Actualidad

Otro cerro es posible, por Juan Nagel

Por Juan Nagel | 26 de enero, 2013

otro cerro texto

El semanario The New Yorker publicó esta semana un reportaje desgarrador de Jon Lee Anderson sobre la decadencia de Caracas. La ciudad que pinta el autor, vista por sus ojos de extranjero, es conocida por todos, pero no por eso deja de ser deprimente: barrios informales donde imperan la ilegalidad y la violencia; sectores de clase media y alta que se aíslan de sus vecinos por temor al hampa; servicios públicos decrépitos; y falta de inversión en lugares públicos de calidad.

Justo cuando estaba por dejarme ganar por la desesperanza, leo acerca del dinamismo que se está viendo en las favelas pobres de Rio de Janeiro. El Associated Press reporta que en una favela en particular, Vidigal, los precios de las propiedades se han disparado -casas que antes valían 5.000 dólares hace unos años ahora se venden por 25.000. The Guardian menciona que el precio promedio de las propiedades en Río se ha incrementado un 165% en los últimos tres años. Una propiedad de dos ambientes en la favela de Rocinha ha pasado de 900 a 1.800 dólares en espacio de un año.

Pero las favelas de Río son parecidas a los barrios de Caracas, me digo a mí mismo. ¿Será que esa ciudad dantesca que pinta Anderson y que todos conocemos … tiene futuro?

Una de las primeras cosas que se ha hecho en Río es traer la formalidad a los barrios pobres. Al final del día, nadie paga buen dinero por un rancho si el derecho de propiedad no está claro.

La formalidad no es simplemente otorgar títulos de propiedad y ya. Las burocracias deben trabajar con las comunidades para que esos derechos de propiedad no choquen con tradiciones de propiedad ya establecidas. No es cuestión de “otorgar” derechos, sino de “reconocer” derechos que ya existen y que los propios residentes de los barrios han legitimado.

El trabajo que esto conlleva es de hormiguita, pero se puede hacer. Ninguna ley, ningún reglamento impuesto desde arriba podrá solucionar los detalles que requiere este proceso.

Otro esfuerzo que se ha hecho en Rio es el de incorporar a las favelas a los mapas. Por ejemplo, si usted se mete en Google Maps y ve Caracas, aparecen los nombres de las calles de nuestras urbanizaciones. Pero si usted se mete en las fotos del Barrio Las Casitas de Petare, los nombres desaparecen. Calles, callejones, caminos… ninguno pareciera existir de manera formal. Una cantidad aplastante de los ranchos en los que vive la mitad de la población de Venezuela no tienen un simple número o un nombre que los identifique.

Para los que vivimos en casas formales, con dirección, con número, a veces con un nombre, y con un título de propiedad, nos resulta difícil ponernos en los zapatos de alguien para quien eso es un privilegio, algo “de ricos.” Todas las actividades diarias que damos por sentado – desde una solicitud de empleo hasta abrir una cuenta de banco o pagar con una tarjeta de crédito – se hacen infinitamente más difíciles si uno vive en un lugar donde la propiedad no está establecida, y donde el correo ni siquiera puede llegar por no existir la dirección en un mapa.

En Río se han encargado de eso. Gracias a la pacificación y al trabajo conjunto de ONGs y el gobierno local, calles, callejones y pasajes de las favelas de Río ahora tienen nombres, y tanto las vías de acceso como las casas están numeradas.

Obviamente, la formalización no lo es todo. El mapeo de nuestros barrios y la formalización del capital en los mismos no aseguran por sí solos el éxito. La pacificación de algunas favelas y la ampliación de los espacios cívicos en los mismos – una biblioteca aquí, un parque allá – sin duda han contribuido al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. Y uno no puede ignorar el efecto que puede tener la realización del Mundial de Futbol y las Olimpíadas sobre el boyante mercado inmobiliario. Sin embargo, pensar en ganarse las gracias del Comité Olímpico Internacional como paso previo para darle un futuro mejor a nuestros ciudadanos menos favorecidos equivale a rendirse.

Al progresismo internacional le encanta declamar que “otro mundo es posible.” Es hora de que fijen la mirada un poquito más cerca de casa, y vean que, con un poquito de esfuerzo e imaginación, otros barrios también son posibles.

