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Caracas de Este a Oeste. 2. Capriles habla mientras Petare va al mercado; por Marcel Ventura

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La foto es una estampita que cabe perfectamente en la billetera. De la estatua de José Martí parece pender un hilo invisible que levanta el brazo derecho de Leopoldo López, rostro hacia el horizonte, cinturón que cae con sutileza desde la cintura. Se lee “Dios proteja a los héroes de la patria” y la entrega una chica joven a las 10:30 de la mañana, cuando la Av. Francisco de Miranda aún no da muestras de entusiasmo. Es la concentración anunciada por Henrique Capriles Radonski, pero todo recuerda a López: las estampitas, las franelas de “El que se cansa pierde” y un centenar de banderas de Voluntad Popular que cubren de anaranjado las primeras filas frente a la tarima. Hay muchas menos de Primero Justicia.

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Bastaron dos cartas de Rubén Blades para que parte de la oposición incorporara hoy al panameño en su banda sonora del optimismo. Suena “País portátil”. Algunos reconocen la canción. Más lejos de la tarima, Ricardo Montaner con el himno “Canto por la Libertad” es una especie de regresión a los años más intrincados de la política nacional. Ayer el presidente Nicolás Maduro aseguró que puede saltarse cualquier diálogo con la oposición porque ganó con el 55% las últimas elecciones municipales. Hoy convocó a una conferencia por la paz, abierta a todos los sectores políticos.

El 14 de abril de 2013 Maduro llegó a la presidencia con 50,61% de los votos.

Hacia las 11:30 de la mañana el ambiente en la Plaza Morelos es tranquilo. La tarima habitual, la música habitual, la fiesta habitual de los días felices. Mujeres afectas al oficialismo convocaron hoy una “marcha por la paz y la vida”, pero de lo que más se habla es de los colectivos. Otra vez el mensaje de hace dos días en Plaza Venezuela, ahora con motorizados más tranquilos que aseguran no estar armados. No quieren convertirse en la muletilla de la oposición y una voz desde los parlantes pregunta, retadora: “¿Dónde están los colectivos armados? ¿Dónde?”. Personas comentan la necesidad de un diálogo general, aunque incluso siendo una marcha para mujeres, la asistencia es reducida, como la concentración de PDVSA el pasado martes. Hay madres en la Morelos al tiempo que, en Carabobo, el Hospital Metropolitano del Norte de Naguanagua confirma la muerte de Geraldine Moreno, sembrada de perdigones en el rostro.

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Más hacia el oeste, la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional, fuertemente armada, ha cercado Miraflores y cierra el paso vehicular casi a la altura del Banco Central de Venezuela. El tráfico es pesado, dos hombres hablan a afuera de una peluquería y se preguntan qué hay hoy.

– Una vaina de los ministerios.

– Ah…

De vuelta al otro extremo de la ciudad, la Av. Principal Las Vegas de Petare es una montaña de escombros que anuncian renovación. Los trozos de concreto sucio se convierten en asientos improvisados para la gente cansada que espera la camionetica pasado el mediodía.

Decenas de toldos multicolores bordean la calle en ambos sentidos, antes y después del elevado que va hacia Palo Verde, porque en Petare es sábado de mercado y a una estación de La California, donde Capriles está a punto de decir que los barrios son necesarios, que a Maduro le interesa más ver protestas en Altamira que en Catia, cuatro compradores en distintos puntos no saben responder qué está pasando a un kilómetro de distancia. “¿Una concentración? No sabía nada”.

De cada diez alimentos regulados que se buscan en Mercal, sólo se consiguen cuatro. Un país levanta piras, otro país arma fiestas en el centro, pero el desabastecimiento no retrocede y al frente de la Lavandería Zin, en Palo Verde, una larga fila de personas se amontona sobre un puesto callejero de lácteos. Hay leche.

A falta de medios audiovisuales que cubran sostenidamente las noticias generadas por políticos de oposición, sólo la prensa escrita les da un espacio mientras haya papel, pero la calle José Félix Ribas y la Av. Principal Las Vegas no se caracterizan por sus kioskos. Tampoco hay diarios tirados en las aceras. Mediciones de 2012 indicaron que la penetración de internet en Venezuela es del 43% y un especialista en mercadeo viral asegura que, después de dos millones de visualizaciones, lo más probable es que un video de YouTube esté siendo visto fuera del país. Dos millones es el tope. El video del SEBIN disparando el pasado 12 de febrero en La Candelaria tiene 712 mil vistas; el de la unidad de investigación de Últimas Noticias, 607 mil.

Por la Av. Rómulo Gallegos grupos de la GNB se apostan en El Marqués y en Los Ruices. Aún no se ha montado Henrique Capriles y ya se ve gente retirándose por el elevado frente al C.C. Millenium, quizás agotados por el sol, quizás preguntándose qué sentido tiene ir a escuchar un discurso cuando ni siquiera hay visibilidad hasta la tarima ni cornetas dispuestas en puntos intermedios de la concentración. Es en ese lugar de la Francisco Miranda donde el gentío se diluye, incluso durante el discurso del excandidato presidencial.

Capriles exigió tiempo en cadena nacional, la libertad de Leopoldo López, de Iván Simonovis y de los estudiantes detenidos. Llamó a Lilian Tintori. Dijo que no descansaría hasta que su esposo estuviera en la calle y rechazó contundentemente las protestas violentas. Sin ambajes. Algunos empezaron a darle la espalda en ese momento, camino a la Plaza Francia de Altamira, cubierta de bombas lacrimógenas a partir de las 5:30 de la tarde.

Otros celebraron el llamado a la paz y reconocieron a un líder, mientras en el pequeño mercado Día, del Unicentro El Marqués, otra fila de gente buscando leche escuchaba el eco de los alaridos reventar a lo lejos. En el metro, una niña fingía darle de mamar a una muñeca de plástico.

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Caracas de Este a Oeste. 3. La paz va en moto y corta cabezas; por Marcel Ventura 496

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