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Luis Vicente León sobre la reunión entre el Ejecutivo Nacional y los alcaldes

Por Prodavinci | 20 de diciembre, 2013

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¿Cómo entra dentro de las dinámicas políticas nacionales el encuentro sostenido ayer entre el Ejecutivo Nacional y los alcaldes? ¿Qué suma? ¿Qué resta?

Lo primero que quisiera resaltar es que, más allá de las formas o intenciones que puedan tener las partes, siempre es positivo un encuentro entre actores que representan visiones distintas del país. Sentarse a dialogar es siempre una oportunidad para lograr algunos puntos de encuentro, incluso cuando el resultado final no es el esperado.

En el caso particular de la reunión de Nicolás Maduro con los alcaldes, se abre una nueva oportunidad de encuentros, una vez pasado el calor de una campaña en la que el gobierno había radicalizado su posición política y económica, bajo la tesis cierta de que la polarizacion le favorece electoralmente. Pero el futuro pinta complejo, en medio de una crisis económica severa que se puede maquillar con populismo a corto plazo, pero que seguirá ahí, vivita y coleando, cuando pase el impacto inicial de El Dakazo. Para el gobierno se hace indispensable buscar algunos acuerdos para enfrentar la crisis con políticas más serias y buscar la integración luce como una necesidad inminente. Pero también el hecho de partir el momento en un antes y un después de ese encuentro puede convertirse en una opción para justificar decisiones diferentes, unas que se puedan explicar como resultantes de ese encuentro, como producto del sacrificio que ponen en la mesa para lograr un diálogo con todo el país.

Quien más gana con esa reunión es Nicolás Maduro. Es él quien la convoca y, pese a que su invitación fue ruda, radical y chantajista, el desarrollo del encuentro, en cambio, fue moderado, amplio y bien manejado, con lo que se “humanizó” frente a la oposición y el país. Su trato cordial y respetuoso con el adversario contrastó con su discurso previo, pero siendo tan distinto cubre mucho el pasado y genera expectativas positivas a futuro. Los discursos de la oposición le dieron oportunidad y tiempo para lucir una nueva posición conciliadora y atenta que, si bien no necesariamente se convertirá en acción, le dio sentido a la reunión. Maduro se legitima legitimando a sus adversarios electos, algo que combinado con su triunfo electoral es sin duda muy potente para él, interna y externamente.

No fue una jugada fácil para la oposición estar ahí, pues es obvio que Maduro ganaba más que ella. Pero no estar era peor. Estando se le permitió visibilidad nacional a muchos de sus planteamientos centrales, como el del rechazo a los gobiernos paralelos, el tema de los recursos, el trato inadecuado y radical al adversario por parte del gobierno, el abuso de poder, el entubamiento del “Plan de la Patria” frente a una parte de la población que no lo comparte y el llamado a liberar a los presos políticos. Todos fueron tomados por Nicolás Maduro y analizados abiertamente, los que veía lógicos y los que no. No está claro si era sólo un show mediático o sinceramente intentará dar soluciones a ellos, pero el país completo los vio y los oyó. Sólo eso justificaba estar.

¿Cuál debería ser el próximo paso dentro de estos acercamientos entre las instancias nacionales y las autoridades municipales recién electas?

¿Qué pasa ahora? Pues que la oposición debe hacerle seguimiento a la oferta de diálogo y vigilar que se convierta en acciones positivas. Debe atender que sus posiciones, un tanto desarticuladas en la reunión, homogenizándose y demostrando permanentemente que la falta de acuerdos no es una responsabilidad de la oposición. Vendrá también, lo quieran o no, una etapa de reflexión interna en la oposición, de retos a su liderazgo, del trabajo más partidista que grupal y de fortalecer sus instituciones para demostrar capacidad de gobierno y representación de las diferentes fuerzas que la componen. Así como también vendrán los contrastes en las tendencias de pensamiento radical versus la moderada, que divide tanto a los chavistas como a los opositores. En el caso de Maduro, le toca validar una acción de gobierno que se mueva un poco más a la moderacián que al extremo radical que le piden sus extremistas (y que les funciona electoralmente). La gran pregunta es si esto será sólo la típica estrategia, empleada por el propio Chávez, de calentar, enfriar y volver a calentar para distraer a la opinión pública; o si lo que vimos era una oferta sincera para negociar y para validar lo que sin duda serán medidas muy difíciles para atender la crisis económica que, una vez pasada la borrachera política, sigue ahí quitándole el sueño a Maduro… y a todos los venezolanos. Amanecerá y veremos.

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Prodavinci 

Comentarios (8)

Ernesto Pacheco
20 de diciembre, 2013

En realidad lo más seguro es que quien sabe, Tal vez Quizas, lo giga mejor aquel Bolero cantado por Celia Cruz. “Plazos Traicioneros”.

