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Escribiendo sobre Chávez, por Jon Lee Anderson

Por Jon Lee Anderson | 24 de abril, 2013

escribirpages

He recibido varias preguntas acerca de mis más recientes artículos sobre Venezuela, las cuales me gustaría abordar aquí.

La discusión gira en torno a frases en tres diferentes piezas, escritas en el transcurso de varios meses —dos publicadas en la página web de The New Yorker y una en la revista. Los lectores señalaron lo que consideraban que eran errores de hechos en cada una. En dos de los casos estuve de acuerdo y corregí las frases; en el tercero no lo hice por razones que voy a explicar. Y hay una cuestión más amplia: algunos han citado estas frases como prueba de mala intención de mi parte (y de The New Yorker) producto de un sesgo político en contra de Hugo Chávez.

El pasado 7 de Octubre escribí en una entrada de blog que Venezuela tiene la tasa más alta de homicidios en América Latina. En realidad, Honduras tiene la tasa más alta. Reconocí el error en un intercambio por Twitter y hemos corregido la entrada señalando el cambio.

Como también he sido acusado de cometer ese error deliberadamente o porque estaba comprometido con una visión caricaturesca de Venezuela, llamaré la atención sobre el hecho de que incluso el gobierno venezolano considera la alta tasa de homicidios como una crisis. Fue un tema importante durante las elecciones, que era el tema sobre el cual escribí. Lo que pude (y debí) haber dicho es que, según las Naciones Unidas, el país tiene la cuarta tasa más alta de homicidios en el mundo entero. El año pasado en Venezuela hubo por lo menos dieciséis mil asesinatos —según las cifras del gobierno venezolano—, o más de veintiún mil, de acuerdo con ell grupo de monitoreo no gubernamental Observatorio Venezolano de Violencia (EE.UU., que cuenta con una población diez veces más grande que Venezuela, tuvo catorce mil seiscientos veintiún homicidios en 2011). El Ministro de Interior y Justicia venezolano reconoció hace poco que los números del año pasado representan un alarmante aumento de 14% respecto al 2011. De hecho, en la campaña electoral que siguió a la muerte de Chávez, su sucesor designado, Nicolás Maduro, dijo que la violencia “es uno de los problemas más graves” que enfrenta el país.

En “El poder y la torre”, mi pieza del 28 de enero de 2013 publicada en The New Yorker, escribí: “Chávez me sugirió que había adoptado la extrema izquierda como una forma de evitar un golpe de Estado como el que lo puso a él en el cargo”. Esto no es correcto; aunque Chávez se convirtió en una figura nacional en Venezuela tras liderar un golpe militar fallido en 1992, ganó la presidencia al obtener la victoria en las elecciones de 1998, hechos a los que que he dedicado artículos enteros para The New Yorker (el primero fue un perfil de trece mil palabras en 2001). Entrevisté a Chávez en varias ocasiones, viajé con él y llegué a conocerlo bastante bien. Mi punto de referencia en este artículo era que, ya habiendo participado en un golpe de Estado, Chávez se había cuidado las espaldas. Al ser advertida esta equivocación, la revista publicó una corrección en la correspondencia de la primera edición de abril (el texto está disponible en la web para los suscriptores o en la edición digital).

En las horas que siguieron a la muerte de Chávez el 5 de marzo escribí un obituario titulado “Hugo Chávez, 1954-2013”. He recibido una serie de correos que disputan, fuera de contexto, mi referencia a “la misma Venezuela de siempre: un país rico en petróleo, pero desigual socialmente”. Varios han citado una estadística económica conocida como el Coeficiente de Gini, que es una medición de la desigualdad de ingresos. Otros están simplemente enojados con la sugerencia de que Chávez dejó a Venezuela igual que antes.

