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“El arte de los aforismos y los aforismos sobre el arte” de Víctor Guédez; por Yoyiana Ahumada

Víctor Guédez

“Un aforismo es la erradicación de un clandestino silencio”

 

Tal como rezan las palabras de Joaquín Marta Sosa en la introducción del libro, El Arte de los Aforismos y los aforismos del arte (Fundavag Editores), este nuevo trabajo de Víctor Guédez viene a sumarse a las insólitas aventuras intelectuales que acostumbra a emprender el profesor. Bien sea en el área de responsabilidad social y ética gerencial, o en el área ensayística disertando sobre artes visuales y sus creadores, su voracidad de investigación parece no saciarse.

Entre talleres y cursos, asesorías y publicaciones que incluyen un “Capitulo Venezolano del Club de Roma (Los desafíos de la inclusión)”, Guédez además ha hecho de su reflexión un compromiso con las artes visuales, tanto dentro como fuera del país.  Su primer libro Orientaciones para la lectura del arte contemporáneo, le mereció el primer premio de la Asociación de Escritores (1997); a este le siguieron Reflexiones en torno a una colección (CUMF); Once expresiones del arte colombiano contemporáneo (Fondo Cultural Cafetero), Visión y tacto (Museo Omar Tayo) y Armando Barrios; lo permanente, lo novedoso, lo influyente (Galería de Arte Nacional) que lo han hecho dueño de una recopilación importante de esta figura, “la suprema ruptura con la tentación del silencio”

“Frente a cada máxima se siente la presencia inmediata de un hombre y su destino”.Jorge Luis Borges.

Se confiesa un seguidor y practicante, un buscador de aforismos. A este reto del pensamiento en fuga acude en sus trabajos y charlas. Sus ensayos están coronados por aforismos. Les atribuye claridad como una cualidad esencial para hacer explícita una apreciación. Tanto para abrir un tema -¿qué mejor disparadero?- como para cerrarlo, acertando ahí en el punto imposible de difuminar: dice “el foco esclarecido para iluminar una comprensión y el impulso cargado para ahondar una búsqueda”.

A lo largo de 30 años de trabajo y cosecha, sustanciar un libro era un fruto anhelado que dio como hallazgo 1.889 aforismos de 815 autores.

Según el autor: “A partir de esas convicciones y en función de su frecuente utilización, se produjo una secuencial y sostenida acumulación de ellos que, con el tiempo, se convirtieron en  una cantidad significativa”.

La tentación “aforística” ya lo había visitado en 1998, cuando Blanca Strepponi le solicitó que reuniera 100 aforismos sobre arte para publicarlos en las Ediciones de El Nacional. “El pequeño libro del arte” se convirtió en parte de un trío, identificados con las denominaciones: “El pequeño libro de los sueños” y “El pequeño libro del amor”. Esa publicación fue el germen del libro-

-Al principio, los aforismos fueron apareciendo según la célebre sentencia de Picasso: “Yo no busco, yo encuentro”. Pero, después, el proyecto adquirió un sentido más orgánico que me llevó a buscar deliberadamente. El resultado final se concreta ahora en este libro.

¿Cuáles son los atributos de un aforismo?

-La brevedad, la sustancialidad, la resonancialidad y la autosuficiencia. La brevedad alude a lo lacónico y corto de su extensión. La sustancialidad remite a lo esencial, a lo connotativo, a lo sustantivo del mensaje que contiene. Por su parte, la resonancialidad se inscribe en la idea generativa que comporta, es decir, al poder de convocar múltiples ideas asociadas. Finalmente, la autosuficiencia indica que él se sostiene por sí mismo, no reclama contextos ni complementos, pues su fuerza produce el impacto completo de su mensaje. En esta caracterización, conviene quizás, añadir una característica que Violeta Rojo le atribuye a los mini-cuentos y que es pertinente en el ámbito del aforismo. Me refiero a “la estructura proteica”, la cual nos remite a la ambigüedad genérica. En efecto, se observa igualmente que el aforismo tiene algo vinculado a la poesía, así como al ensayo y a las narraciones. Se asocia a la poesía por la carga lírica que pueden comportar sus imágenes. De igual manera, puede aproximarse al ensayo por la fuerza conceptual que engendra. Por último, podría remitirse a la narrativa por la capacidad de sugerir un acontecimiento o un desenlace.

“De un silencio vendrá la respuesta, la encendida honestidad”. Rafael Cadenas.

Shopenhauer es autor de uno de los grandes libros sobre aforismos en el arte de vivir y existen muchos filósofos que han dedicado su trabajo al aforismo ¿Hay diferencia entre el aforismo en el arte y el aforismo en general?

– Diría, de entrada, que no existen distinciones sustantivas. En uno y otro caso él actúa como regla, exhortación, conclusión, epígrafe, creencia, aseveración…En última instancia, podría precisarse que algunos son más de naturaleza filosófica, mientras que otros se orientan más hacia lo poético, sin olvidar los que se inclinan por el relato. En síntesis, en el ámbito del arte, el aforismo cumple funciones análogas a las que tiene en cualquier disciplina literaria.