Juan Nagel 

Comentarios (12)

Xavier
27 de enero, 2013

Esta es la terrible realidad acumulada en 200 años de independencia. Como todas las cuidades del mundo, fundadas siguiendo la dicotomía entre la abundancia y la pobreza. ¿Alguien se atreve a demoler el Cerro?

Alfredo Ascanio
27 de enero, 2013

El traslado de personas del campo a las ciudades, donde había más empleo y el fracaso de la reforma agraria, ese problemas de un desequilibrio entre los espacios para habitar es trágico. Cuando el campesino recibe asistencia técnica adecuada (se acuerdan Shell para el Agricultor) y puede tener unos ingenieros agrónomos respaldando su trabajo ( como en Bailadores donde los que cultivan zanahorias tienen a su lado al menos dos Agrónomos ayudando para que ese trabajo del campesino salga bien, entonces no tiene sentido emigrar a la ciudad.La pobreza tiene que ver con políticas herradas o con gobiernos que no se interesan en buscar soluciones adecuadas.

enrique costa
28 de enero, 2013

Estimado Alfredo ..nunca imaginé políticas con herraduras ! Tu compu debería tener corrector.

Alfredo Ascanio
28 de enero, 2013

Si es políticas erradas y no entiendo como salió con H,,,Gracias a Enrique Costa por esta alerta

enrique costa
29 de enero, 2013

Alfredo,no tuve intención de mofa. Muchas gracias por tu hidalguía en la respuesta. saludos

María Weitz
29 de enero, 2013

“Un barrio titularizado estaría mucho mejor posicionado para mejorar sus condiciones de vida. Los municipios y el gobierno nacional podrían comenzar a cobrar impuestos, tanto derechos de frente como impuestos por transacciones de compra-venta, los cuales se revertirían en el mismo barrio. Las comunidades podrían promover el establecimiento de zonas comerciales que generen empleo e impuestos locales.”Juan Nagel MANAROLA,FIRA,PETARE “Y la Calles, callejones, caminos… ninguno pareciera existir de manera formal. Una cantidad aplastante de los ranchos en los que vive la mitad de la población de Venezuela no tienen un simple número o un nombre que los identifique”J.Nagel. Es la labor de una política de Estado que sumada a Bibliotecas, parques, plazas, iglesias conforman una posibilidad de incorporación de los barrios a la trama existente de Ciudad, valorizar los barrios es normar Caracas, se necesita voluntad política y no populismo para hacerlo.

Saldivia
29 de marzo, 2013

Y pensar que a muchos jerarcas del quehacer urbano, el cerro les parece “chic”, tal como lo demostró la reciente bienal de arquitectura de Venecia… es chic porque no tienen que vivir en el.

Alfredo Ascanio
29 de marzo, 2013

En la vega Diego Arria experimentó una remodelación del barrio con mucho éxito. Cómo fue que lo realizó. Se dividió el Barrio en varios estratos y a cada uno se le otorgó a un arquitecto joven recién graduado para que realizaran un trabajo interesante que era liberar espacios donde iría una escuela o un pequeño parte o un centro de salud y las ranchos que se habían eliminado se buscaba una manera de hacer un segundo piso con otro racho existente. Se estableció las vías asfaltadas y ese mismo proyecto pero para una escala menor se realizó en el Barrio Los Manolos con mucho éxito. O sea que si es posible hacer un buen trabajo de renovación de barrios. Claro Petare es otra cosa, ese lugar es inmenso y complejo,pero si existe ingenio y deseo se puede ordenar mejor.

L. Piccini
8 de abril, 2013

Los tres elementos mencionados, 1.- La formalización de la propiedad, 2.- La Inclusión en el Mapa Citadino, y 3.- La Creación de Espacios Públicos de calidad en los barrios, todos contribuyen a la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos.

Hay un cuarto elemento que creo que debe ser una responsabilidad de las alcaldías, y es la de proveer de buenos y muy variados planos de construcción (bien calculados por las ingenierías municipales, y con opciones variadas que sean para laderas con inclinación, o en terrenos llanos) con el fín de ayudar con ese servicio profesional a los habitantes de cada municipio. Eso atacaría el problema desde su principio al llevar a cabo con autoconstrucción la vivienda, haciendo que sea más segura, más funcional, más estética, con más calidad de vida, y por ende con más valor económico. Los materiales de construcción valen lo mismo si se construye en una zona urbanizada que en otra sin la ventaja de los servicios púlicos bien dotados; pero en una se revaloriza la inversión, mientras que en la otra se pierde valor y calidad de vida por no diseñar soluciones habitacionales para autoconstrucción que sean económicas, funcionales, agradables, fáciles de construir y fáciles de mantener, además de perdurables.