Aquí presento el contexto que falta:

En 1998, Chávez ganó las elecciones presidenciales en Venezuela con la promesa de cambiar las cosas en su país para siempre, de arriba a abajo. Desde el día en que tomó posesión, en febrero de 1999, se dedicó a hacer precisamente eso. Deja un país que, de alguna manera, nunca volverá a ser el mismo y que, de otra, es la misma Venezuela de siempre: un país rico en petróleo, pero desigual socialmente, con un gran número de sus ciudadanos viviendo en algunos de los barrios más violentos de América Latina.

A su favor hay que decir que Chávez se dedicó a tratar de cambiar la vida de los pobres, quienes eran sus más grandes y fervientes seguidores…

El último líder de Brasil, Lula, que también fue un populista de izquierda, puso al “pueblo” y a la mitigación de la pobreza como prioridades de su Administración. Y, con un mejor equipo de gestión y sin la confrontación polarizada contra el imperio, tuvo un grado de éxito considerable. En Venezuela, por el contrario, la revolución de Chávez sufrió de la mano de administradores mediocres, ineptitud generalizada y una falta de seguimiento en los proyectos.

En cuanto a algunos de los componentes de la desigualdad social, en especial los ingresos y la educación, Chávez tuvo logros reales (el ingreso es la variante capturada por el Coeficiente de Gini; aunque la estadística tiene sus propias limitaciones, algunas particulares al caso de Venezuela). Sin embargo, en cuanto al manejo de la vivienda y la violencia, su récord fue deplorable e insuficiente. Tales factores sociales están íntimamente relacionados entre sí y con el tema de la igualdad. La mayoría de los venezolanos asesinados son pobres, y la cantidad de homicidios es más grande que nunca; además viven en barrios desesperantemente miserables y violentos, donde ocurren muchos de esos crímenes.

Citando de nuevo mi entrada de blog del octubre pasado: “A pesar de algunos éxitos —como aumentar la calidad de vida de quienes viven en pobreza extrema por medio de subsidios gubernamentales—, mantener una administración efectiva parece estar, tristemente, más allá del rango de los chavistas. A pesar del gran espíritu de voluntariado que existe entre sus partidarios de base y las buenas intenciones de muchos funcionarios del Gobierno, el mandato de Chávez ha sido extremadamente mediocre al momento de aplicar sus políticas. Puede que el mayor legado que deje a sus compatriotas sea la sensación de que persisten asuntos sin resolver, como resultado de las expectativas que él mismo planteó pero dejó sin cumplir”.

Maduro (y Chávez antes que él) culpó al capitalismo por la violencia en el país. A decir verdad, probablemente haya algo de razón en esto, en la idea de una sociedad materialista que alimenta la avaricia y la corrupción moral y, por ende, la delincuencia rampante. El problema con Venezuela es que el fenómeno político conocido como ‘chavismo’ ha estado en el poder desde 1999. Es decir, catorce años de un sistema que se declara abiertamente como anticapitalista y (desde el año 2005, al menos) socialista. Bajo cualquier medida, los profundos problemas sociales de Venezuela pertenecen a los chavistas. Sin duda, un país tan rico en petróleo como Venezuela —con ingresos cercanos a 700 mil millones de dólares por venta petrolera desde 1999— podía haberlo hecho mejor.

***

Puede leer este texto en The New Yorker pulsando aquí

Jon Lee Anderson 

Comentarios (9)

r
24 de abril, 2013

el espectaculo de la politica; como algo que lei, Chavez alfabetizo a los pobres para acdotrinarlos a su politica, vaya me recuerda lo que la inquisicion le hacia a todos en su contra hasta romperles el espiritu autonomo y convertirlos en fieles a su descarrilada causa megalomaniatica.

Orlando Romero
25 de abril, 2013

Interesanta aclaratoria, como venezolano admito que no es facil acercarse a describir la realidad venezolana, sin embargo ese es el legado del gobierno de Chavez:

Virtudes:

Reduccion de la pobreza,avances importantes en materia sanitaria(CDI etc)aumento de los pensionados….en resumen Justicia Social

Defectos:

Inseguridad desbordada,Alta Inflacion, deterioro de infraestructura, deja un pais endeudado con los mayores ingresos petroleros de la historia.

