párrafo de “realismo mágico, cómplice y alcahueta”?. Para colmo, quienes lean a Fernando Vallejo, descubrirán que la obra de GGM no es tan suya, y no es tan inmaculada. Los invito a leer mis opiniones en Noticiero Digital y Analítica. Cordiales saludos.-

Envíenos su comentario

Política de comentarios

Usted es el único responsable del comentario que realice en esta página. No se permitirán comentarios que contengan ofensas, insultos, ataques a terceros, lenguaje inapropiado o con contenido discriminatorio. Tampoco se permitirán comentarios que no estén relacionados con el tema del artículo. La intención de Prodavinci es promover el diálogo constructivo.