“La poesía (el arte) es una oración”. Vicente Gerbasi.

– Además de Schopenhauer son muchos los filósofos y escritores que han cultivado, con focalización e intensidad, la forma aforística. Hipócrates hacía sus recomendaciones médicas con sentencias lacónicas. Uno de sus trabajos se tituló “400 reglas del arte de curar”, en donde, entre otras, aparece la célebre afirmación: “A grandes males, grandes remedios”. También Leonardo Da Vinci, Nietzsche y hasta llegar a Lichtenberg, cuyo libro Aforismos fue calificado por Elias Canetti como “el libro más rico de la literatura universal”. Así mismo, hay que recordar al  célebre Oráculo manual de Baltasar Gracián, en el cual,  se encuentra aquello de que lo bueno y corto, dos veces bueno. Igualmente, tendríamos que pensar en Wittgenstein, Borges, Paz, Cioran, Azorín, Porchia. Y en Venezuela tendrían que mencionarse a Ramos Sucre, José Balza, Rafael Cadenas y Luis Yslas, entre muchos otros.

“El aforismo es una semilla del hombre para la cultura”. Maria Elena Ramos.

¿Cómo estructuró el ensayo? ¿Partió de alguna tesis en especial?

-En la primera parte, explico lo que es un aforismo de manera aforística, es decir, a partir de un ejercicio de laconismo que se inscribe en una  economía de palabras y en un énfasis en lo esencial y sustantivo. Todo está escrito con una vocación sintética que atiende al desafío de demostrar que no existen ideas simples, pero que todas se pueden simplificar. Luego de ese ensayo, viene una parte donde reuní lo que algunos intelectuales han dicho que es el aforismo. Es una sección donde se dice lo que es un aforismo a partir de una sentencia aforística.

En esa sección, el aforismo se ve a sí mismo. Se trata de una especie de autorretrato en el cual el aforismo se pone frente a su espejo. Ahí se revelan imágenes muy ilustrativas y orientadoras, además de comprensivas y contundentes. Luego, en varios capítulos, se hace una compilación de aforismos relacionados con el arte, el artista, la obra de arte y la crítica de arte. Finalmente, un cierre que sirve como conclusión básica de todo el contenido del libro.

El libro contiene un índice onomástico en donde se pueden identificar y ubicar los diferentes autores que aparecen reunidos en las páginas de la publicación. Ahí se registran 815 autores citados.

-Me atrevo a sostener que así como todo buen escritor, de manera deliberada o espontánea, debe generar aforismos por la simple razón de escribir algo digno de ser repetido; igualmente todo buen artista deberá producir imágenes que admitan una sentencia primordial.

“Para Crear hay que inscribirse en la pasión”. Edda Armas.

Con el carácter breve, 140 caracteres, de una red social como Twitter ¿cree que el aforismo está viviendo un renacimiento en el siglo XXI?

Es indudable que el carácter breve requerido por las redes sociales, y muy particularmente Twitter, atiende a una estructura aforística. En uno de los aforismos que se recogen en el libro, Carolina Jaimes Branger, establece que ahora los aforismos se llaman Twitter. La dinámica compleja, turbulenta, disruptiva, incierta y paradójica del mundo contemporáneo, establece una urgencia de lo corto. Alguien decía que ya solo tenemos tiempo para ser breves. En una ocasión Winston Churchil hacía referencia a que sus discursos largos procedían de no haber tenido tiempo para preparar uno breve.

“Un aforismo es una herida que se cree bala”. Luis Yslas.

¿No se corre el peligro de sacrificar el contenido por la brevedad del enunciado?

-Cito aquí a Cioran para sustanciar lo expuesto. Dice Cioran: “¿Existe mejor signo de civilización que el laconismo? Insistir, explicarse, demostrar, son signos de vulgaridad. El aforismo constituye un ejercicio de pudor, ya que permite soslayar la inconveniencia de la plétora verbal”. Es muy probable que estemos viviendo una reafirmación de lo sustancioso y de lo fundamental. El minimalismo aparece ahora con nuevos alientos en las decoraciones, en el arte y, probablemente, también en otras manifestaciones de la actividad humana.

Ese rayo fulminante que dispara los limites de una idea que estalla, se erige como una escritura para leer los tiempos que corren. Limpia, sin artilugios pero con una fuerza demoledora de todo lo superfluo, lo banal, la nota discordante. Es este un libro- bitácora, un tanteo sobre una manera de comprender el mundo, la catástrofe del mundo, y el poder de redención del arte.

Con esta publicación, la Fundación Rosa y Filippo Vagnoni dan inicio a la colección Calle Real, dedicada a la difusión del ensayo de autores tanto nacionales como inmigrantes. Y Victor Guédez, el coleccionista, le da al aforismo la fuerza para contener un mundo en bancarrota.