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Fragmento de un artículo de Virginia Collera publicado en Papeles perdidos.
La librería People’s Recreation Community ofrece a los lectores lecturas prohibidas: las estanterías de la categoría de no-ficción lucen rebosantes de títulos que narran escándalos protagonizados por los dirigentes del Partido Comunista chino. La People’s Recreation Community es una de las librerías de Hong Kong especializada en la venta de libros y revistas prohibidos por el gobierno chino. Un negocio próspero porque en estos momentos muchos ciudadanos chinos reconocen que han perdido la confianza en sus líderes. “Nos han mentido sobre tantas cosas”, se lamenta Huang Tao, un comercial del sureste de China, mientras señalaba volúmenes que relataban la hambruna de finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, un episodio que la historia oficial despacha con profusión de eufemismos.
Estas librerías ponen de manifiesto tanto la necesidad de saber de una sociedad atenazada por la censura como las dificultades del partido para apagar esa sed de información “especialmente cuando los funcionarios estatales son ávidos lectores de libros prohibidos”. En esas estanterías pueden encontrarse todos los escándalos del pasado. También pesimistas profecías sobre el futuro del país. “Más del 90 por ciento de nuestras ventas las realizan visitantes de la China continental”, asegura Paul Tang, propietario de People’s Recreation Community. “La pregunta más frecuente no es sobre el contenido de los libros sino sobre cómo llevárselos a China”. Sin que sean interceptados en la aduana con la justificación de que son “publicaciones reaccionarias, ilegales”.
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