Pero lo mas deplorable es la profunda division que deja entre venezolanos,tardara años en desaparecer…esto es la peor herencia del fallecido presidente…

Al final como lo ha demostrado la historia el desastre economico es siempre la lapida de todos los gobiernos de izquierda.

Aprovecho para felicitarle por su Articulo:El poder y la Torre, es lo mejor que he leido sobre el tema de las invasiones, alli ud logrò retratar muy bien a nuestra capital Caracas

R. Vivas
25 de abril, 2013

El cuoficiente Gini usado para medir el nivel de pobreza de una poblacion se basa en el nivel de ingreso que en promedio esta recibe . Para el q. Gini es igual una persona cuyos ingresos aumentan al ganarse una loteria o al recibir una herencia que aquella cuyos ingresos aumentan como resultado de aplicarse a un esfuerzo mas productivo . Esto que para Gini es indiferente es crucial para determinar el grado de sustentabilidad de un cambio en el nivel de pobreza . En Venezuela ha habido una distribucion estatal generosa de recursos derivados del aumento en el ingreso petrolero entre los mas pobres pero no necesariamente un aumento en la capacidad de estos para ser economicamente mas competentes o productivos . Esto determina una alivio en las condiciones de vida de los mas pobres , mas no un cambio sustentable y perdurable en su modo de vida que le libre perdurablemente de su condicion de pobres : la aspirina alivia los sintomas de la gripe pero no la cura . Sospecho que algo de esto ha ocurrido en la Venezuela de Chavez . Hace falta un esfuerzo mas profundo por hacer del pobre alguien capaz de escapar con su propio trabajo productivo de la pobreza !

Benjamín Guzmán Castill
25 de abril, 2013

Gracias Sr. Anderson por sus brillantes artículos, la revolución bolivariana de Chávez, bien podría asimilarse a un refrán que escuché y leí alguna vez: ” DE BUENAS INTENCIONES ESTA EMPEDRADO EL CAMINO HACIA EL INFIERNO “, no se puede negar algunas logros en materia social, pero haber dividido a la sociedad venezolana, como lo quiso hacer ( extraña coincidencia ) el gobierno de derecha de Fujimori en mi país, es absolutamente imperdonable, sean cuáles sean las motivaciones altruistas ( si las hubo ) que lo motivaron.

Las heridas más fuertes son las del alma, eso que es válido para un ciudadano, lo es también para una nación.

Marlon
26 de abril, 2013

Mis respetos, en estos momentos que vivimos son pocos los que tienen la gallardía de rectificar y sobre todo un escritor. Este artículo con rectificaciones incluidas le da un nuevo grado de credibilidad a sus “piezas” como usted las llama. Felicitaciones por seguir afinando describir lo que nos sucede como país y sus episodios

Eduardo p
26 de abril, 2013

Excelente artículo, sin embargo me parece insólito que le hubieran hecho corregir artículo por la primera o segunda o tercera posición de homicidios en el mundo, cuando al final de cuenta el problema se le fue de las manos al gobierno por ineptos. Para ellos unos muertos más o menos es lo mismo, al final nos convertimos en una vulgar estadística.

