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Obsesión con las mascotas

Por Prodavinci | 24 de agosto, 2012

Artículo de Laura Sangrá, publicado en El País (España). A continuación un extracto:

Poseen mansiones, ni madrugan ni trabajan, tienen un armario más surtido que el tuyo y van a hacerse la manicura cada semana. La envidia que ha crecido en tu interior al leer todo esto se multiplicará por un trillón a medida que continúes, porque no se trata de las famosas de turno sino de sus mascotas. Perros, gatos e incluso burros que viven a cuerpo de rey y copan las páginas de papel couché tanto o más que sus dueñas.

Paris Hilton es la que ha llevado el asunto al extremo, con el permiso de la desaparecida Liz Taylor y todos sus perritos, uno de los cuales se zampó en una ocasión ‘La Peregrina’, una perla valorada en casi 10 millones de euros. La heredera del magnate hotelero está tan obsesionada con sus mascotas que lanzó una marca de ropa para perros llamada Little Lily y en la que incluso se venden réplicas de vestidazos de los Oscar en versión canina.

La ‘humanización’ de los animales de compañía de Hilton llega hasta el punto de ir de compras y saraos con ella para estar relacionados con la élite, y tener una mini mansión particular en el jardín de la rubia, porque ellos también necesitan intimidad e independencia. Majadera o demasiado rica, el caso es que la ‘socialité’ es toda amor con sus innumerables mascotas, entre las que hay varios chihuahuas y gatos adoptados, como Princess Annabell (los nombres merecen un artículo aparte). Hace un tiempo empezó a correr el rumor de que la estrella planeaba permanecer eternamente junto a sus mascotas gracias a la técnica de criogenización. Lo desmintió, pero cuando el río suena…

Todos han adoptado el apellido Hilton, porque no hablan pero tienen voz y voto en la familia de magnates, y uno de ellos, el chihuahua Tinkerbell, llegó a ‘escribir’ en 2004 unas memorias llamadas ‘The Tinkerbell Hilton Diaries’ en las que narra seis meses de su vida junto a la famosa. Las críticas fueron malísimas pero claro, ¿acaso esperaban que fuera de premio Nobel?

El chihuahua es una raza que triunfa entre las famosas. Scarlett Johanson tiene uno -con el que posó para la revista W -, igual que Britney Spears y Hilary Duff, por citar sólo a algunas. Puede que sea su manejabilidad, lo que lo convierte en un accesorio ideal, o su carácter cariñoso y dependiente o sus ojos saltones que parecen decirte “quiéreme”. El motivo es incierto, pero la verdad es que es la raza más común entre el famoseo del momento.

Otra variedad de perro faldillero (o ‘toy’) es la pomerania, de pelo esponjoso y morro afilado. El más famoso entre los famosos es Boo, rey de Internet y con millones de visitas en Youtube. La gente se pirra por las monerías de este can con tupé que, como el de Hilton, tiene un libro publicado en el que simplemente sale él retratado por todos los costados en situaciones inverosímiles, como tomándose un cóctel con sombrillita, al volante de un descapotable o leyendo un libro en una terraza. Se llama simplemente ‘The life of the world cutest dog’ y es bonito y cursi a partes iguales.

Snookie, de la serie ‘Jersey Shore’, se hizo con una pomerania y la ha puesto entre lo más visto en Twitter porque cada dos por tres se fotografía con ella como quien se hace un fotorreportaje con el novio o la mejor amiga. El perro de los Beckham tumbado en la cama con un vestido de la ex Spice Girl y el gato de Karl Lagerfeld usando su iPad también están entre los animales famosos de Twitter.

Son muchísimas las estrellas que no se despegan de sus mascotas y que las tratan como si fuesen sus hijos, desde la tenista Serena Williams hasta la actriz Eva Longoria. Pero también los chicos ponen en lo alto de su lista de amigos a los perros. Un ejemplo es el actor Ryan Gosling, que se presentó al ‘show’ televisivo ‘Late Night with Jimmy Fallon’ con su perro George. “Le he puesto un calcetín en la patita para que no se la muerda. Tiene esa manía”, comentó, y en ese preciso momento de maruja intrépida ganó seguidoras a puñados.

Pero en esa tónica dominante de perros y gatos, la nota discordante la pone la actriz Reese Winterspoon, que se hizo con una pareja de burros, Honky y Tonky, a la vez que con el odio de todos sus vecinos. Le han llegado a mandar cartas para quejarse de los rebuznos de los animales, pero ella ni caso. En 2008 se compró un terreno que le recordaba en el que se crió y ahí tiene paciendo a varios cerdos, cabras, pollos, perros y un caballo, además de los famosos asnos. Puro glamour.

La alta alcurnia también ha hecho de los peludos sus más fieles amigos. La reina de Inglaterra es conocida por su corte de corgis, una raza paticorta bastante graciosa, y los Obama tienen a Bo en la Casa Blanca, y es tan famoso que tiene página de Wikipedia propia en la que incluso se listan todas las monerías que le han enseñado a hacer.

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Lea el artículo completo aquí.

Prodavinci 

Comentarios (2)

Antonio
24 de agosto, 2012

No se trata necesariamente, de amor a los animales, aunque no dudo que lo profesen. Es exhibicionismo y derroche de dinero de seres con evidentes problemas de conducta. Para mí, la mascota verdadera, no es comprada, ni siqiera de raza. Es algún mestizo , de aquellos que esperan en los refugios (de canes) y cuya única promesa es ser fiel hasta el final, sin condición, sin nada. Esa es la verdadera mascota. Lo demás, simplemente son pueriles manifestaciones de patologias sustentadas en chequeras que sirven para mucho y…para nada.

marie-jo
31 de agosto, 2012

Las mascotas para estas figuras de “hielo” no son más que un accesorio más, valga la redundancia. El término “mascota” le dá a estos individuos permiso, para: ponerle lacitos, hacerles colas de caballo, pulseras en las patitas, anillos y collares de perlas y otras menudencias…Un animal de compañía, debe ser respetado como tal. Sin apretarlo y sin adornarlo. Solo hay que cuidarlo, valorarlo y conseiderarlo como una “compañia”. Alguien a quien hay que acariciar, respetar y tomar en cuenta como tal. Nunca olvidemos que son compañeros “silenciosos”, no hablan pero están “full” de terminaciones nerviosas… como tú y como yo…son seres “vivientes…”

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