Bertha Atacho
20 de diciembre, 2013

Esa reunion se parece mucho a la que hizo el ejecutivo al inicio del gobierno de Maduro con elel sector privado, muy esperanzadora pero aqui estamos como al principio sin ningun cambio en sus politicas, cada vez mas radicales.

jorge e. rangel
20 de diciembre, 2013

Indudable que Maduro requiere de cierta “imagen” conciliadora luego de un proceso electoral cargado de un ventajismo nunca visto y por tanto fraudulento. O es que alguien lo puede negar. El gobierno lo controla TODO y su plan fue denunciado ante la nación por los alcaldes democráticos; por tanto, los alcaldes ganaron sòlo con eso la reunión. De todas maneras, es la última oportunidad de este gobierno para salvar las apariencias. Jorge E. Rangel

jorge e. rangel
20 de diciembre, 2013

Insisto en opinar que en la reunión de Maduro y los alcaldes democráticos, estos denunciaron el tal Plan de la Patria como no contemplado en la Constitución y esta, es la verdadera línea dorsal de Venezuela. Por eso, no ganó Maduro, ganaron para la nación, los alcaldes. Jorge E. Rangel

bruno buzon
20 de diciembre, 2013

para mi solo fue showserismo politiquero, vea como se lavo las manos con los camiones de basura que la gobernacion le quito a la alcaldia,y como se hizo el desentendido con lo de los gobiernos paralelos, en lo que a mi respecta hasta que ese dialogo no se traduzca en hechos solo es showserismo

R Vivas
21 de diciembre, 2013

Lo interesante de la reunion aparte de sus posibles resultados o eventual futilidad es la razon que llevo a Maduro a ese encuentro , tan en contraste con su consabida practica de insultar y denigrar y negar espacios a la oposicion en forma implacable . No creo que su intencion fue tanto danar a la oposicion por ejemplo creando una brecha entre los invitados y capriles ( no invitado) sino mostrarse como una persona conciliadora en un momento en que la mayoria favorece el que haya una actitud de dialogo y conciliacion que una a los venezolanos o quizas por que sabe de los dificiles momentos que se avecina y quiere mitigar el dano que la oposicion puede hacerle aprovechandose de las medidas dificiles y duras que va a tener que tomar . El tiempo dira !!

Jose cabrita
21 de diciembre, 2013

No creo nada de lo que diga nicolás. Y los alcaldes tampoco deben creer en el. En esta reunión el mensaje que da la oposiciòn es que el fraude electoral de las elecciones presidenciales ha quedado en el olvido

KBULLA
23 de diciembre, 2013

Maduro condicionó la reunión, a que los alcaldes asistentes reconocieran su legitimidad como presidente y apoyaran el “Plan de la Patria”. Como siempre, la MUD jugó a la pasividad y no fijó también sus condiciones.

Reconocer “la legitimidad de Maduro” no revestía mayor problema, pues fue el jefe de campaña de estas elecciones municipales (Henrique Capriles Radonski) el que elevó los actuales comicios a la condición intrínseca de un plebiscito, el cual perdió.

La MUD bien que pudo decir, que si la invitación al diálogo era genuina, el gobierno debía eliminar esa nefasta figura de “el dedo de Chávez”; frase inventada por Jacqueline Faría (sabiéndose ilegítima) para intentar justificar la anti democrática acción de Hugo Chávez, acción ésta hoy en día imitada por Maduro. Y más que como sobrevivencia política, la MUD debió haber actuado por respeto a la mayoría de los votantes que eligieron en buena a lid a sus alcaldes y que (una vez más) depositaron en la MUD su confianza acudiendo nuevamente a unos comicios, con la rémora del 14 de abril.

Bastaría recordarle al chavismo, que cuando Chávez ganó las elecciones en 1.998, no se le puso ningún tipo de cortapisa para que ascendiera al poder. Antes bien, se adelantó la fecha de entrega del mismo. Ni a Caldera, ni al Congreso Nacional, se les ocurrió inventar la figura de un “protector de la Patria” para ponerlo por encima del cargo presidencial y así limitar la capacidad de maniobra de un ex militar golpista.

La participación de los alcaldes de oposición casi que fue a puertas cerradas, pues hasta el otrora GLOBOVISIÓN, ponchaba la señal cuando intervenía alguno de los alcaldes que (debe recordarse) ganaron con suficiente holgura y sin lugar a dudas, en las principales ciudades del país.

Nada sería de extrañar, que en el futuro aparezcan cortos publicitarios del gobierno con la intervención de la oposición (provechosamente editados) para transmitir un mensaje que no fue. Con mucha astucia, el gobierno ha colocado el primer ladrillo de la necesaria participación de la oposición en las venideras medidas económicas, como “cómplices de las mismas”.

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