Jose Rodriguez
26 de agosto, 2013

Creo que se olvidaron algunos DETALLES por comentar: En 1998 habían 322.000 ancianos pensionados que cobraban apenas 40% del sueldo mínimo (Que ya era muy bajo) cada tres meses. Hoy hay 2.500.000 ancianos pensionados que cobran el SUELDO mínimo mas dos meses de aguinaldo. Y los cobran cada mes. Hoy exiten casas de alimentacion en los barrios, en donde comen gratis personas de la tercera edad, familias de bajos ingresos. Exite la mision Madre del Barrio. Madres que reciben ayuda económica equivalente por cada hijo. El sueldo mínimo aumenta cada año. Antes de Chavez, aumentaba solo cada dos o tres años. Antes de 1998 la pobreza extrema llegaba al 21%. Hoy está en el 7,3%. En el 1998 habían 800.000 estudiantes universitarios, hoy en el 2013 hay mas de 4.000.000 estudiantes universitarios. Se han construido fabricas, miles de viviendas,cientos de escuelas, cientos de liceos, universidades, hospitales, autopistas, carreteras, ferrocarriles, termoelectricas, hidroelectricas, metrocables, cabletren, trolcable, trolebuses, etc, etc, etc.

Martín
16 de enero, 2014

Todo depende con el cristal con que se mire. Podría haberse también dicho que antes que iniciara el gobierno de Chávez había una pobreza extrema cercana al 90% de la población, lo que produjo el Caracazo. Podría también decirse que el gobierno chavista hizo descender esa cifra a aproximadamente la mitad. Podría decirse que, más allá de lo que declare el gobierno chavista, en Venezuela sigue habiendo capitalismo (propiedad privada de los medios de producción y que los medios de comunicación continúan estando en manos de la vieja burguesía, desde donde se instiga a la violencia y se fomenta el individualismo. Se podría decir que la Unicef declaró a Venezuela país libre de analfabetismo, o que por primera vez con Chávez millones de venezolanos tuvieron por primera vez acceso a la salud y a la educación. Como también podría decirse que Chávez fue ratificado como ningún otro presidente contemporáneo, y con todas las operaciones de prensa en contra tanto en Venezuela como en el mundo, en elecciones libres y abiertas catorce veces consecutivas, referendum revocatorio incluido, convocado por la oposición, en el que volvió a ser ratificado por el pueblo de Venezuela.

lilian banderas
4 de julio, 2014

Creo que se minimiza la obra de Chávez porque no se tiene en cuenta el estado en el que los pobres vivían Me parece un horror que hubieran tantos niños indocumentados, sin vacunas, muertos de hambre. Venezuela vivía peor que nuestro 2001, en Argentina. Lo que ocurrió es que los invisibles hablaron, tuvieron voz. Si no existiera la intervención nefasta de EEUU que, escucha socialismo y sale a atacar gobiernos elegidos por el pueblo, la historia sería diferente. Estos presidentes son elegidos por el pueblo, y no se lo respeta al pueblo. Existe una clase dominante en Venezuela que tiene su dinero en Miami. Existe una dictadura mediática de los dueños de los medios de comunicación, que fueron afines a las dictaduras gestionadas por EEUU, que atacan sistemáticamente a los gobiernos de Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador y demás gobiernos democráticos. Nuestra deuda externa nos ha hecho prisioneros de los caprichos de los grupos de poder y ha sido gestada en las dictaduras que han sido financiadas por los gobiernos de EEUU, como confirman sus archivos. El socialismo latinoamericano es justicia social al pobre que se muere de hambre, que se lo trata como esclavo en las casas o en el campo, no tiene asistencia médica, muere por abortos mal hechos, no llega al año de vida, es abusado antes de los 10 años, no termina el colegio primario. Chávez alfabetizó, vacunó, le dió universidad, casa, comida y demás como lo hizo Lula, Correa, o el gobierno peronista de Néstor Kirchner a los invisibles. Que no haya confrontación es que se vuelva al estado de esclavitud del pobre. Y yo tuve la suerte de nunca necesitar nada pero la búsqueda de la equidad, mal torpe o como sea, no debe abandonarse. Después quieren ser como Noruega donde el estado tiene intervención como en cualquier país socialista.En Argentina se construyeron 9 universidades algo parecido ocurrió en Brasil. Ustedes los gringos deben entender que los socialismos latinoamericanos no son como cualquier socialismo, o explíquenme qué es peronismo.

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