Por Prodavinci
| 23 de febrero, 2013
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No esperaba ese comentario de alguien que parecía tan abstraído en su mundo. Al escucharlo recordé los arboles que formaban un arco de frescor hasta la entrada del pueblo. Merecía la pena conocerlos. Los alrededores estaban sembrados de ellos: los campos militares. Se hablaba de la riqueza de esas tierras por lo que crecía la especie que daba extensa sombra y frutos para los animales.
Ese día pasábamos por entre las haciendas azucareras a ambos lados de la autopista. Aquí y allá, como pintadas, se veían las copas centenarias.
-Yo no sabía que había tanto odio bajo esos samanes.
***
De País (2007)
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Prodavinci
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Comentarios (2)
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23 de febrero, 2013
Yolanda no solamente Odio sino Ineficiencia…
24 de febrero, 2013
Muy en la tradición de José Antonio Ramos Sucre.