Cabría la pregunta si la responsabilidad no debería ser del gobierno central. Creo que ambos(local y nacional) deberían proveer de estas soluciones de ingeniería civil y de arquitectura, de acuerdo a la topografía que corrresponda, las zonas sísmicas, etc. También invito a Ingenieros, Arquitectos y Diseñadores de interiores a crear y ofrecer estas soluciones por via de Internet. Esas soluciones pasan por tomar muy en cuenta al usuario final, para no suministrar soluciones que no tengan opción real de ser ejecutadas. En el libro “Out of Poverty” de Paul Polak, remarca la relevancia de diseñar para las personas de bajo nivel económico soluciones que les sean asequibles, y los éxitos derivados de tal enfoque, en vez de imponer soluciones que no encajan en el escenario indicado. Las escuelas locales de Ingeniería y Arquitectura deberían promover concursos de diseño de este tipo de soluciones. En nuestro país global, Internet, ya hay concursos para crear viviendas de 100USD, de 300USD, de 3000USD. Tata en la India, esta trabajando en un kit de autoconstrucción del orden de 750USD. Hay muchos diseños de viviendas de interés social en el mundo que se pueden estudiar para adaptarlas a nuestro contexto, a la disponibilidad de nuestros materiales y de nuestros artesanos, a nuestra cultura. Un arquitecto colombiano escribio un folleto donde indica que todos son arquitectos, por el mero hecho de llegar a construirse su propia casa, y aporta unos esquemas con medidas básicas para las medidas de cocinas, baños, salas comedor de dimensiones modestas para uso de las personas que acomenten la autoconstrucción.

Creo que se trata de formalizar grupos de trabajo que estructuren, formalizen, produzcan los planos indicados, asi como su oportuna y generosa distribución por canales oficiales y no oficiales, a quienes participen en el sector de la construcción, usuarios y proveedores.

Un mejor habitat estimula una mejor calidad de vida y una mejor sociedad. Los más de 335 alcaldes del pais deberían considerar este asunto, La Vivienda, como la tercera prioridad después de La Alimentación, y La Salud. Al fin y al cabo, gastamos la mitad de nuestro tiempo en nuestro hogar. En el caso de las personas en los barrios, muchísimos también tienen en su casa, su lugar de trabajo(elemento a tomar en cuenta en el diseño), por lo que gastan aún más tiempo.

Sí.

Esta es una manera de que otros barrios y otros cerros sean posibles.

Olimar Duarte
18 de octubre, 2014

Gran parte de la solución está en el campo, potenciar esa otra parte de nuestra identidad y rehabilitar nuestras ciudades. Si es un trabajo de hormiguitas y si es posible.

carlos sanabria
7 de agosto, 2015

Es un escenario insolucionable,en ese entorno y con esos contornos.

Jose Teijido
29 de noviembre, 2015

Por supuesto que otro cerro es posible, solo requiere voluntad política y esfuerzo ciudadano. El cambio del cerro no solo se debe circunscribir al aspecto organizativo de la urbanización o los servicios que debe ofrecer un entorno adecuado. Si esto no se acompaña de un cambio social profundo donde sus habitantes adquieran la conciencia de formar parte del sistema y no un subproducto indeseado, el cerro podrá cambiar de aspecto pero no habrá un cambio real integrador. Colombia también cuenta con ejemplos interesantes en este sentido en la ciudad de Calí que ha pasado de ser un centro de narcotráfico a recibir premios internacionales por su modelo de rehabilitación de zonas deprimidas.

Envíenos su comentario

Política de comentarios

Usted es el único responsable del comentario que realice en esta página. No se permitirán comentarios que contengan ofensas, insultos, ataques a terceros, lenguaje inapropiado o con contenido discriminatorio. Tampoco se permitirán comentarios que no estén relacionados con el tema del artículo. La intención de Prodavinci es promover el diálogo constructivo.